41. Los nervios antes del partido

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El viernes por la tarde Akira, como entrenador del equipo, fue al lugar de entrenamiento para ver a los jugadores "in situ" y contarles que estrategia iban a seguir. Sentado en el banquillo del entrenador observaba y tomaba nota en su cuaderno. Ver a los jugadores como se comportaban durante el entrenamiento y como interactuaban mientras no entrenaban era de lo más revelador.

Kamui acababa de terminar una serie de ejercicios que decía ayudaban a los jugadores. Akira se levantó y se acercó al portero, un chico alto, muy alto y bastante musculoso, curiosamente a Akira le parecía que su cabeza era muy pequeña comparada con su cuerpo.

—Jiro, un momento, quiero comentarte algo.

—¿Qué pasa?

—Solo quería comentarte una cosa. Eres un portero formidable, eso no lo duda nadie, sobre todo porque eres muy grande y abarcar mucha portería pero ¿Te has dado cuenta de que tienes un punto ciego?

—¿De que hablas, perdedor?

El tono de Jiro no era muy amable, Jiro nunca era amable así que estaba dentro de lo que era normal. Akira suspiró.

—¿No te has dado cuenta de tu punto ciego? Tus compañeros si se han dado cuenta, Kenshi se ha dado cuenta y siempre te mete goles por ahí. El caso es que si tus compañeros se han dado cuenta lo más probable es que los otros equipos también.

—¿Estás diciendo que no soy un buen portero? Tú, que eres una basura como deportista y no tienes ni idea vienes aquí, de nuevo y te las das de listo. Hay que joderse.

—¿Qué sucede, Jiro? —Seishiro se acercó a ellos, no deseaba intervenir, se suponía que él estaba allí como ayudante sanitario del equipo, daba masajes y curaba heridas y no debía meterse en cuestiones técnicas, pero en este caso tenía que hacerlo.

—El mierda esta se cree que puede venir a decirme como tengo que hacerlo.

—Solo le he señalado que tiene un punto ciego en su defensa, Kenshi y Nowaki se han dado cuenta y si ellos se han dado cuenta vuestros rivales, a poco que os estudien, también.

—Eso es cierto, Jiro, no tienes que molestarte, al contrario, esto te da una oportunidad de reforzar la defensa.

—Mira, no me vengas ahora tú también con mariconadas. Soy un buen portero y lo sabes.

—Pero no es malo intentar se mejor portero. Solo escucha al entrenador, él quiere que ganemos así que no te va a decir algo que te perjudique.

Mientras veía a Seishiro intentando razonar con aquella mole de carne pelona, Akira se planteaba como podía ser que Jiro, con lo pendenciero que es y lo mal que se porta insultando y burlándose de casi todos y los problemas que dio el año pasado, sin contar con que a los primeros que vio discutiendo Akira durante el incidente maldito fueron a él y a Kyojin, como podía ser que no estuviese sancionado. Era incomprensible.

Kamui, Nowaki, Kenshi y el resto del equipo continuaban descansando un poco en su entrenamiento, la mayoría miraba curioso al interior del gimnasio donde, las nuevas animadoras ensayaban y perfeccionaban su reciente e improvisada coreografía.

—Vale, chicas —dijo Momoka—. Lo estamos haciendo muy bien, vamos a descansar un poquito.

Algunas de ellas, como Akane y Jisei se dejaron caer sentadas al suelo.

—Esta chica se lo está tomando muy en serio —se quejó Akane refiriéndose a Momoka y el entrenamiento al que las sometía.

—La culpa es tuya por ocurrírsete esta idea —gruñó Jisei.

Con sabor a mandarinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora