La imagen no tiene nada que ver con alguna situación o momento del libro, es solo por que justo en ese movimiento se parece mas a Eugenia.
Durante las siguientes semanas, sentí como Eva estudiaba cada reacción mía cuando estaba su lado, para mi gran goce, el director me había informado que si llevamos a una alumna a las olimpiadas tenía que estar capacitada para la competencia, por lo que use un poco de mi manipulación y terminarnos decidiendo que si queríamos ganar el primer lugar, Eva necesitaba clases particulares dos días a la semana luego de clases, siempre y cuando sus padres estuvieran de acuerdo y también yo lo estuviera.
No se necesitó mucho tiempo hasta que Eva recibió el permiso y antes de lo que pensaba ya me estaba arreglando para tener una clase con mi Eva. Lo admito, me había rendido, luego de nuestras pequeñas miradas supe que quizás Eva si sentía algo por mi, de que quizás algún día ella me amara tanto como yo a ella, pero antes de que eso sucediera, necesitaba conocerla más a fondo ¿y qué mejor que unas clases particulares, solas en el salón de clases?
Sentí sus débiles golpes en la puerta, me arme de valor y grite un "pasé" de la forma más firme que pude tener en ese momento. No la mire hasta que estuvo justo frente a mí, su aroma invadió mis narices y su dulce cuerpo otra vez estaba a mi merced. Subí mi vista y la encontré mirándome fijamente, con su rostro contraído- y para mi sorpresa- una pose de absoluta sumisión. Ahora ella estaba bajo mi control, pequeñas gotas de sudor resbalaban por mis manos. Le dije que trajera una silla y se sentara junto a mí, esto se volvía más divertido. De principio le explique los términos principales del algebra, ella absolutamente enfrascada en la conversación asentía cada ciertos segundos y otros –haciéndome la tonta- veía como su mirada bajaba hasta mi cuerpo, sentía como miraba mis labios y como se ruborizaba cuando le dedicaba una mirada fugaz. Cuando estaba por terminar la lección, dedique unos minutos a preguntarle sobre su vida personal como quien no quiere la cosa.
-Vivo con mis padres, tengo un perro llamado Odi y paso mí tiempo leyendo- asiento mientras lentamente subo mi mirada desde sus labios hasta sus ojos. Lo único que no sabía era que tenía un perro lo demás solo bastaba con mirarla para saber más. Nos miramos fijamente un rato que pareció la eternidad, sentí las ya conocidas mariposas, hasta que decidí ponerle punto final y decirle sutilmente que ya era hora que se fuera. Me miro cabizbaja, con solo mirarla sabía que no quería irse, pero antes de que se fuese, me pregunto sobre mi vida personal.
-¿Y por qué quiere saber señorita Eva?- cada vez que decía su nombre en voz alta, me deleitaba en lo más profundo de mi ser. Me miro esta vez con una pose más firme y dura- estaba volviendo a ser la misma persona fría que era antes-.
-Me parece justo, usted también pregunto sobre mi vida, ahora me toca saber de la suya- cruzó sus piernas, que estaban a menos de cinco centímetros de mí, haciendo que me rozara, una fuerte corriente electica recorrió mi cuerpo, haciendo que perdiera un poco el control, se estaban invirtiendo los papeles.
-Uhm, tengo esposo y dos hijos, trabajo hace más de doce años y tengo otro título en psicología- me mira con ¿celos? ¿Es que acaso mi Eva no le gustó la palabra "esposo"?. Asiente lentamente y baja su mirada hasta mis piernas, veo como la sangre llega a sus mejillas y no puedo evitar soltar un gritito de alegría, quizás le importo. Sin poder contenerme-y estúpida que soy- le pregunto que le sucede. Mientras que con una de mis manos la apoyo en su pierna. Inmediatamente siento como traga saliva y mira mi mano que ahora da pequeños paseos con mis dedos por su pierna.
El crimen ya está hecho, no puedo dejar de danzar con mis dedos, su respiración se entrecorta y mis pulsaciones van cada vez más rápido. Eva se acerca un poquito más a mí, veo como está intentando volver en sí, pero mi mano sigue dando pequeños circulitos en su pierna. Su mirada me dice que siga tocándola, que llegue a más, pero algo en mi subconsciente me dice que no debería seguir, estamos en una institución, la besaría ahora mismo, la subiría a la mesa y la tocaría mientras nuestras respiraciones van cada vez más en aumento. La triste realidad se hace presente y sin que responda mi pregunta, dejo de tocarla y voy guardando mis cosas en mi bolsa.
Eva tarda en volver en sí y cuando lo hace "accidentalmente" choca contra mí y antes de que caiga hecho un bullicio al suelo, la sostengo entre mis brazos firmes, llenos de amor y deseo y la subo hasta que llega a la altura de mis hombros. Me mira absolutamente exaltada, sus labios están a solo unos centímetros de los míos, mis brazos están alrededor de su cuerpo, sus caderas están apegadas a las mías, y no hay forma que se escabulla sin hacérmelo notar. Tengo su aliento en mi rostro, tengo su aroma impregnado en mi ropa, siento su respiración, siento como su cuerpo me pide que la bese inmediatamente, y es aquí la difícil decisión, ¿La beso o dejo que se vaya de mis brazos?, lentos segundos pasan donde mi deliberación me hace soltarla de mis brazos y dedicarle un "ten cuidado", me alejo lo más posible de ella y continuo guardando mis cosas.
Al salir mi amada me da un fugaz beso en la mejilla y se va prácticamente corriendo hacia las escaleras, me siento angustiada. Yo no debería andar seduciendo a adolescentes por la vida, pero Eva es más que eso, ella ya está en lo más profundo de mi corazón.
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Enamorada de mi alumna
RomanceAntes de comenzar, el que quiere puede continuar y leer mis más profundos secretos, hágalo, algunos son perversos y lujuriosos, otros pacifistas y sin sentido, no me responsabilizaré si algún trauma los asecha a lo largo de la historia, mi fin no e...