36. Kyojin se declara a su modo

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—Pobrecillo —decía Yuri acercándose a él y observando aquel sueño tan agitado—. Tenías que haberme llamado antes, pero no te preocupes Kyo, ya me ocupo yo de todo.

—No quería estropearte el domingo.

—Mira que llegas a ser tonto ¿Y tú que haces aquí, Ryuko?

—La llamé yo —se apresuró a contestar Kyojin—. Le pregunté si quería acompañarme, es que estaba aburrido.

—Muy bien, muy bien, bolita —le guiñó un ojo—. Anda, vosotros id abajo, si os necesito ya os llamaré ¡Baja de ahí, gato!

Dio un manotazo a la gata que se fue de allí bufando.

Akira se sobresaltó y aún dormido se incorporó repentinamente.

—Yaaa, ya —dijo Yuri recostándole y acariciándole el pelo—. Tranquilo, yo estoy aquí.

Kyojin la miraba torciendo la boca, Ryuko frunció el ceño.

—Vamos, Ryuko, vamos a preparar algo de merienda.

—A mí no me subas nada, la merienda engorda muchísimo.

—Es para él, apenas si ha comido.

Nada más salir de la habitación Ryuko se cruzó de brazos.

—No es por criticar —habló en voz baja mientras bajaban las escaleras—, pero tu amiga es una descarada.

—Mujer, nos conocemos de toda la vida y ya sabes, el roce hace el cariño.

—Ya pues no me gusta ¿Eso también lo hace contigo?

—Depende del día, Yuri es impredecible.

—¿Y sabes por qué Akane ha querido marcharse así de pronto?

—Se lo mismo que tú, de pronto dijo que llamase a Yuri o a Karura, luego vinisteis tú y Hisoka, tú te quedaste y ella se marchó, así, como un intercambio de cromos.

—Dijo que quería recoger a su hermano pero no se ¿No la notaste rara?

—Pues sí, estaba muy callada y seria pero pensé que era por el cansancio, no ha dormido casi nada.

—¿Tan mal ha estado Akira?

—No es solo eso, es que... espera, vamos a poner la tele, que no nos oiga Yuri. Al principio íbamos a hacer turnos en la habitación de Akira, por si empeoraba, porque realmente estaba muy mal y nos asustó. Todo iba bien hasta que Akira se puso a temblar de frio y Akane dijo que el cuerpo humano está a casi 37 grados y se metió en la cama a darle calor.

—¿Se metió en la cama con Akira? No, si de ella no me extraña, que burra que es.

—Dijo que cuando entrase en calor saldría pero...

—¿Pero, qué?

—Que Akira no la dejó.

—¿Cómo que no la dejó?

—Que se agarró a ella como una lapa y no había forma de separarle. Pero él no se acuerda de nada, lo cual es muy divertido porque puedes decirle lo que sea y se lo cree, mola ver la cara de confundido que pone.

Ryuko no estaba atendiendo a lo que Kyojin contaba porque solo podía pensar en que Hisoka le había dicho que Akane había soñado con Jakuro y eso era malo, muy malo, así que toda su atención estaba puesta en pensar como preguntarle a Kyojin si había notado algo raro en Akane.

—Akira no la tocaría o le metería mano ¿no? —preguntó de sopetón.

—No que yo viera, no creo que Akira fuera capaz de meterle mano, hombre, tenía mucha fiebre y a veces deliraba pero...

Con sabor a mandarinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora