06. La respuesta de Kamui

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  A veces una decisión no solo cambia nuestras vidas, a veces arrastramos con nosotros a los demás. Puede parecer una tontería, sin embargo, quizás sin nosotros saberlo es lo que se necesitaba para provocar una reacción.

Kamui era un chico serio, eso todo el mundo lo sabía. No le interesaba tratar con el resto del mundo, se podía decir que era insociable o simplemente es que no dejaba que nadie se acercara a él. Por eso, todo el mundo se extrañó cuando, al acabar aquella merienda para celebrar la vuelta de Sumire, tomó aquella decisión.

Algunos propusieron ir a un karaoke aunque no todos estuvieron de acuerdo con la idea. Akane dijo que tenía mucho que hacer, de todos era conocido que siempre estaba muy atareada, tenía hermanos pequeños y ayudaba en su casa, hasta hace bien poco era habitual verla salir con sus amigos y alguno de sus hermanos de "mochila".

Por supuesto, Ryuko y Jisei dijeron que se irían con Akane, también era previsible, ellas tres siempre iban juntas, era lo normal.

Akira, como era habitual en él, no parecía muy animado, la sola idea de aguantar el bullicio de sus amigos cantando a voz en grito ya le agotaba. Kyojin tampoco quiso ir, más que nada porque su idea era ir con Ryuko, si Ryuko no iba por supuesto que él no iría, pasear de vuelta a casa a su lado era mucho más apetecible.

Sumire no sabía qué hacer, pensó que lo mejor sería regresar a casa, tenía muchas cajas que desempaquetar y ponerse al día de las clases... mejor volvería, el problema era ¿sabría volver? Justo estaba absorta en ese pensamiento cuando Jisei se acercó a ella y le dijo que no se preocupara, que ellas la acompañarían hasta su casa ¿Le habría leído el pensamiento? ¿Sería cierto lo que se decía que veía las auras? ¿Habría visto su aura?

—¿Qué es eso de las auras? —preguntó porque ya no podía más con la curiosidad.

—Las auras reflejan nuestro estado de ánimo y tú estás algo intranquila. A veces estamos tristes, otras enfadados... el aura es como una energía que nos rodea, que sale de nosotros y según nuestro estado de ánimo esa energía varía ¿lo comprendes?

—¡Jo, qué mística eres!

—Lo que está es como una cabra —añadió Karasu.

—¡Y tú como un mono salido! —replicó Jisei.

Suo dijo que también acompañaría a Sumire, provocando que Karasu decidiese unirse a ese grupo. Grupo que al final quedó compuesto por Akira, Kyojin, Akane, Ryuko, Jisei, Sumire, Karasu ,Suo y Hisoka, que tenía que ir a la fuerza ya que el hermano pequeño de Akane estaba en su casa y tenía que recogerle.

Todo el mundo esperaba que Kamui dijera que regresaba a su casa, solo, como siempre, o que fuese con Nowaki, últimamente hacía el esfuerzo de tratar de compartir las aficiones de sus compañeros. Pero no, dijo claramente que iba a volver acompañando a aquel grupo.

No buscó ninguna excusa, podía no haber dicho nada, solo que regresaba a casa, pero tampoco tenía por qué ocultarlo.

Eso nadie se lo esperaba. Tal vez Kamui no era tan insociable como la mayoría pensaba.

Momoka se quedó algo atónita, a punto estaba de decir que también iría con ellos, pero Yuri se lo impidió alegando que Kamui tenía derecho a hacer lo que quisiese sin tenerla a ella o a Nowaki pegados a él. En eso tenía toda la razón, pero no cabía duda de que aquel hecho era insólito. Él nunca había actuado así.

Kamui Kaguya era el chico casi perfecto. No solo era guapo, con ese pelo negro y esos ojos grandes y oscuros, era inteligente, el estudiante perfecto, todo lo hacía bien. Se le daban bien los estudios, se le daba bien la educación física, sus notas siempre eran de las mejores. Era educado, siempre se comportaba correctamente en el aula. Practicaba el fútbol y el tenis y por supuesto, sobresalía en lo que hacía. Y no solo eso, además era hijo de una familia muy prestigiosa, los Kaguya, conocidos y respetados en toda la ciudad de Kizuna. Guapo, rico y digno de admiración. Lo tenía casi todo.

Con sabor a mandarinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora