Capítulo 25

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Estaba en ese parque pensando.

No hacía mucho calor gracias a la brisa que había sin embargo el ambiente se sentía caluroso y el sol ardía con intensidad.

Ayer la conversación con Sebastián la había dejado pensando mucho.

¿Cuánto tardaría en superarlo? En olvidar esos molestos sentimientos. Aunque eso no era lo que realmente quería, debía hacerlo. 

Suspiró mirando a su alrededor.

Había ido a aquel lugar donde lo conoció y sin querer había evocado todos esos momentos a su lado.¿Lo peor de todo el asunto? Darse cuenta que él no la conocía completamente. Su apariencia desde el momento en que salió de casa de su tía había cambiado mucho. Usaba esos lentes de contacto oscuros y pintaba su cabello para que no volviera a su castaño natural. ¿Por qué? Ya no lo recordaba. Quizá en ese momento había sido para no recordar a su tía. Jane siempre le decía lo horrible que era y lo extraño de sus facciones, lo escuchó tanto que terminó creyéndolo.

 Fernanda la había ayudado a salir de eso, sin embargo luego notó que en los periódicos hablaban de la extraña desaparición de una de las hermanas Hertz. Luego de unos meses Jane logró apartar a la prensa del asunto, y con el miedo de que descubrieran donde estaba, dejó crecer su cabello, siguió pintándolo y usando esos lentes de contacto.

Suspiró.

Era molesto estar así. No recordaba la última vez que se vio como realmente era y odiaba eso.

No poda decir a quien se parecía de sus padres pues sin que fuera su intención, con el pasar del tiempo fue olvidando sus rostros y no tenía alguna fotos de ellos pues las pocas que había estaban en casa de Jane. Si es que aun las conservaba...

Por su parte ella solo tenía un álbum de fotos en las cuales salia su hermana, Fernanda, Ander, y ella. En algunos casos Alonso también.

Se levantó de su asiento y sacudió su pantalón, iba a caminar pero paró en seco a ver a la persona delante de ella.

Estephan sonrió y la saludó.

Lo ignoró. Pretendía tomar otro camino cuando notó que la seguía.

—Hace mucho no te veía por aqui —comentó él.

—Déjame en paz.

Siguió caminando pero al sentir la presencia de él a su lado, giró para encararlo.

—¿Qué quieres? —preguntó y se cruzó de brasos.

—Solo saludar —respondió—No tienes que ser tan ruda...

—Bien —dijo y sonrió —Hola.

Rodó los ojos pero al recordar lo que dijo él volvió a mirarlo.

—Espera ¿Qué? —dijo frunciendo el ceño —¿Cómo que no me habías visto hace tiempo aquí?

Estephan sonrió de lado.

—Así que en verdad nunca me habías visto...

Ladeo la cabeza haciendo una mueca. ¿Estaría borracho?

—Mira hacia allá —dijo él y se hizo a un lado señalando un gimnasio al otro lado de la calle.—¿Sabes qué es?

Lo miró con cara de pocos amigos.

—¿Un hospital?

—Graciosa —respondió —Pero no. Es mi pase para conocer chicas.

Bufó y comenzó a caminar sin embargo el la detuvo tomando su muñeca pero de un solo movimiento se soltó de su agarre y retrocedió muchos pasos.

El Dibujo del Destino |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora