Demian
"Estoy enamorada de ti..."
Cada palabra de aquella frase resuena en mi cabeza una y otra vez haciendo que mi corazón se llene de la felicidad que tanto ansiaba. Esa mujer ha conseguido que no necesite nada más que su dulce presencia para sentirme pleno.
Hemos pasado la tarde en la piscina interior del hotel, porque la lluvia nos ha impedido salir a disfrutar del día. Verla enfundada en aquel bañador blanco de dos piezas ha sido una tortura. Para mi y para unos cuantos hombres que han intentado disimular. Pero no los puedo juzgar. Esas curvas están hechas para enloquecer a cualquiera, en algunas ocasiones se me olvida que la dueña de esas curvas tenía apenas dieciocho años.
A las nueve hemos quedado para cenar con mis amigos. Miro el reloj que ya marca las 20:26. Aun disponemos de algo más de tiempo antes del encuentro. Tengo que reconocer, que estoy algo nervioso al pensar en la velada. Me han prometido intentarlo y confío en ellos, porque saben que esto es muy importante para mí.
Suspiro sin muchas ganas de levantarme de la cama. Volteo la cabeza al escuchar la voz de Merian. Está hablando con Alexis y parece feliz de poder hablar al fin con su amiga; a pesar de la diferencia de horario que las separa. La contemplo mientras da vueltas por la habitación de manera pausada, mientras ríe y hace alguna que otra mueca graciosa.
La cabeza me da vueltas al pensar en el momento en el que mis padres lleguen a conocerla. Eso me recuerda la pequeña charla que mantuve con mi querida y dulce madre al teléfono.
La mujer no paraba de gritarme y reprocharme, al parecer Rebeca se ha dedicado a divulgar sobre el divorcio. No entiendo tanta sorpresa por su parte. Llevamos con este escándalo alrededor de un año y al fin he conseguido lo que tanto ansiaba. Librarme de ella de una vez por todas.
—Levanta de una vez, dormilón.
—Hemos quedado a las nueve, tenemos tiempo. – su sonrisa me deslumbra. Abro los brazos como invitación y por suerte, no se lo piensa mucho. Acomoda su cabeza en mi pecho, mientras acaricio suavemente su espalda.
—Se me hará difícil al volver a casa y no tenerte a mi lado por las noches–cierro los ojos aliviado de poder escuchar esas palabras.
—¿Y quién dice que no podemos quedarnos juntos por las noches? – murmuro contra su pelo. Solo se encoge de hombros sin decir nada.
—Escúchame bien, estamos juntos y eso significa que puedes estar las 24 horas del día metida en mi casa o yo en la tuya, así que no quiero que te preocupes por eso, no pienso dejarte sola ni un segundo en cuando volvamos a casa.
Nos adentramos en el restaurante del hotel y tengo que reconocer que ya son las 21:10. Estuvimos a punto de quedarnos dormidos, pero, el mensaje de Sandro lo ha impedido. Siento como la Merian aprieta la mía con algo más de fuerza. Está nerviosa. Yo también.
—Todo estará bien, lo prometo. – asiente algo más convencida.
—De acuerdo, vamos allá.
Damos los últimos pasos que nos faltan para situarnos delante de mis amigos. Parece que algo no va muy bien entre los dos ya que parece que están teniendo una pequeña y discreta discusión. Espero que Sandro no monte un espectáculo esta noche.
—Buenas noches.
— ¡Demian! – me saludo Lisa con efusividad.
Sandro solo nos dedica un leve movimiento de cabeza, su actitud me está haciendo perder la paciencia, está siendo un completo capullo. Y eso que me dijo que iba a hacer lo posible para intentar conocer a Merian.
ESTÁS LEYENDO
Unidos por el destino ©
Storie d'amoreÉl: un hombre al que la vida ha golpeado sin piedad hasta convertirlo en un ser frío y sin corazón. Anclado a una vida de la cual no puede deshacerse, obligado a permanecer entre las rejas de una mujer sin escrúpulos, que se niega a entregarle su ta...