Capítulo 14
Visita al pasado. Segunda parte
Evan
1 semana atrás
El imponente edificio de inmuebles Gold se extiende frente a mí. Hace mucho que no vengo a este lugar, me he encargado de que gente de mi confianza lo maneje y limpie todas las cochinadas que hizo mi padre.
Engancho mi carnet en las solapas del traje y me encamino hacia las puertas de cristal tintado. Entro en el edificio, los empleados susurran y me saludan a mi paso. Debe ser jodidamente raro para ellos verme aquí. Algunos me miran con curiosidad, solo los viejos empleados son capaces de reconocerme.
Manteniendo las cortesías al mínimo, entro rápidamente en el ascensor cuando las puertas se abren junto con un par de personas. Las puertas están a punto de cerrarse cuando un hombre de poco mas de 40 años se escabulle, entrando antes de que las puertas se cierren por completo.
Justo el hombre que quería ver.
Al parecer, no me reconoce ya que parece muy ocupado con los papeles entre sus manos.
Como si leyera mi mente, levanta la vista de los papeles frente a él y sus ojos se abren desmesuradamente haciéndome apretar los labios para contener la risa. Puedo decir que he estado a punto de matar a este hombre de un infarto.
—Es bueno saber que todavía reconoces a tu jefe, Ronald —murmuro ofreciéndole mi mano.
— ¿Jefe? —Pregunta una de las mujeres con las que entre en el ascensor.
—Evan Gold —susurra Ronald encontrando su voz.
— ¿Eres Evan Gold? ¿Cómo, ese Evan Gold?
Levanto una de mis cejas volteando a mirar a la mujer. La miro de arriba abajo y sin necesidad de que ella diga una palabra más, puedo leer en su mirada lo que quiere de mí.
—Sí, el Señor Gold para ti, Charline, el que paga el sueldo que te permite mantener tu cabello rubio tan oxigenado como para parecer blanco —espeta Ronald con tono autoritario.
Típico.
Aquí viene el movimiento de pestañas, la sonrisa coqueta y el ajuste del escote... ¿Sera que hay un libro que se titule "los tres movimientos para conquistar a un hombre"? Digo, se que la mayoría somos jodidamente básicos gran parte del tiempo pero eso...ya raya en el cliché.
Supongo que por eso sigue funcionando con aquellos que ejercitan más una parte en particular de su anatomía.
—Necesito hablar contigo. Vamos a mi oficina. —Regreso mi mirada a Ronald.
—Por supuesto. Tengo muchas cosas con las que ponerte al día.
El ascensor se abre y Charline toca mi brazo para llamar mi atención, niego con la cabeza y quito su mano de mi brazo.
—Lo siento, no estoy interesado; primero, no me involucro con mi personal y segundo, ya estoy tomado.
Sigo a Ronald fuera del ascensor dejándola estupefacta. Me detengo abruptamente en el medio del recibidor cuando me doy cuenta de las palabras que acaban de salir de mi boca...
Ya estoy tomado.
¿Lo estoy? ¿Gabriella me tiene tan mal? Sabía desde el momento en que la vi, que esa mujer me iba a hacer perder la cabeza.
Sonrió negando con la cabeza y sigo mi camino hacia la oficina de mi padre...mi oficina. Mis sentimientos por Gabriella son algo en lo que no puedo pensar ahorita, si quiero mantener mi concentración.
— ¿Quiénes de los ejecutivos que todavía están en la compañía trabajaron para mi padre? —Pregunto tomando asiento detrás del enorme escritorio de caoba.
—Muy pocos, somos solo cinco, incluyéndome.
Nunca confíes en nadie, no sabes quién te puede traicionar.
Por alguna razón las palabras que tantas veces mi abuelo me dijo vienen a mi cabeza.
—Quiero los expedientes de todos...incluyéndote. También los del personal que trabajo bajo su mando; secretarias, sirvientes, lo que sea.
— ¿Alguna razón en particular? —interroga titubeando.
—Ninguna que tú necesites saber. Tenlos listos en una hora.
Ronald sale de la oficina dándome una última mirada confundida.
Son más de las tres cuando subo en el avión que me llevara de vuelta a casa...con Gabriella. Y tengo en mi poder la información que necesitaba, ahora solo necesito saber que fue lo que Gaby encontró.
Gabriella
— ¿Piensas que alguien dentro de la empresa de tu papa...tu empresa esté involucrado? —cuestiono cuándo termina de contarme lo que estuvo haciendo toda esta semana.
—No lo sé, pero es mejor asegurarnos de que ninguno de ellos mantiene o mantuvo una relación distinta a la laboral con mi padre. Cuando fui a verlo me dijo que se alegraba de que el que había empezado todo esto, aun estuviera libre...no fueron sus palabras exactas pero fue lo que me dio a entender. ¿Cómo conseguiste esto? —interroga refiriéndose a las hojas en sus manos.
—Tengo mis mañas.
—Puedo verlo. —Evan se levanta de su silla frente a mí y toma asiento en una a mi lado —. No voy a dejar que nada malo te pase...o a nadie. Juntos vamos a descubrir quien mierda está detrás de estas amenazas.
Sonrió y paso mi mano acariciando su cabello rubio pero no digo nada.
Necesitamos descubrir esto antes de que alguien más salga lastimado.
El teléfono de Evan comienza a sonar, observa la pantalla y rápidamente contesta.
Alguien dice algo al otro lado de la línea a lo que él contesta:
—Estoy en camino —. Cuelga la llamada.
— ¿Qué ocurre? —Pregunto.
—Jared encontró algunas cosas bastante interesantes, y ha estado esperando que llegará para decirme, cree que puede ser importante, ¿Vienes conmigo?
—Claro. —Evan toma mi mano y juntos salimos del hospital.
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La sombra del pasado
Gizem / GerilimEs bien sabido que la vida inevitablemente tiene una estrecha relación con la muerte. Sin embargo, las personas desde siempre han usado la muerte para cobrar venganza, después de todo, es la única manera de asegurarse que no te van a molestar nunca...