Capítulo VII Baile mortífero

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     El día de hoy todo estaba ajetreado. Cara se había levantado a las siete en punto de la mañana chillando y despertando a todo el mundo gritando: ¡Hoy es el baile! Qué emoción, pensé sarcástica. Tenía demasiadas cosas en que pensar, como para estar pendiente de un estúpido baile...

« — ¡A quién quieres engañar, tú quieres ir! —me chilló Ashira por el celular.

— No puedo ir. Tengo un crimen que resolver, y no es cualquier crimen, es el asesinato de mi hermana mayor.

— Perry. Eso no te incumbe, déjalo en manos del Consejo de Atlantis. Ellos se harán cargo. Vive tu vida, para eso te mandaron al mundo de los humanos. Eso es lo que Leah quisiera... —y luego de eso, cortó la llamada. »

— Mamá, ¿crees que debería usar las cintas azules o las rosas? —dijo Cara mirándose al espejo su cabellera rubia cobriza mientras decidía entre usar una diadema de rosas pequeña o unas cintas entre sus ondas rubias.

— Usa la diadema, hija. Te queda mejor con tu vestido —Cara había comprado un vestido color lavanda al estilo de Marilyn Monroe y lo había combinado con unas sandalias de plataforma doradas y había optado por un peinado recogido que dejaba escapar unos cuantos mechones ondulados. Se veía hermosa, muy hermosa.

— ¿Y tú, no te vestirás Peregrine? —dijo mamá deteniéndose en el marco de mi puerta.

— No iré, madre —dije con el celular aún entre mis manos que estaban apoyadas en mis labios. Estaba sentada en la alfombra de terciopelo color magenta frente a la cama y le daba la espalda a mí madre.

— Pues, yo pienso... Que este hermoso vestido se merece salir a bailar un rato —dijo mi madre tomando el vestido negro que había comprado y lo depositó en mi cama justo en frente de mí—. Hija, que vayas a ascender, no quiere decir que te prives de todas las cosas de las que te has privado, incluyendo el baile y a ese muchacho... Todavía tienes mucho tiempo para decidir si realmente quieres ascender —dijo besando mi cabeza.

— Esto no es sobre Aiden, mamá —dije bufando. Esto no era sobre él, nada en mi vida era sobre él. Él no pertenecía a mi mundo, y así debía ser—, realmente no quiero ir a ese estúpido baile.

— Peregrine, soy tu madre. Yo te tuve, y te conozco más de lo que crees. Sé lo que quieres y lo que no. Y sé que ascender, nunca estuvo en tus planes... Y sé que sientes cosas por ese chico. Deberías darle una oportunidad, deberías darte a ti una oportunidad —la miré fijamente mientras sentía como mis ojos se nublaban a causa de las lágrimas que desde hace mucho no dejaba salir.

— Ascender es un honor para mí, mamá. Debo hacerlo. Y así papá estará orgulloso de mí, de nosotras. Y todo será diferente —dije dejando escapar mi tono esperanzado, ella dejó escapar un suspiro.

— Peregrine, para tu padre las cosas nunca cambiarán. Para él, será como algo que debía cumplirse, y no como un sacrificio que estás haciendo.

— No es un sacrificio. Yo quiero hacerlo —dije cruzándome de brazos.

— Si lo que buscas con hacer esto es que el vuelva a casa, déjame decirte que estás perdiendo tu vida y tu tiempo. Él siempre estará allá arriba, siendo lo que es, un arcángel, el no volverá por el hecho de que su hija ascienda.

— ¡TU QUE SABES! —grité molesta empujándola fuera de mi habitación y cerrando mi puerta con un golpe tan fuerte que la madera crujió.

Me senté de nuevo en el suelo y empecé a halarme los cabellos de manera desesperada. No sabía qué hacer. O si debía, pero no quería que los demás tuvieran la razón. No encontraba la paz que necesitaba dentro de mí, mis pensamientos estaban revueltos, sentía que la cabeza me estallaría en cualquier momento.

La Guardiana de Atlantis | INLUSTREM #1 Copyright ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora