24. Una difícil decisión

29 9 5
                                    


Sumire recibía la visita de Xu-Xu, Momoka, Yuri y Himeko. Entre unas cosas y otras no habían tenido tiempo de hablar, así que, cuando las tres últimas le dijeron que pasarían a verla, Sumire se puso loca de alegría y se esforzó en preparar una buena merienda, el problema es que Sumire no era muy buena en esas cosas y su madre terminó por comprar algunos pasteles.

—Tomad —La madre de Sumire les dejaba una suculenta bandeja en la mesa—, unos refrescos. Pasarlo bien.

—Muchas gracias señora Honda —dijo respetuosamente Himeko.

—Gracias —también habló Momoka.

—Hasta luego. Me alegra volver a veros —se despidió la madre y salió cerrando la puerta.

—Tu madre sigue igual —comentó Yuri.

—¡Cómo me alegra que hayáis venido! ¡Cómo en los viejos tiempos!

—¿Y qué tal por España? —preguntó Momoka.

—¿Te ligaste a muchos chicos? —rio Yuri.

—Uy, no, para nada, aunque me lo pasé muy bien pero os eché mucho de menos. Al principio me pasé llorando un montón de tiempo.

—¡Pero si estábamos todo el día chateando! —exclamó Xu-Xu.

—Sí, pero no estaba aquí.

—Nosotras también te echábamos de menos —habló Himeko.

—Sí, se notaba que no estabas —decía Momoka.

— ¿Y a vosotras como os fue? ¿Llegaste a decirle a Nowaki tus sentimientos, Himeko? Estos días os he visto muy juntitos.
Himeko bajó la vista algo ruborizada.

—Estamos juntos porque somos amigos pero no le he dicho nada.

—¿Y a que estás esperando? ¿Y vosotras?

—Yo sí que le dije mis sentimientos a Kamui —habló Momoka—. Fue justo antes de que se cambiase de instituto, de que lo perdiéramos.

—Lo dices como si se hubiese marchado al exilio —apostilló Xu-Xu—. Después de todo seguía en la ciudad y mira, regresó al instituto.

—Yo sabía que pasaba algo, le notaba raro y distante.

—Hombre —continuó Xu-Xu—. Siempre ha sido distante.

—Pero no de esa manera, yo sabía que lo iba a perder, que se iba a alejar de mí, lloré mucho yo... fui tan tonta. En fin, es mejor no acordarse de esas tonterías ¿A que no sabéis? ¡Nos ha invitado al partido del sábado a Yuri y a mí!

—¿Quién? —preguntó Xu-Xu.

—¡El propio Kamui! —exclamó Yuri—. ¿No es increíble?

—¿Estáis seguras? —se extrañó de nuevo Xu-Xu.

—Que si, Xu-Xu, que nos lo dijo, a las dos.

—¿Y vais a ir? —preguntó esta vez Sumire.

—¿Tú estás tonta? ¿Cómo no vamos a ir?

—¿Es el partido del que me habló Akane?

—No sé —respondió Yuri—. ¿Qué partido te dijo?

—Algo de unas semifinales, es que como no hay club de fotografía me ha dicho que me apunte al periódico como fotógrafa.

—¡Que buena idea! Si, debe ser el mismo partido ¿Tú vas a ir Xu-Xu?

—Pues sí, pensaba ir. ¿Entonces serás la fotógrafa?

Con sabor a mandarinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora