Capitulo 29

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Los rayos del sol habían desaparecido dejando atrás sus últimos destellos dorados. Aún permanecían abrazados el uno al otro.
- ¿Recuerdas al doctor Hatake? – dijo en voz baja.
- Si… lo recuerdo.
- Siéntate, debes escucharlo todo.
- Está bien…
- Verás, el doctor Hatake no es un… como decirlo… humano; es  una criatura, un shinigami.
- ¿Shinigami? – confundido e incrédulo. - ¿Qué quieres decir? ¿Cómo? – por un breve momento recordó que él había apartado a aquellos espíritus que rodearon a Sakura.
- Él me lo dijo, también me dijo que su misión es buscar a un shinigami de alas negras que fue condenado a vivir  en la tierra como un ser mortal; solo él puede ayudarme, solo él tiene el poder suficiente para sellar a Orochimaru y esos otros dos…
- ¿Qué otros dos?
- Dentro de mí yacen otros dos espíritus que son sirvientes de Orochimaru, ellos no están siempre cerca de mí.
- ¿Y dónde está ese shinigami, acaso sabe dónde encontrarlo?
- No, no sabemos nada sobre él… pero, últimamente he tenido varios sueños, como de una vida pasada y aparece un hombre cuyo rostro no logro identificar, la verdad no distingo bien su figura, solo sé que es de tez blanca y que llevaba una pluma negra en la mano. Y otra cosa, suelo soñar conmigo misma, pero en mis sueños tengo una apariencia adulta y hay ciertos rasgos distintos, pero sé que soy yo. Además parece otra época.
- Ya veo… ¿Y piensas que ese sueño corresponde a una vida pasada y que la figura que allí se muestra pertenece al Shinigami de Alas Negras?
- Así es…

- Quizás no estés de acuerdo conmigo, pero te diré lo que creo sobre esos sueños. Estás muy presionada por todo lo que está sucediendo y no te puedes fiar de tus sueños, los sueños son imágenes que no pertenecen a la realidad, dentro de ellos no hay límites y puede que ahora tu mente intente engañarse en busca de una solución. – intentó explicar.
- ¿Estás diciéndome que lo que sueño son puras fantasías?
- Sakura, trata de comprender… - con tono más severo.
- Creí que habías cambiado, que me creerías, pero sigues igual…
- Sakura trato ayudarte, pero quiero que todo esto se resuelva lógicamente.
- ¡¡¡Tu problema es que quieres ver todo científicamente, pero esto no tiene nada de científico, más tu necesidad de explicar todo te impide abrir los ojos!!!
- ¡¡¡No puedes prohibirme que piense de una manera u otra!!! – subiendo el tono de voz. – Creí que habías madurado pero sigues siendo una niña.
- ¡¡¡Ponte un momento en mi lugar y dime que sentirías!!! ¡¡¡No puedes, nunca sentirás todo lo que yo siento!!!
- ¡Ya basta Sakura!
- Estás tratándome como a los enfermos de este deprimente hospital. Al menos aún hay personas que serían incapaces de darme la espalda… Que creen en mi.
- ¿Ah sí? Dime quien
- ¡El doctor Hatake! ¡Naruto, Hinata! ¡Gaara!
- ¿Qué tiene que ver Gaara?
- Cuando no estabas fui a verlo
- ¿Sola?
- Si, escapé para pedirle ayuda…
- ¡¡¡No puedo creer que seas tan imprudente, sabes el peligro que corrías yendo hasta Kioto tu sola!!!!
- Si lo sé, pero deseo vivir, y haré lo que sea por ser libre con o sin ayuda. Ya no me importa si vas a quedarte o no.
- No seguiré está pelea absurda. Volveré cuando seas capaz de escucharme. – furioso.
- ¡¡¡¡Entonces no vuelvas nunca!!!!!
En medio de toda aquella discusión el doctor Hatake irrumpía en la habitación para saber que sucedía.
- ¿Qué pasa? – pretendió saber.
- Nada. – Sasuke pasó a su lado y dio un portazo.
- Él… sigue igual que antes… - sollozando.
- Cálmate Sakura, dale tiempo… Para él no es nada fácil asumir todo esto…
Estaba tan furioso que subió a su auto sin ver a nadie, condujo a toda velocidad; iba camino al parque; deseaba tomar aire y calmarse, no era momento para perder los estribos y muchos menos faltar nuevamente a su palabra, pero le resultaba cada vez más difícil poder dar con la respuesta a este caso. Dentro de sí sabía que los sueños de Sakura podían ser una señal, pero su mente racional le impedía darle el visto bueno, resultaba imposible para él concebir la idea de que un sueño pudiese contener una idea concreta de la realidad. Pero de algo estaba seguro, debía buscar a ese shinigami, pues era la única respuesta a todo este asunto pero ¿Cómo?
Aparcó el auto y bajó, aspiró el aire fresco de la noche primaveral y luego exhaló lentamente y comenzó a caminar por el parque. La noche era clara, la luna brilla en lo alto y un par de estrellas titilaban débilmente, los árboles se movían en un lento balanceo por la brisa y proyectaban tenebrosas sombras sobre el suelo. Caminó más allá hasta llegar a un cerezo que mantenía sus pequeños capullitos cerrados a la espera del momento adecuado para mostrar aquellas bellas flores. Se sentó bajo el árbol y alzó la mirada al cielo para meditar.

“No puedo perderla otra vez… Pero ¡Maldición! ¿Por qué me resulta tan difícil abrir la mente a todo esto? Quiero que ella sea libre, que pueda llevar una vida normal. ¿Y si acaso yo… - tuvo hasta miedo de pensarlo. – Sé que la respuesta está en mí, de eso estoy seguro… Orochimaru desea mi vida… Tal vez la única forma de salvar a Sakura sea…
Sakura estaba en el jardín bajo el cerezo, pensando lo desgraciada que era su vida, sintió tanta rabia. Estaba a punto de llorar cuando alguien se acercó a ella, era Suigetsu.
- ¿Estás bien? Tienes los ojos enrojecidos…
- No, no estoy bien, nada bien…
- Escuché una pelea ¿Sabes quiénes eran?
- Yo… estaba peleando con el médico que regresó de viaje… él era quien llevaba mi caso antes de que llegara el doctor Hatake…
- ¿Y porque discutías con él?
- Porque no me agrada, es todo… - mintió.
- Sé que no parezco de fiar… pero puedes confiar en mí. No sé porque… pero estar contigo me hace bien… es como si me alejara de todo lo malo que he vivido… como si olvidara lo oscuro y vacío que ha sido todo este tiempo…
- Suigetsu… ¿Tú, sientes algo por mí? – se atrevió a decir.
- ¿Yo? – abrió los ojos como platos y se sintió desprotegido ante aquella pregunta tan directa. - ¿Por qué preguntas eso? – nervioso.
- Ayer… si no hubiese sido por Sai, tú…
- ¿Te habría besado? Si… tuve el impulso de hacerlo, pero quizás no lo habría hecho… - desviando la mirada.
- ¿Por qué?
- Por respeto a tus sentimientos.

Sakura permaneció en silencio por largo tiempo y a Suigetsu le costaba mantener aquella mirada profunda contra él; ella estaba estudiándolo, pensando… entonces Sakura posó su mano en la mejilla de Suigetsu y este la besó suavemente en la mejilla y poco a poco sus labios llegaron a los de ella. Ninguno de los dos estaba seguro de hacer lo correcto, pero si había una certeza, ambos necesitaban esa demostración de cariño.

Mientras en el parque, Sasuke seguía sentado bajo el cerezo con la vista perdida en la espesura de la vegetación. Frente a sus ojos se posó un cuervo de hermoso plumaje negro, el ave miraba a la luna entonces él también miró a la luna y cuando volvió los ojos hacia el cuervo nuevamente, este lo miró directamente, las orbes negras del ave parecían poseer un brillo distinto y único, de pronto se alzó en vuelo y dejó caer una pluma azabache. Sasuke se levantó y la recogió, observándola largo rato y poco después una punzada en el pecho lo hizo caer de rodillas por el dolor. Algo ardía como una herida abierta, sintió tanto dolor que las lágrimas se derramaron por sus ojos sin poder contenerlas. Trató de controlarse, pero era más fuerte que él. Soltó la pluma negra y lentamente el dolor fue cesando. Le costaba respirar así que se acostó en la hierba para descansar, se secó las lágrimas y continuó respirando para recuperar fuerzas. Tomó la pluma nuevamente y la guardó en el saco que llevaba puesto; se aflojó el nudo de la corbata y se desabotonó los primeros dos botones, y allí se quedó tumbado por largo rato.
“¿Qué significa todo esto? ¿Qué me acaba de pasar?”
Estaba allí tumbado, confundido, sin saber a qué recurrir. Un pensamiento fugaz cruzó su mente y recordó que cuando iba de camino al hospital un cuervo se cruzó cuando manejaba, luego Sakura le relató el sueño sobre aquel ser que llevaba una pluma negra en la mano y ahora otra vez un cuervo, pero ahora la pluma estaba en su mano. En tanto, Kakashi se reunía con su pareja Shinigami de nombre Rin,  , quien le entregaba un informe completo y confidencial sobre la vida de aquel Shinigami de Alas Negras.
En el jardín bajo el cerezo…
- No debí hacer esto… - dijo Sakura en voz casi inaudible.
- ¿Por qué?
- Es que estoy tan confundida…
- Ese doctor tiene que ver en algo ¿Verdad? Antes de que él llegara no estabas así… Porque no me dices la verdad. – exigió.

Sakura no pudo responder y echó a correr hacia su habitación, no se detuvo a pesar de escuchar que él la llamaba. Cerró la puerta y se dejó caer en la cama. Sentía remordimiento.

“No debí besarlo, hice todo mal, todo mal. El doctor Hatake me lo había advertido… pero… ¡Aj! Me duele la cabeza…

Estaba cansada de llorar pero no pudo evitarlo, las lágrimas se derramaban sin detenerse, sentía que todo se venía sobre ella. Y entre llantos se quedó dormida. Sasuke volvía al hospital. Al llegar se dirigió a la habitación de Sakura, hallándola dormida. Se sentó a su lado y acarició sus largos cabellos, vio las lágrimas que aún quedaban en sus mejillas y las secó con el dorso de la mano. La besó en la frente y le dejó la pluma negra en la mano entre abierta. Y se marchó.
A la mañana siguiente Sakura despertó con un fuerte dolor de cabeza de tanto llorar, cuando abrió los ojos al completo y estos se acostumbraron a la luz vio la pluma negra en su mano. Estaba atónita.

EL Diario del Dr. UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora