Capítulo 2: Entrando en confianza

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Capítulo 2

Entrando en confianza

Abro la puerta de vidrio que da al jardín y salgo al porche. Todo dentro se siente demasiado caliente...demasiado intenso. Por lo menos para mí.

La velada ha sido realmente agradable.

Ese no es mi problema.

El problema del que aparentemente, yo fui la única consciente, radica en que Evan no apartaba la mirada de mí y cuando él la apartaba, entonces, como si de un imán se tratara era yo la que terminaba mirándolo...o estudiándolo.

Como si intentáramos leernos el uno al otro.

Me siento en una de las sillas colgantes, y quito mis tacones para así poder cruzar mis piernas.

Comienzo a rememorar toda la información que he obtenido de Evan.

1. Jugaba con mi hermano en Kinder Garden antes de que se mudara con su papa a Seattle. ¿Madre? Nunca la menciono. Al parecer yo soy la única que relaciono sus ojos con los de Avery o mi tía. Yo soy la observadora de esta familia.

2. Cuando tenía 19 años se vino aquí, a San Diego a continuar su carrera.

3. Hace unos meses se recibió de Arquitecto.

4. Está empezando su propia firma arquitectónica.

5. Mi hermano y él, se encontraron por casualidad en la universidad donde Evan estaba buscando algún papel que necesitaba.

6. Se entero que mi hermano esta a un semestre de recibirse de Ingeniero Civil y le pidió trabajar con él. Daniel acepto y para celebrar lo invito a cenar a la casa.

Creo que eso lo resume bastante bien.

¿Conclusión? Demasiados espacios en blanco.

Niego con mi cabeza intentando aclarar mis pensamientos.

¿Qué se me está escapando?

No puedo recordarlo de sus juegos con Daniel porque eso era en el colegio, ellos debían tener cinco o seis años cuando yo solo tenía dos. Sería imposible recordarlo. Además del hecho, que para ese entonces yo no estaba en el país, estaba con mis padres y los de Avery viviendo en España por unos meses.

La puerta se abre de nuevo. No volteo porque supongo que Isabell decidió unírseme.

— ¿Por qué tan sola? —Pregunta una voz haciéndome sobresaltar. Volteo al lugar de donde proviene y por supuesto que, Isabell no es la que esta parada justo a mi lado.

—Evan —digo —. ¿Qué haces aquí?

—Supongo que también necesitaba algo de aire. ¿Te importa si te hago compañía?

Niego con la cabeza.

A parto mi mirada de sus ojos tentada a preguntarle si tiene algo que ver con mi tía Aurora. Es imposible que existan otros ojos de ese color al menos que sea en una misma familia.

Por herencia.

Sin embargo, me contengo y me obligo a recordar mis modales.

Toma asiento en la única silla colgante disponible junto a mí.

— ¿Por qué siento como si quisieras preguntarme algo y no te atreves a hacerlo?

—Porque quizás quiero hacerlo, pero aun no tengo la confianza para volverme impertinente contigo.

Se ríe suavemente haciendo que voltee a verlo.

— ¿Así que además de ser directa también eres algo impertinente? —Pregunta divertido.

—Por regla general, las personas directas son consideradas impertinentes. Ya sabes, muchos se niega a escuchar la verdad y prefieren la hipocresía. Por otro lado, no soy algo impertinente. Soy muy impertinente cuando entro en confianza...e incluso, antes de hacerlo. Mi prima solía decir que me habían dado un filtro defectuoso. Le molestaba lo que yo llamo franqueza.

— ¿Tu prima? —Pregunta curiosamente —. Tengo que estar en desacuerdo con ella, me gustan las personas que no se guardan lo que piensan.

Avery.

Suspiro haciéndolo mirarme con interés.

—Avery...ella...—Tomo una profunda respiración antes de soltarlo —.Murió. Era la persona más dulce y amable que he conocido.

Una sonrisa triste aparece en mis labios a causa del recuerdo.

Por un momento, miles de emociones cruzan su rostro, emociones que por supuesto, me dedico a estudiar. Pero, antes de que pueda sacar una conclusión se recompone.

—Lo siento —dice con voz ronca.

—Yo también —susurro. No puede tener idea de cuánto lo siento. La muerte de mis tíos y ella en aquel accidente solo fue el comienzo para todas las desgracias que ha tenido que atravesar mi familia desde entonces.

— ¿Qué tal si empezamos con preguntas sencillas hasta que encuentres la confianza que necesitas para permitirte perder tu filtro conmigo?

Ya que insiste...

El sueño de toda persona que se califique a sí misma como curiosa; es que se le pida hacer preguntas...tantas como ella quiera.

—Bien. Yo empiezo. ¿Siempre quisiste ser arquitecto?

—Sí. Aunque, al principio estudiaba administración de empresas para complacer a mi papa, cuando me transferí a San Diego cambie de carrera a lo que de verdad quería sin que él lo notara.

—Un chico rudo —digo sonriendo. Sin embargo, es algo triste que él pudiera hacer eso sin que su padre lo notara.

Esa simple declaración dice mucho del tipo de relación que tienen.

Sonríe.

Tendré otro momento cursi; pero me alegra saber que esa sonrisa es respuesta a algo que yo dije.

—Tal parece...Tu primo me dijo que estudias literatura. ¿Por qué?

—Porque odio leer —replico con sarcasmo rodando mis ojos.

Suelta una carcajada.

Quizás, debería molestarme el hecho de que mi sarcasmo le parezca divertido.

—De acuerdo. Me merecía eso. Así que, amas leer —afirma —. ¿Qué más amas?

—Amo muchas cosas —contesto abstractamente, no dándole una respuesta real.

Una cosa que deben aprender de mí; es que entro en confianza rápidamente. No requiero de mucha charla sin sentido. Me gusta ir directo al punto.

—Solo para que lo sepas; soy bastante rápida para entrar en confianza, por lo que, tendrás que responder a mi pregunta indiscreta ahora mismo.

—No tengo novia —asegura antes de que pueda preguntar nada.

Pongo los ojos en blanco.

—No era esa clase de pregunta indiscreta pero, gracias por revelar una información tan impactante; como interesante.

—De acuerdo. Dispara —dice guiñándome un ojo.

—Estás en tu derecho a pensar que soy una persona totalmente loca pero, resulta que de todos los miembros de esta familia, yo me caracterizo por ser muy observadora, razón por la cual no pude dejar de notar el color de tus ojos. Unos muy lindos, por cierto. Así que, me di cuenta que tus ojos se me hacia tan familiares porque son prácticamente idénticos a los de mi tía Aurora; color de ojos que heredo mi prima, Avery. ¿Tienes alguna relación con ellas?

La sombra del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora