Capítulo 8

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Capítulo 8.

Esa noche tuve un extraño sueño. Ante mí se revelaba un sombrío bosque de aire húmedo y frío. Aún estaba oscuro aunque parecía estar cerca el amanecer, me interné en él como si algo estuviese atrayéndome a internarme cada vez más. Mis pasos me llevaron a la orilla de un lago donde divisé dos figuras que parecían copular salvajemente. Estaban tan unidas que no pude determinar de quienes o que se trataba, solo oía los gritos de placer que proferían aquellas dos criaturas. Traté de alejarme del sitio pero parecía que mis pasos solo lograban circundarlo sin perder de vista aquella erótica escena.

Desperté agitado y jadeante, tenía la frente perlada en sudor entonces, todas las acciones ocurridas hace un par de horas atrás se desarrollaron frente a mis ojos como una película, vi a Sakura a mi lado, a mi paciente a quien debía cuidar y proteger. Un sentimiento de repulsión hacia mí mismo me invadió, comencé a hiperventilar y sin pensarlo demasiado me levanté para alejarme de ella. Entré al cuarto de baño, cerré la puerta y encendí la luz. El espejo que estaba frente a mí me devolvía un rostro horrorizado consigo mismo. Me sentí asqueado y decepcionado, me miraba con desprecio reprochando mí falta de voluntad. Hasta donde había llegado mi lujuria.

Me lavé la cara frenéticamente y regresé a la habitación, Sakura dormía plácidamente, su pequeño cuerpo estaba enrollado en la sábana dejando entrever únicamente su rostro. Desde el óvalo de la ventana se colaban los finos rayos del sol matutino. Me senté con la espalda apoyada a la pared y no dejé de verla hasta que despertó. La vi abrir los ojos lentamente, por su expresión pude intuir que le sorprendía no hallarme a su lado percibiendo que estaba sentado frente a ella pero alejado al mismo tiempo.

 Buenos días- dijo con timidez.

 Buenos días... - respondí sin entusiasmo.

 ¿Sucede algo? – sus ojos se abrieron con una expresión de sorpresa. - ¿Hice algo malo?

 No has hecho nada malo Sakura... tú no has hecho nada malo... - desviándole la mirada, no podía soportar ver la inocencia que se trazaba en su rostro. No la había violentado, pero había hecho mucho peor, la había persuadido, la había endulzado y así hacerla ceder. No dejaba de sentirme asqueado. La moral y la ética que había construido se había esfumado como polvo al viento.

 Entonces ¿Qué es lo que sucede? – acercándose con cautela, como quien intenta lidiar criatura feroz.

 Ve a tu habitación, cámbiate y luego ve al comedor. Debo salir. Si necesitas algo el doctor Iruka te atenderá sin problemas.

 ¿Qué está sucediendo?

 Haz lo que te pido. – para cuando solté esa orden me había levantado y la tomaba del brazo. Los ojos se le anegaron en lágrimas.

 ¿Por qué me tratas así? Esos ojos, esa mirada en ellos... me desprecian igual que todos ¿Es por lo que sucedió?

 Si... ¿Para qué mentirte? – vi como tragó grueso y trató de zafarse de mi agarre pero sin aplicar fuerza alguna. – Lo que sucedió... te pido disculpas... me dejé llevar... y todo se salió de control ¡Soy tu médico y responsable Sakura! – la voz se me quebró, nunca antes me había pasado, nunca antes había flaqueado de esa forma, sentía que todo lo que era, todo lo que había construido se desmoronaba sin que pudiese hacer nada. Y con toda la madurez que pudo me miró con firmeza.

 ¿Estás culpándote? Sé que aún sigues pensado que estoy enferma... en el fondo sabes la verdad, pero es más sencillo pensar que lo estoy y ahora sientes que te has aprovechado de eso para intimar conmigo, pero, no es así Sasuke... lo hiciste por una razón que va más allá de tu trabajo y de mi condición como paciente... lo hiciste porque necesitabas lo mismo que yo, alguien que abriera sus brazos y te recibiera sin hacer preguntas, sin mirar quien eras o que habías vivido, deseabas recibir el calor que te ha faltado todo este tiempo. Tus ojos lo reflejan, reflejan la misma soledad que reflejan los míos...

EL Diario del Dr. UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora