Capítulo 24. Un infierno

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Capítulo 24. Un infierno 

Evan POV

Tres simples condiciones.

*La policía no se puede involucrar más. Si ven una sola patrulla cerca del lugar que acordaremos, las matan.

*Yo soy quien debe entregar el dinero.

*Tengo que ir solo.

Aunque creo haber reconocido la voz, le seguí el juego diligentemente mientras hablaba. Pedí hablar con Gabriella y dijo que lo haría cuando volviera a llamar para decirnos el monto y el lugar de encuentro.

Me guardo mis sospechas para mí mismo, pero por el rostro de Jared se que sabe que algo más está pasando. Es prácticamente mi hermano, no es como si pudiera esconderle algo.

La habitación está sumida en un extraño silencio, es incluso peor, a que todos estuvieran hablando. El silencio deja que mi mente tenga su propia fiesta personal.

Paso mi mano por mi cabello de nuevo y gimo en frustración.

La vida no puede ser tan mierda conmigo.

Dios, no puede solo dejarme oler tan de cerca la felicidad, para arrebatármela de nuevo.

Cualquier otra persona le atribuirá todo esto al karma, quizá yo lo haría, si supiera que carajos es lo que estoy pagando, claro. ¿Meter a mi padre, un asesino y mentiroso a la cárcel por matar a mi familia? No creo que esa haya sido una mala acción.

No soy un santo, por supuesto, pero si me tocaron unas cartas de mierda cuando nací.

*Padre manipulador, mentiroso y criminal. Te lo tengo.

*Una madre que me abandono por más de diez años (y que perdone). Te lo tengo.

*Educarme a mí mismo, y sin buenos ejemplos a mí alrededor. Te lo tengo.

*Perder a mi madre por segunda y definitiva vez, además de a mi hermana y al hombre que sin duda me hubiera gustado tener como padre. También, te lo tengo.

Y ahora, como si todo eso no hubiera sido suficiente, la mujer de la estoy enamorado y con la que me veo compartiendo mi futuro, está en peligro de muerte.

He atravesado por situaciones en mi vida que la mayoría de las personas solo lee en los libros...sin duda me tocaron todas las cartas ganadoras.

El teléfono retumba en el silencio de la sala de estar y en cámara lenta, todos volteamos a verlo, como si del diablo se tratara...Literalmente, el diablo está al otro lado de la línea amenazando con quitarme a la mujer que quiero.

-Evan-la voz de Jared me devuelve al presente y rápidamente tomo el teléfono.

La voz que me responde al otro lado, envía un poco de sosiego a mi mente, aunque solo por unos pocos minutos. El escucharla de nueva solo me hace reafirmar mi creencia, de que iría al infierno y devuelta solo para poder oírla por el resto de mi vida.

-¿Evan? –gime Gabriella al otro lado. Mierda, ella se oye tan frágil. Es tan difícil imaginar a Gabriella menos que fuerte.

-Nena, ¿Estas bien? –pregunto. Mi voz saliendo en un jadeo entrecortado por culpa del nudo en mi garganta.

-Isabell...ellos, no me dejan verla-solloza del otro lado. Cierro mi mano libre en un puño y cierro los ojos.

Tan típico de Gabriella. Preocupándose más por los demás que por ella misma.

-Va a estar bien, cariño. Nada mala les va a pasar, yo te...-Antes de que pueda terminar la frase, escucho como Gabriella forcejea, llama psicópata estúpido a alguien (lo que casi me hace reír), y entonces ya no puedo escucharla más cuando el tipo se pone al teléfono.

-Ya la oíste. La perra está bien, su salvaje amiga también-siento como la sangre me hierve y no sé de donde está saliendo tanto autocontrol. Tomo una profunda respiración e intento calmarme. Ja, como si eso fuera posible.

El oficial me hace una seña para que alargue la llamada. Están intentando rastrearlo pero la primera vez fallaron.

<<Quiero 8.000.000 millones de Dólares en dos bolsos para esta noche a las diez de la noche en el lugar donde ella debió morir...Hagámoslo simbólico, si veo un solo policía, voy a acabar lo que empecé en el mismo lugar hace dos años- termina de hablar y sin darme tiempo a replica cuelga la llamada.

Tiro el teléfono con frustración y hago una mueca ante el ruido que causa al caer. Ups.

-Quiere 8.000.000 millones de dólares para mañana a las diez de la noche, en donde sus padres murieron-informo entre dientes-Por favor, dime que lograste rastrearlo.

-Algo así-dice uno de los policías haciendo una mueca-estaba llamando de un teléfono público fuera del centro de la ciudad, justo antes del desvió hacia el lago.

El lago.

¿Por qué siento como si algo se me está escapando?

Jared toma su teléfono que al parecer estaba sonando y atiende. Escucha atentamente sin apartar sus ojos de mí, y luego de un breve "no la pierdas" cuelga.

-Charline apareció...Estaba haciendo compras y ahora está saliendo de la ciudad.

-¿Charline? –pregunta Daniel con los ojos rojos de tanto restregarlos.

-Larga historia-contesto. De repente, sufro uno de estos extraños momentos de epifanía y gran sabiduría. El desvió del lago.- Jared, Robert tenía una cabaña en el lago, estuve ahí un par de veces de niño. Era el centro de reuniones con Fabio.

-Mierda-dice Jared-Deben estar ahí.

-Espera...Esto cada vez es más confuso ¿Quién coño es Robert?

-No hay tiempo, Danny- interviene Rosmary con voz temblorosa mirándome. Le agradezco con la mirada y me dirijo al inspector:

-Se donde están

-Es una apuesta arriesgada, Evan-responde sin estar seguro.

-Están ahí. Casi podría jurar que fue Robert con quien hable. No podemos esperar más. Tengo que ir con ella.

Paseo mi vista por toda la habitación. Policías, la familia de Gaby, los padres de Isabell, mudos y con lágrimas en los ojos alejados de todos.

En este lugar, yo soy el afectado más fuerte.

Ellos no van a llevar a mi chica al lugar donde casi muere e intentar matarla de nuevo.

La determinación llega a mí en ondas. Sé que están ahí.

Pensándolo bien, es el lugar perfecto; alejado, solitario y solo puedes acceder en carro.

-Están ahí-digo mirando a Jared directamente, y dejándolo conocer mis intensiones-Voy a ir solo o pueden venir conmigo, pero esos malditos, no las van a tener en sus garras por más tiempo, así tenga que desatar el infierno en la tierra.

El leve asentimiento de Jared es lo único que necesito para prácticamente correr a la puerta, seguido por él y por Daniel.


La sombra del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora