Epílogo

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Siete años después


Ver a Eva todos los días es una maravilla. Han pasado siete años desde nuestro reencuentro, aunque Eva prefiere decirle "separación de pequeño lapso" que para mí fue más de una año y medio. Sabía que ahora no tenía porqué preocuparme, Eva estaba junto a mi y eso bastaba, la policía ya no se interesaba en que dos mujeres estuviesen juntas siempre y cuando fuesen mayores de edad y en este caso no me arrepiento de ninguna de las cosas que Eva y yo hicimos.

-¿En qué piensas amor?-Eva llevaba una taza de café con sus dos manos juntas.

-En ti mi amor-le sonreí y ella me devolvió una de sus mejores sonrisas.

-Siempre piensas en mi-se sentó junto a mi sobre el sofá.

-Es porque abarcas cada momento de mi vida mi Eva-le acerqué hasta mis brazos.

-Y tu de la mía Eugenia- ver sus ojos brillosos y pensar que estaré junto a ellos el resto de mi vida me calmaba, esta paz interior y felicidad aumentaba cada día más.

-¿Has pensado lo que te he dicho?

Eva quita su sonrisa y muerde su labio, le doy un pequeño beso.

-Lo he pensado amor, pero en este momento no sé si seré capaz de criar a un bebé.

-Claro que sí-le abracé mas fuerte- eres perfecta para ser madre, ya imagino una pequeña Eva en tus brazos amor.

-Tengo miedo Eugenia, quiero formar una familia junto a ti-sus ojos demostraban sinceridad- pero no sé si funcionaré bien como madre.

-Mi Eva, eso es lo de menos, sabes que tendrás mi apoyo incondicional por siempre amor-suspiré- te amo y quiero tener un bebé contigo, ser una familia.

Eva dudó unos segundos, sabía que en su cabeza calculadora las posibilidades de que dijera que sí eran mínimas, aún así mantenía la esperanza. Eva aún era joven y podía tener hijos, y de preferencia hijos míos.

-Está bien-le miré sorprendida-hagámoslo.

Los días pasan, y es inevitable pensar que con cada día pasado me vuelvo mas mayor, mas alejada de la edad de Eva, me carcome el cerebro pensar que algún día yo moriré y Eva seguirá joven y alegre como siempre.

*

-¿Qué te pasa amor?-Eva tiene una enorme panza, y era de esperar, aún no sabíamos el sexo del bebé pero rogaba para mis adentros que fuese niña, una igual a Eva.

-En ella/él-me acerqué lentamente a su estómago-lo único que quiero es que nazca.

-Yo también-sonrío- espero que tenga tus facciones, son hermosas.

Le abracé, con todo el amor que no podía transmitir en palabras, y sí, fue difícil conseguir estar juntas, al parecer un año después de habernos rencontrado Marcos, mi ex-esposo llegó a media noche con la vestimenta hecha jirones y grandes ojeras. Él había sido quien comenzó mi infierno, confesó haber contratado detectives privados desde el momento  en que llegaba tarde a casa, siempre supo la relación que Eva y yo teníamos, el mandó a la policía la noche del baile, el comenzó una investigación en mi contra y mi posible arresto.

-Fui un tonto Eugenia-lagrimeaba sentado en el sofá- lamento haberte causado tanto daño, no soportaba la idea de verte con otra persona, menos con una de tus alumnas.

-Ex-alumna-estaba enojada, podía sentir arder mis venas y por primera vez en mi vida tenía la necesidad de golpear a alguien.

-Lo lamento, sé que tardará tiempo en que me perdones..

Enamorada de mi alumnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora