Capítulo 6

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Capítulo 6.

Esa mañana desperté con cierto agotamiento en la espalda, quizás no había dormido en una buena posición, o mejor dicho el colchón de esa cama era terrible. Sentía que los resortes me habían perforado toda la espalda haciéndome sentir adolorido y cansado. A pesar de todo me levanté para ser puntual, ya que me esperaba un día agotador, en parte por el trabajo y por otro lado por los preparativos para el viaje.

Me levanté pesadamente y me dirigí al baño para darme mi acostumbrada ducha matutina. Al terminar me vestí y salí a toda prisa. No me había fijado lo tarde que era, al parecer mi ducha había durado más de lo normal, quizás porque estaba dormitando mientras el agua tibia me caía encima. De camino al consultorio me encontré a la dotada doctora Tsunade quien iba acompañada de Shizune, las saludé con un gesto de la mano y seguí. No recordaba el completo desorden que había dejado en el consultorio. Había montañas de historias acumuladas sobre el. Me senté a revisarlas una por una para asegurarme de que no faltara ningún documento o examen. Cada dosier debía estar completo de lo contrario no podría enviarlos al archivo. Pasé toda la mañana revisando hasta que me pareció un milagro haber logrado terminar con treinta y siete expedientes. Los ordené alfabéticamente y pedí a la encargada del archivo que los llevara. Minutos después la señorita Yamanaka, a quien había conocido ayer, llegó a la oficina con una amplia sonrisa para retirar la multitud de carpetas. Me parecieron demasiadas para que ella sola las llevara así que la ayudé a llevarlos hasta el archivo. Al parecer ella estaba complacida de que la acompañara. Conversamos sobre cosas superficiales durante el camino y luego me despedí.

No creí que gastaría tanto tiempo en esa faena, tenía otros objetivos en mente, como comenzar a investigar respecto al problema de Sakura, aunque sentía cierto miedo de hacerlo. Sabía que mis investigaciones serían infructuosas, algo me decía que la solución no estaba en un libro o en la web, se trataba de algo más que simple teoría. Si tan solo recordara donde había visto aquel rostro que se sobreponía al de Sakura tendría una idea, y porque hablaba de llevarme. Tenía serias sospechas, pero por alguna extraña razón aquel día se me hacía tan difícil de rememorar, los recuerdos se atropellaban en mi mente acumulándose uno sobre otro, como un montón de videos reproduciéndose a la vez. Solo algo recordaba claramente y era el calor enardecedor del fuego rojizo que devoraba sin compasión todo lo que se hallaba a su paso, fuera orgánico o inorgánico. Sacudí la cabeza para despejar esos pensamientos que me distraían de mi objetivo, después de todo, no podía descartar la opción de que yo mismo estuviese sugestionado y hubiese alucinado cualquier cosa.

Esperanzado de cierta forma me senté frente a la laptop para comenzar una primera búsqueda. Con tan solo introducir la palabra "Posesión" miles de resultados aparecieron al instante. Tomé aquellos cuyos títulos me llamaron la atención, los leí rápidamente devorando las palabras, tratando de asimilar la mayor cantidad de información útil. Anoté nombres de reconocidos psiquiatras que hablaban con cientificidad sobre el asunto y uno que otros religiosos que hablaban sobre el tema de una forma meramente espiritual. Al cabo de un par de horas ya tenía un buen arsenal de información, y aunque me sentí un poco insatisfecho había sido un buen comienzo, al menos para tener una primera idea sobre aquel asunto que me era tan ajeno y que me guardaba tan escéptico.

Me llevé las manos a la frente en un gesto de cansancio y también tratando de escarbar en mi cerebro alguna forma de entender aquel problema. Muchos autores de diversos artículos hablaban de las posesiones como aquel fenómeno en que dos energías, es decir almas, ocupaban un mismo cuerpo, una de ellas era el verdadero "dueño" más específicamente recipiente de un alma, y otra era la invasora. De modo que ambas almas debatían dentro por aferrarse a dicho cuerpo, creando síntomas como doble personalidad, contorciones, habla en otros idiomas no conocidos por la persona principal, cambio en la voz, actitud violenta; todos síntomas fácilmente confundibles con los de la esquizofrenia o el trastorno bipolar o incluso de múltiple personalidad. Se dice que estas posesiones suelen pasar cuando el alma que ocupa el cuerpo está debilitada enérgicamente, y es en ese momento que el invasor aprovecha y se aferra al cuerpo ajeno. Se especulan diversas razones de porque un alma invasora tiene ese deseo de poseer un cuerpo.

EL Diario del Dr. UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora