Capítulo 31

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Alicia arreglaba su cama con una sonrisa pintada en el rostro.

Hace una semana había sido la fiesta de Mileena... hace una semana las cosas con Sebastián habían dado un gran giro.

Había sido la semana más mágica de toda su vida. Simplemente recordar cada momento junto a él, le daba una sensación de hormigueo en el estómago que solo se calmaba al verlo o escucharlo.

Toda la semana Sebastián la había ido a buscar al trabajo y a excepción del miércoles, también la había llevado. Le sorprendía ver que él lograba sacar tiempo para estar con ella aún cuando su vida era tan ocupada.

Las cosas no eran como ella pensaba que serían, eran mucho mejores.

Pensó que por sus diferencias el solo hecho de hablar sería complicado pero no era así.

Sebastián era buenísimo en hacerla reír, cada momento junto a él era sonreír y hablar. No había incomodidad o tensión. En esos momentos todo estaba bien.

Él la había llevado a un parque de diversiones en una ciudad vecina el viernes por la noche. Normalmente su valentía era de menos cero por lo que pensó que no sería divertido pero al llegar y sentirse a su lado fue como si todo el miedo se hubiera evaporado.

Pero al subirse a un aparato reapareció y maldijo hasta el último cabello del castaño, pero se sintió bien... como si despertara una parte de ella que siempre estuvo dormida.

Tomó un vaso de agua y sonrió para si misma.

Eran apenas las diez de la mañana y ya se arreglaba para salir con los chicos.

Tocaron la puerta y fue corriendo hasta ella tomando su bolso en el camino.

—Hola pequeña —dijo él sonriendo en cuanto abrió la puerta.

Sonrió embriagada al verlo.

Era tan atractivo.

—Hola —respondió negando por sus cursis pensamientos —¿Vas a pasar?

Él se encogió de hombros ladeando la cabeza y Alicia rodó los ojos.

—Disculpa —dijo al recordar que eso le molestaba —Te ves linda.

Alicia enmudeció en su lugar. Aún no se acostumbraba a esa clase de comentarios.

Sebastián entró y caminó hacia un sillón para luego tirarse en él.

—¡Estoy tan cansado! —se quejó gruñendo haciendo que Alicia soltara una carcajada.

Se paró frente a él y sonrió de lado. Parecía algo de en sueño.

Se agachó para estar a su altura y luego se sentó en el suelo a su lado aun mirándolo.

—Deja de mirarme —dijo abriendo los ojos y sobresaltándola.—Me pones nervioso.

Alicia negó riendo.

—Idiota —dijo —¿Vamos? —preguntó.

El se levantó de un salto y guiñó un ojo ofreciéndole una mano para levantarla.

—Vamos —afirmó.

Caminaron de la mano hasta el auto del joven y hablaron todo el camino, principalmente de sus amigos y de un rumor de que Alonso era gay el cual lo traía hecho una furia la mayor parte del tiempo...

Sacudió la cabeza intentando desviar esos pensamientos y centrarse en lo importante.

—Ali —dijo Sebastián luego de un rato dando vueltas por el estacionamiento de la plaza —Están ahí.

El Dibujo del Destino |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora