Capítulo 47

59 7 2
                                    

Era la décima vez que llamaba a Alicia ese día. Tal vez parezca extraño pero como no podía enviarle mensajes... el hecho de que no le respondiera hace más de un día lo tenía preocupado.

Entonces recordó la canción.

Sebastián maldijo por lo bajo y fue a la conversación con la chica.

"Boston" se llamaba.

Al inicio tenía una melodía suave, incluso relajante.

En el momento en que escuchó la voz del que la cantaba sonrió. A Alicia siempre le habían gustado ese tipo de canciones... algo tristes, incluso deprimentes a su punto de vista.

Sus vellos se erizaron a medida que avanzaba la letra.

Comenzó a hacer conjeturas y un miedo intenso comenzó a apoderarse de él.

No podía ser...

Siguió escuchando y entonces todo fue muy rápido.

No necesitó más para entender a su pequeña.

Gruñó con fuerza.

¿Qué carajo había hecho Alicia?

Salió de su casa como si lo persiguieran y luego de entrar a su auto, encendió el motor y partió de forma estrepitosa a casa de ella.

Tenía miedo.

Sentía un jodido pánico crecer en su interior a cada segundo con el solo hecho de pensar que ella... Que Alicia se había ido.

Si ataba cabos todo encajaba.

Ella había dicho que la canción explicaría todo... y bueno con esa letra todo tomaba un macabro rumbo.

Era cierto. Él no la conocía... Pero a él si le importaba todo lo relacionado a ella.

Y lo otro... Completamente cierto.

Sabía que Alicia estaba pasando por momentos muy fuertes en las últimas semanas, Sebastián entendía que ella estuviera cansada de tantas cosas malas...

Esa chica era tan fuerte.

Sus padres murieron, su única hermana murió, su única familia la odiaba y... prácticamente su relación se deshacía a cada segundo.

Alicia tenía problemas económicos y prácticamente...

—¡Maldición! —exclamó con furia golpeando el volante sin querer seguir pensando en eso.

Su pequeña estaba tan mal... lo sabía, lo sentía cada vez que la veía en los últimos días. Sus ojos siempre estaban perdidos... distantes y apagados.

Tenía tanto miedo en su interior.

Alicia se había dado por vencida.

Y aquello lo aterraba.

Llegó a casa de la chica y apretó la mandíbula con fuerza.

—Espero estar equivocado, pequeña —susurró para si mismo después de enviarle un mensaje a Fernanda preguntándole por la chica.

Bajó del auto y recorrió ese jardín que tantos recuerdos le traía.

Estaba temblando.

No recordaba alguna otra vez donde hubiera estado tan asustado.

Tocó varias veces y no hubo respuesta.

Se estaba desesperando.

La llamó un par de veces y luego de esperar por más de un minuto, tomó el picaporte con fuerza pensando que tendría que forzarlo, pero para su terrible sorpresa, no fue así.

El Dibujo del Destino |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora