Capítulo 17

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Una nube opacó el pálido resplandor de la luna dejándonos a oscuras; Shugo seguía gruñendo, sentía que el corazón se me aceleraba y podía sentir la tensión de Sakura invadirme el cuerpo. Me mantuve atento escuchando lo que sucedía afuera, un grito femenino se escuchó desde el pasillo después de un ladrido. Sakura dio un respingo.


- ¿Qué hacemos? - susurró.


- Calma. - tapándole la boca con un dedo.


- ¡¡¡Apártate!!! - dijo la misma voz femenina.


- Shugo... ¿Qué haces aquí? - dijo la voz anciana de Chiyo. - ¡¡Ven acá!! Disculpe doctora Karin, es que tiene ciertas mañas a la hora de dormir.


- No... se preocupe... - pude sentir que Karin le tenía miedo al gran perro. - acabo de llegar, cené fuera y cuando entré me topé con este animal.


- Oh disculpa. Bueno supongo que querrás dormir.


- Si así es. - dijo con una risita nerviosa. - por cierto, ¿Qué hay en esa habitación? - dijo de pronto.


- Es...la Sala de Música, pero ahora está cerrada. - dijo rápidamente la anciana. Sentí como un escalofrío corrió por mi espalda, pero acto seguido desapareció.


- Ah, quizás mañana la visite.


- Si mañana. - oí decir a Chiyo.


Los pasos se alejaron lentamente, y fui relajándome un poco, pero Sakura aún permanecía tensa, la luz de la luna volvió a iluminar el salón. Habíamos corrido demasiado riesgo, pero no dejaba de ser excitante. Sakura soltó una risilla por lo bajo y yo la besé, sus labios suaves me recibieron con todo gusto.


- Es hora de irnos, es lo mejor. - susurré mientras besaba su cuello.


- Uummjum... solo un minuto.



Después de un par de minutos Sakura se levantaba para vestirse, observé su cuerpo desnudo a la luz de la luna, era simplemente perfecta, cada curva, sus largos cabellos cayendo por su espalda, sus labios rojizos y sus intensos ojos verdes, sus piernas torneadas, la delicadeza de sus senos, la sensualidad de su abdomen; me resultaba cruel que toda esa belleza tuviese que sufrir por ese demonio que se ocultaba dentro ella, que la destrozaba. El hecho de pensarlo me torturaba día y noche, y me torturaba aún más el hecho de no ser capaz de hacer algo por ella. Después de vestirse se giró hacia mí y sus ojos verdes me observaron atentamente.


- ¿Por qué me miras de ese modo? - dijo con una sonrisa en los labios.


- Solo admiraba lo hermosa que eres.


- Gracias por el cumplido, pero... hay algo más en tu mirada. - esa intuición femenina no falla.


- Te aseguro que no es nada. Ahora debes volver a tu habitación.


Me terminé de vestir rápidamente y luego salimos sigilosamente. Esperé a que Sakura llegara a su habitación que era la última del pasillo. Bajé a toda prisa la hilera de escaleras, y salí al jardín. Una figura estaba al lado de mi auto, pero no pude divisar de quien se trataba. Estaba muy oscuro, pero a medida que me iba acercando la figura se hacía más clara hasta revelar su identidad.


- ¡Buenas noches, jovencito!


- Aaj, eres tú. - dije relajado.


- ¿Qué hacían tú y Sakura en el salón de música a estas horas? Y no me engañes, Shugo solo va donde Sakura está, y si se plantó frente a esa puerta es porque ella estaba allí, y sé muy bien que estabas con ella.


- Sí, es cierto. Estaba con ella. - confesé.


- Bien, no es necesario que me digas que pasó, aunque ya lo imagino. - dijo con tono rezongón. - solo te diré que te arriesgas demasiado. Mejor deja de ser tan temerario.

EL Diario del Dr. UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora