Capítulo IV Preguntas sin respuestas

263 25 0
                                    

No puedo creer que entre mi madre, Cara y Alex me hayan arrastrado hasta acá. Estábamos en el centro comercial y esta era la tienda número veintitrés a la que entrabamos. Mis pies me dolían enormemente, debí haberlo pensado antes de ponerme mis botas de tacón favoritas. Ah claro, no sabía que vendríamos y recorreríamos literalmente TODO el maldito centro comercial.

- Perry, ¿por qué no te pruebas éste? - dijo Alex mostrándome un vestido de color rosadito princesa que parecía más un algodón de azúcar que un vestido de fiesta.

- No gracias, no me va el color rosado de princesa de cuento de hadas. - dije aburrida.

- Ella siempre es así Alex. Prefiere más el estilo gótico y vestirse de negro y esas cosas. Realmente no recuerdo jamás haberla visto vestida con tantos colores -Ok, Cara podía exagerar a veces, no es que detestara los colores o que no me gustaran, solo... amaba vestir de colores oscuros. Fin.

- ¿Y éste que te parece?- me enseñó tres vestidos más y yo los rechacé enseguida. Si pudiera describirlo en una palabra diría: H-O-R-R-I-B-L-E.

- Muy azul -deseché el primero-demasiado escote- ahí va el segundo- Ese rojo parece de prostituta -dije y miré con incredulidad el último-. ¿Quién soy, Tinkerbell? Con ese vestido verde me veré como un hadita de la pradera -dije bufando mientras apoyaba mi cabeza entre mis manos, estaba sentada en uno de los muebles de la tienda, ellas rindiéndose entraron en los probadores para probarse los que habían elegido para ellas.

Una chica vendedora se acercó a mí sonriéndome. La miré extrañada mientras de uno de los estantes con vestidos colgando sacaba un hermoso vestido - algo corto- pero muy de mi estilo.

- ¿Por qué no te lo pruebas? - dijo dándomelo.

Entré al probador y me desvestí para luego ponérmelo, era fantástico y quedé totalmente enamorada de él cuando vi cómo me quedaba. Era un vestido negro realmente sencillo pero hermoso, me llegaba un poco antes de las rodillas dejando mis piernas al descubierto, sus mangas anchas y largas eran de un material que me recordaba a una tela de araña, era muy ceñido al cuerpo y destacaba mis curvas, lo que más me gustaba era que ocultaban la espada y mis alas tatuadas en mis hombros y espalda.

- ¿Qué les parece? - dije mostrándoles cómo me quedaba el vestido.

- Es perfecto Perry. Me encanta. - sonreí al escuchar a Alex y a Cara aplaudir.

- Hija, está precioso. Deberías llevarlo.

- Aunque no iré al baile, lo llevaré. Quizás alguien muera y lo necesite para ir a su funeral -dije adentrándome de nuevo al probador.

Me quité el vestido y me quedé observando mis tatuajes que me hacían tan diferente al resto. Regularmente cuando un nefilim llega a la edad de diecisiete años le aparecen los tatuajes típicos de un futuro ascendente. En los nefilims normales, suelen ser marcas pequeñas y blancas, casi transparentes, pero a causa de que fui atacada y casi asesinada por un demonio, mis tatuajes se desarrollaron antes de lo esperado y mis tatuajes no aparecieron de color blanco, sino negros, por culpa del demonio que me contaminó con su sangre. He ahí el por qué mis alas eran negras como el carbón.

No digo que no sean de mi agrado, solo que no puedo ir a ningún lugar sin que otros nefilims me reconozcan. Nadie humano, tiene por qué ver mis tatuajes, eso llevaría a preguntas y no sabría cómo responderlas. ¿Qué pasaría si Aiden los viera? ¿Qué preguntas haría? ¿Le parecerían raros?... No debería importarme, todo lo referente a él no debe importarme. Tengo una misión en la vida, ascender y ser una angélica. Más nada. Ascender...

Salí del probador con el vestido en la mano, se lo entregué a la vendedora y luego de pagar, fuimos a comer. Al llegar a mi casa, dejé la bolsa con el vestido en el suelo de mi habitación y me tiré en mi cama.

¿Qué se sentiría ser normal? ¿Qué se sentiría ser una humana? Sin preocupaciones por que una horda de demonios te persigue para asesinarte, sin entrenamientos para asesinar demonios, sin la carga pesada de ser la hija "futura ascendente". Poder salir por ahí, de fiesta, de salida con amigos, tener citas...

Sacudí mi cabeza. No debía permitirme pensar esas cosas, no podía. Permitirme eso simbolizaría desviar mi mirada de mi misión y eso a su vez llevaría a la decepción de parte de mi padre. Y no quería eso, ya de por sí era duro ser la hija invisible del medio...

...

- ¿Realmente crees que no quiera ir conmigo? - pregunté confundido. Hace tres días Perry se había negado a ir conmigo al baile. Normalmente cuando invitaba a una chica a algo así ninguna se negaba. Y menos si era Brooke.

- Tenía a la arpía de Brooke cerca, así cualquiera te hubiese dicho que no. - se burló Luke. - Deberías habérselo pedido aparte.

- Pero ella ni siquiera lo pensó. Sólo dijo que no y se fue.

- ¿Realmente importa? Vamos Ridder, es sólo una chica más. Lo que ella tiene lo tienen todas las mujeres del planeta, no es la única con una vagina. Consigue a otra, o tienes a Brooke, se te ha lanzado como cinco veces estas últimas semanas. No es la primera vez que has estado con una desesperada. Solo llévala al baile, pasa la noche con ella y luego has como si nada. Ya lo has hecho. ¿Qué demonios te pasa? ¿En serio te echarás a morir por una tonta chica nueva? - dijo Morgan bebiendo de su cerveza.

-Morgan, eres un idiota. - resopló Kim, la hermana de Morgan. - No le hagas caso al imbécil de mi hermano. Perry no me parece tonta. Por la cara que traes, Aiden puedo asegurar que es muy bonita y se ve que es buena chica. Deberías insistirle y no te dejes intimidar por un simple no. -Me sonrió mientras tomaba un trozo de pizza.

-Tú deberías ser mi novia, Kim. Das buenos consejos, haces buena pizza, eres hermosa. Además Morgan tendría el mejor cuñado de la historia ¿Qué más podría pedir? - dijo Luke bromeando.

- Ni lo pienses, aléjate de mi hermanita. Tarado - rezongó Morgan mientras Kim reía.

- Lo siento. Pero no creo que se vea bien que salgas con una chica que te lleva al menos diecinueve años, cariño - dijo Kim riendo-. ¿Qué tanto haces con esa libreta?- sonreí y le mostré en lo que tanto había trabajado esa tarde con mi vieja libreta. Ella asombrada me sonrió.

-Regálale eso y no podrá negarse a ir contigo, Aiden -dijo abrazándome como a un hermano menor.

Estaba sentado en mi cama sin poder dormir, eran alrededor de las tres de la madrugada. No podía cerrar los ojos sin ver el rostro de Perry. ¿Qué demonios me está pasando? ¿Por qué no puedo dejar pasar este tema y ya? ¿Qué tiene Perry que no tiene Brooke o alguna otra chica con la que he estado? ¿Pensará ella así de mí? ¿Por qué es siempre tan misteriosa? ¿Y si oculta algo malo?... Me tiré en mi cama frustrado, ya sabía que era inútil intentar dormir, no lo lograría. Así que tomé mi celular y audífonos y empecé a escuchar algo de música, pero aun así, Peregrine rondaba en mis pensamientos.

__________________________________

¡Bueeeeenas! Aquí como siempre les dejo puntualmente el capitulo. Disfrutenlo, espero que voten mucho y comenten.

Eryn Rage.

La Guardiana de Atlantis | INLUSTREM #1 Copyright ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora