03. Sumire, la chica feliz

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—¡Xu-Xu! —gritó Sumire al ver entrar por la puerta a su amiga de la infancia.

—¡Sumiiiiiiiii! —respondió esta lanzándose a abrazarla—. ¿Pero cuando has venido? ¿Y por qué no me has dicho nada?

—¡Sumire! —gritaron también un par de chicas que corrieron a abrazarla.

—¡No has cambiado nada, Sumire!

—Pues vosotras si ¡Cuánto te ha crecido el pelo, Yuri! ¡Y sigues siendo rubia! ¿Y tú te lo has cortado, Momoka?

—Decidí hacer un cambio de look ¿Te gusta? —La chica con el pelo castaño claro se tocaba su melena que apenas le llegaba a los hombros.

—¡Que guapas que estáis!

Akira miraba con las cejas arqueadas como las cuatro chicas daban saltitos y grititos incoherentes.

—Se ve que se alegran de verse —comentó Kyojin—. ¿Dónde vamos a comer hoy, Aki?

—¿No vamos a comer donde coma Ryuko, como siempre?

—Lo dices como si yo siguiera a Ryuko —murmuró en voz baja mirando alrededor para asegurarse de que nadie escuchaba esa conversación.

—Oye, Sumire —hablaba una de las chicas—. ¿Dónde vas a comer?

—Conmigo —contestó Xu-Xu—. Tenemos muchas cosas que contarnos ¿A que si, Sumire? Vamos a ir al comedor exterior, que Sumire no lo conoce ¡Tenemos un comedor al aire libre, Sumire!

—Pues entonces nos veremos allí. Nosotras hemos quedado con Kamui para comer.

—¿Con Kamui Kaguya? ¿Aún seguís intentando ligároslo?

—Chist, calla, no te vaya a oír.

—¡Xu-Xu! —Kenshi llamó la atención de la chica—. ¿Vamos a comer?

—Hoy vamos a comer con Sumire ¡Tenemos mucho de qué hablar! ¿Nos puedes traer unas latas? Luego te lo pago.

—Sin problema. Nos vemos abajo.

—¿Vamos nosotras también? —interrogó Jisei a Ryuko y Akane.

Kyojin miró a Akira como si quisiese que este le leyese el pensamiento.

—Parece que hoy nos toca en el exterior —suspiro Akira.

El comedor exterior era una zona habilitada para tal función en unos terrenos pertenecientes al instituto situados detrás del pabellón central. Tenían una cafetería con un amplio comedor pero la nueva directora observó que la mayoría de los alumnos prefería comer en las aulas o se reunían y sentaban en la hierba sobre todo cuando hacía buen tiempo, así que pensó que era una buena idea limpiar todo aquello y colocar unas mesas de madera con bancos incluidos y de paso algunas papeleras.

—¡Vaya! —exclamó Sumire —¡Cuánto lujo! Comer aquí es como ir de picnic ¡Ay que emoción! ¡Hace tanto tiempo que no como así!

—¿En España no comías con tus compañeros?

—Pues no. Allí el instituto terminaba a las dos y media, así que comíamos en casa.

—¿Tan tarde?

—Bueno, es que allí tienen otro horario de comidas ¿Dónde nos sentamos? ¿Y para beber?

—Vamos a sentarnos en esa mesa. Mira, Yuri y Momoka están ahí —contestó Xu-Xu —. Y no te preocupes por la bebida, Kenshi la trae.

Con sabor a mandarinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora