Capítulo 7: Pistas

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Capítulo 7

Pistas

Evan

Me siento en una de las mesas de la cafetería y ordeno un café antes de tomar mi celular y marcar el número de la única persona que me puede ayudar en este momento.

—Necesito un favor —digo sin preámbulos en lo que me atiende.

—Hola, Evan. Tanto tiempo sin saber de ti, yo estoy muy bien, gracias por preguntar y, ¿Cómo estas tu? —Contesta irónicamente —. ¿Es realmente, tan difícil probar algo de amabilidad?

—No tengo tiempo para juegos, Jared. Mi falta de educación es algo que no voy a discutir contigo.

—Solo porque me consigues en un muy buen humor, lo voy a obviar. ¿Qué necesitas? —Pregunta. El hecho de que Jared este de buen humor solo puede significar que tuvo una noche muy... apasionada.

— ¿Puedes conseguirme los reportes de la policía de el accidente donde murieron Rodrigo y Ángela Anderson, el de mi madre y el de Fernando Anderson, este último es el más reciente?

— ¿No quieres que también te consiga el registro de todos los Anderson muertos? —murmura con disgusto. Ya que él lo sugiere...

—Ahora que lo dices, eso es una buena idea. Los quiero también, al menos de los últimos ocho años.

—Yo y mi bocota —suspira resignado —. De acuerdo, amigo. Los llevo a tu casa esta noche.

—Gracias. —Decido utilizar la amabilidad con él, en agradecimiento a la gran idea que tuvo.

— ¡Mira! Sabes utilizar la palabra mágica. Para la próxima podrías probar con un por favor al principio de nuestra conversación.

Me rio y termino la llamada.

Jared ha sido uno de mis mejores amigos desde que todo esto comenzó, su papa me ayudo a mandar al mío al fondo de una putrefacta celda y al graduarse Jared adopto el caso del buffet de su papa.

Termino mi café y me encamino de nuevo a la sala de esperas en busca de Gabriella.

La encuentro sentada en el mismo lugar donde estaba su tía hace un rato mirando a la nada.

Me permito estudiarla por unos minutos...

Es sencillamente, hermosa. Nunca me había sentido así de atraído a una mujer en mi vida. Con ella solo me basto verla una vez para no querer apartar mi mirada. Es consciente de que es hermosa y actúa como si no fuera la gran cosa, no es para nada como las mujeres con las que he tratado, es inteligente y perseverante, y va a volverme jodidamente loco.

Ya lo está haciendo.

Como si la hubiera llamado dirige su mirada hacia mí y saliendo de mi trance me acerco y tomo asiento a su lado.

—Al parecer, esta noche tendré en mis manos la información que necesitamos para empezar. —digo mirándola.

—Wow, eso fue...rápido.

Me rio de su asombro, me siento un poco dolido de que no me creyera capaz de conseguirlo en tiempo record.

—Tengo influencias —murmuro encogiéndome de hombros —. ¿Han dicho algo?

—Mi tía entro hace más de diez minutos. Él va a estar bien...No puede ser de otra forma. Es incluso más terco que yo, mi padre solía decir que nosotros nos parecíamos mucho.

La escucho en silencio. No estoy muy seguro si la última parte estaba dirigida a mí o era más una forma de convencerse a ella misma de que va a ser así.

—Va a estar bien —aseguro. Estoy seguro que necesita escucharlo.

Tomo su mano entre las mías y nos quedamos allí, sin hablar, esperando noticias.

*****

Me costó mucho irme del hospital sin Gabriella pero no hubo poder humano o divino que la convenciera de irse a descansar, estuve a punto de quedarme ahí pero creo que necesitaban estar en familia, además, se supone que Jared debe llegar a mi apartamento en cualquier momento.

El timbre suena y rápidamente me dirijo a abrir la puerta.

— ¿Lo tienes? —pregunto mirándolo con una ceja levantada.

—Pensé que ya habíamos superado tu falta de modales —dice entrando sin ser invitado. No es como si lo necesitara, pero, ya que estamos hablando de mis modales quizás, deberíamos revisar los de él.

Ruedo mis ojos y lo sigo a la sala de estar.

—Jared, mis modales no son de tu incumbencia pero quizás, deberías revisar los tuyos —me burlo —. Entrar sin ser invitado, sentarte sin que se te pida, poner tus pies en mi sofá. Esas sí que son malas formas.

Pone los ojos en blanco y me lanza el sobre que traía en su mano.

—Puedo hacer lo que me dé la gana en tu apartamento. Me gane ese derecho al ser condenadamente eficiente... ¿Al menos puedo saber por qué querías esa información?

—Una amiga me hizo ver algunas cosas que me causaron cierta intriga. — No le doy muchos detalles.

—Amiga, ¿eh? ¿Desde cuándo tienes amigas?

Lo ignoro y comienzo a sacar los informes del sobre.

Nada en especial antes del 2010...Tomo uno con fecha 12 de Agosto de 2010 recordando que Gaby, hizo énfasis en los número 12. Es de su abuelo; un infarto fulminante sin aparente explicación, era un hombre sano como un roble, además de algunos nombres de las visitas que tuvo ese día en su oficina, lugar donde murió.

Solo me hace falta ver el siguiente para saber que todo lo que dijo Gabriella va cobrando sentido. Desde ese día en adelante, todas las muertes de esa familia son un día 12, además de algo que al parecer ella pasó por alto.

Levanto mi mirada de los papeles en mis manos mirando a Jared con los ojos desorbitados y me obligo a respirar, no me había dado cuenta que estaba conteniendo la respiración

¿Cómo puede ser posible?


La sombra del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora