Eva III

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Eugenia me lleva de la mano hasta dentro de un cuarto, aquí todo es más oscuro, más sombrío. Cierra la puerta detrás de mi y me empuja suavemente hacia ella.

-Eva..

Sus parpados cerrados y su nariz junto con la mía, me siento fluir, siento mis nervios a flor de piel. Eugenia es más alta que yo, tiene una hermosa figura, es bonita por donde se le mire, en cada gesto, en cada mirada. Baja su mano hasta mi cintura y me levanta, sus ojos están sobre los míos, conozco esa mirada brillante, esa mirada fiera llena de excitación y más sentimientos.

-Eres demasiado para mi Eva- Eugenia comienza a darme pequeños besos por mi cuello- demasiado..

Sigue depositando besos en mi piel erizada hasta que quita toda la parte superior de mis prendas. Ahora solo estoy en bragas y la falda de la escuela. Eugenia se aleja un poco de mi y me observa de arriba a abajo, con esos ojos, matándome con su mirada. Me estremezco, no puedo sostenerle la mirada así que me dedico a mirar nuevamente su escote. Ella se quita rápidamente la bata y me deja paralizada. Solo va en bragas negras y su escote. Me siento como un niño adolescente, ver a Eugenia así me hace subir mi temperatura a no más dar. Me pone verla así, ver sus largas piernas con lunares acercarse a mi y empujarme hacia la cama. Me quedo paralizada mientras posiciona una de sus piernas entre las mías y con sus manos no tarda en recorrer mi casi desnudo cuerpo. Me siento malditamente excitada. Eugenia vuelve a besarme apasionadamente y comienza a mover su rodilla sobre mi centro.

-ahh..

Cierro los ojos y ahora todo se arremolina por mis venas. Suelto un gemido cuando besa uno de mis pechos, lo lame...

-Eugeni-ia por favor..

-shhh mi amor, quiero hacerte mía con tiempo.

Muero por tener sus manos dentro de mí, me siento cada vez más excitada a medida que va aumentando sus movimientos sobre mi entrepierna. Eugenia deja de divertirse con mi pechos y quita de la falda rápidamente, también saca mis bragas de un tirón y se dedica a observarme lujuriosamente mientras estoy allí, a su merced totalmente desnuda.

-¿sabes lo hermosa que eres Eva?- los ojos de Eugenia, profundos y brillantes me hacen sonrojarme. Está sobre mi todavía en bragas y con escote, así que no dudo en quitárselos desde la estrecha posición en la que me encuentro. Cuando sus pechos quedan a mi vista me estremezco, son grandes y perfectamente redondeados, al igual que su cintura, es grande, pero no lo suficiente para ser descomunal, sino que malditamente sensual. Me quedo embobada con su cuerpo, desde aquí puedo apreciar cara detalle, cada línea, cada cicatriz...

Eugenia me besa lentamente y comienza a bajar depositando besos húmedos por mi abdomen, me vuelvo a estremecer y ella también lo hace cuando comienzo a jugar con su trasero. Baja con su boca hasta llegar a la altura de mi clítoris. Nunca antes había hecho esto, me siento caliente y sé que Eugenia también, pero no sé si esto será seguro...

-Confía en mi amor, no te haré daño- habla con sus labios rozándome la entrada, suelto un alarido- si te sientes incómoda solo házmelo saber y pararé.

Asiento aún dudosa, pero es suficiente confirmación para Eugenia, que se acerca hasta depositar un beso en mi centro. Esta vez no me muevo de nervios, sino de placer. De apoco Eugenia comienza a lamer parte de mi vagina, intento controlarme pero suelto gemidos cada vez que pasa por mi clítoris. Su lengua avanza por mi entrada y suelto un gemido alto.

-Eugn-nia...por favor

Estoy demasiado excitada, ella lo sabe porque en un corto tiempo su lengua entra dentro de mí y me hace saltar de placer. Su cabeza está en medio de mis piernas dobladas, quiero que siga entrando, quiero sentirla dentro de mi. Pongo una d mis manos sobre su nuca y la arrastro más hacia mi centro, sé que este tipo de posición y movimiento sexual es demasiado extraño para mi, pero todo mi ser pide que continúe lamiéndome. Comienza a aumentar el ritmo de su lengua dentro de mi, sigo presionando mi mano sobre ella. Mis gemidos se hacen más altos y en cada oportunidad digo su nombre. Eugenia, Eu-ugenia..

Llega a un ritmo casi irreconocible, con mi mano libre intento agarrarme de las sábanas para poder sostenerme, siento todo, voy a llegar otra vez. Eugenia continúa su ritmo frenético y mete dos dedos dentro de mi, es suficiente para hacerme explotar y gritar su nombre en medio del orgasmo.

Ella cae sobre mis pechos con gotas de sudor cayendo por su frente, me mira con la respiración cansada, yo también lo estoy. Rodeo con mis brazos su cintura y la abrazo hasta que mi respiración vuelve a la normalidad.

-Eres mía Eva, dime que eres mía...

Sonrío, me acerco a su oreja y lentamente le digo: -Soy tuya Eugenia, toda tuya...

En mi corta vida sexual nunca había hecho algo como esto, pero todas mis noche me imaginaba que sería poseer a Eugenia. Empujo a Eugenia sobre las sábanas y ahora yo quedo sobre ella, mis piernas abiertas sobres sus caderas me enloquecen. Eugenia me mira sorprendida pero con un atisbo de sonrisa me deja sobre si.

-yo no sé... qué hacer Eugenia..

Me da malditamente vergüenza admitirlo, pero realmente no sé que hacer con su cuerpo de Diosa bajo el mío.

-Tranquila, ya sabes que no haremos nada que no quieras mi amor- agarra uno de mis mechones sueltos y lo tira detrás de la oreja- ¿estas segura de esto?

Veo su sonrisa calmada y sus pechos sueltos desde aquí, la amo demasiado y sé que ella también debe disfrutar de esto. Asiento y ella guía una de su mis manos hacia ella. Sube por sus pechos y la deja allí. Entiendo rápido y comienzo a imitar sus movimientos anteriores. Lamo lentamente y saboreo con paciencia cada uno, dulce manjar... Eugenia suelta un corto gemido y agarra dos de mis dedos. Los lleva hacia su boca y lame, de afuera hacia dentro provocando excitarme más. Me mira y baja mis dedos hacia su entrepierna. Me siento nerviosa pero aún así ella continua y me guía hasta dentro de ella. Siento como se tensa cuando entro y como cierra sus ojos de placer. Deja que mis dedos continúen solos y sigo entrando y saliendo de ella mientras lamo cada parte de su cuerpo. Sé que es arriesgado, pero quiero que sienta lo mismo que yo, quiero hacerle llegar al orgasmo tal como ella a mi. Bajo mi boca hacia su centro y succiono lentamente su clítoris, que está hinchado y rojo.

-Dios Eva... mi amor...

Gime cada vez más fuerte mientras entro y salgo de su vagina. Me dedico a succionar y lamer más fuertemente. Pensé en varios momentos de mi vida que el sexo oral sería horrible, desagradable, pero siento a Eugenia, pruebo cada parte de ella y es tan maravilloso que me hace querer más. Llega un punto en donde Eugenia se agarra del respaldo de la cama y comienza moverse con mi subidas y bajadas, grita fuertemente y se derrumba de un momento a otro. Esta vez yo soy la que suda y se apoya sobre ella.

-Eres maravillosa Eva.. Te amo mi amor- me dice entre jadeos, no puedo evitar sentirme feliz.

Dejamos que los minutos pasen, las horas, no lo sé. Pero sentir su cuerpo bajo el mío, sus brazos a mi alrededor es mi paraíso y espero que nunca termine.

-¿Te parece si preparamos algo para comer?

Le sonrío.

Capítulo corto pero bueno 7u7

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Enamorada de mi alumnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora