Memorias de Gabriella
El accidente
2 años atrás
— ¿A dónde se supone que vamos? —pregunto asomando la cabeza entre los asientos delanteros del auto de papa.
—Sorpresa —responde mama emocionada volteando a mirarme.
—Sabes que odio las sorpresas —refunfuño regresando a mi puesto.
—Esta la vas a amar, pequeña periodista — interviene papa guiñándome un ojo por el espejo retrovisor.
Las sorpresas son algo que se sale de mi control y yo odio no tener el control de las cosas, por eso no me gustan.
Sin embargo mis padres tienen esta absurda idea de que dándome tantas sorpresas como sea posible, en algún punto comenzaran a gustarme.
—No tengo dudas de que me vaya a gustar pero, ¿Por qué no solo me dicen de que se trata y ya? —suspiro resignada.
—Es tu cumpleaños, cariño. Las sorpresas, son parte de los cumpleaños. ¡Son emocionantes! Además, no todos los días se cumplen 18 años.
Es cierto, oficialmente soy mayor de edad. Sin poder evitarlo una sonrisa se forma en mis labios ante ese pensamiento. A pesar de todo lo que ha pasado estamos aquí...juntos.
Eso no quiere decir que me vaya a convertir en una rebelde, o que sea una. Sencillamente, estoy feliz de que mis decisiones estúpidas, al menos, legalmente dejen de afectar a mis padres.
—Mi niña ya creció...—arrulla papa haciéndome reír y girar mis ojos al mismo tiempo.
Paseo mi mirada de uno a otro y por alguna razón, me levanto, paso la mitad de mi cuerpo entre los asientos delanteros, y beso a cada uno de ellos en la mejilla.
Regreso a mi puesto y mi estomago da un vuelco.
Por alguna razón, he tenido esta sensación de vacío durante todo el día.
—Si saben que los amo, ¿Cierto? —De repente, necesito estar segura de que ellos lo saben...Como si no tuviera una oportunidad mejor para decírselos. Ellos son lo más grande que tengo en la vida. El ser hija única no me ha vuelto rebelde como a la mayoría, sino todo lo contrario.
Nos ha convertido en los mejores amigos.
—Y nosotros te amamos mucho más a ti —responde papa mirándome por el espejo y lanzándome un beso.
Río.
— ¡Rodrigo! —Grita mama— ¡Cuidado!
La adrenalina comienza a recorrer mis venas mientras todo a mí alrededor comienza a suceder en cámara lenta.
Papa devuelve sus ojos rápidamente a la carretera en el mismo momento que yo lo hago intentando ver que alerto a mama.
Un camión está estacionado a lo largo tapando el camino, papa maniobra haciéndome caer hacia un lado del asiento, la carretera esta mojada y el camión esta cada vez más cerca. Papa intenta reducir la velocidad pero la camioneta empieza a dar bandazos resbalando por el asfalto húmedo.
Nos vamos a estrellar.
— ¡Gabriella salta del auto! —Grita. — ¡Ahora! ¡Las dos, salten del auto!
Abro la puerta sin pensarlo dos veces al tiempo que papa hunde los frenos hasta el fondo. Salgo disparada al mismo tiempo que veo como mama lo hace.
El ruido del metal de la camioneta estrellándose de lleno contra el camión es lo último que escucho antes de que mi cuerpo golpee contra el asfalto.
Siento el sabor metálico de la sangre en mi boca y la humedad del suelo contra mi rostro.
Mi cuerpo duele y se siente tan pesado que no puedo moverlo.
Sin embargo, eso es lo que menos me importa.
Papa...Mama.
No me dejen...Por favor, no te los lleves.
Ese es mi último pensamiento antes de que todo se vuelva negro.
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La sombra del pasado
Mystery / ThrillerEs bien sabido que la vida inevitablemente tiene una estrecha relación con la muerte. Sin embargo, las personas desde siempre han usado la muerte para cobrar venganza, después de todo, es la única manera de asegurarse que no te van a molestar nunca...