Capítulo 26

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Fernanda bajó del auto casi corriendo y comenzó a tocar la puerta. Pero al no obtener respuesta comenzó a tocar mas fuerte y a llamarla por su nombre.

Estaba asustada.

Alicia estaba tomando y eso no tenía nada de bueno... Era muy buena con el alcohol a diferencia de muchas personas, pero eso cuando estaba tranquila.

Porque cuando venían sus cambios de humor todo se complicaba.

Una vez habían ganado en un concurso que estaban haciendo en el centro comercial... Alicia estaba bebiendo y se puso tan feliz que le pagó la comida a todo aquel que veía. Ya sabrán que su premio desapareció ese mismo día...

Comenzó a marcar su celular pero este solo seguía sonando. Desde afuera lo podía escuchar... ¿Por qué no contestaba?

Se puso histérica y su única solución fue llamar a alguien más... ¿Pero a quién? Ellas no tenían amigos...

Oh sí.

Sí que los tenían.

Chilló cuando Mileena no le atendía el celular pero es que bueno... eran pasada la media noche.

Recordó entonces la vez donde esperaban una pizza y Alicia abuso un poco con los chupitos... veían también una película y ocurrió algo que la molesto tanto que cuando llegó el repartidor de pizza abrió la cajeta y le tiró el alimento en la cara al pobre humano.

Se lamentó por días haber hecho eso... desperdiciar comida para ella era un grave pecado.

Y si había hecho eso con esas emociones tan tontas... ¿Cómo se desahogaría si se sentía triste?

Por qué aun que Alicia se empeñara en negarlo, para ella era evidente cuan importante era Sebastián en su vida. Y aunque ella decía que solo era un chico más... Fernanda no lo creía así.

Uno no se pone así por "un chico más".

Se alegró al recibir respuesta de Alonso y sonrió de medio lado cuando Lira también atendió.

Ambos venían en camino y a Fernanda no le quedó mas que esperar.

Recostó su frente a la puerta y apoyo ambas manos en ella.

—Por favor no hagas una locura —susurró con un nudo en la garganta.

Estaba asustada.

A los minutos Lira llegó y entre ambas intentaron abrir una ventana que daba al cuarto de Alicia.

No lo lograron. Y era extraño pues ella siempre dejaba las ventanas abiertas.

¿Las había cerrado a propósito?

—¿Qué crees que este haciendo? —preguntó Lira.

La pobre tenía cara de sueño y era evidente que lo que traía puesto se lo había colocado de forma apurada.

Se encogió de hombros.

—Alicia es la persona más impredecible que podrás conocer —respondió intentando no pensar en nada malo.

Quizás solo se había quedado dormida... muy profundamente.

Alonso llegó a los segundos. Bajó del auto muy rápido y ya estaba forzando la puerta para cuando ambas chicas pudieron reaccionar.

Lira parecía conmocionada.

Quizás debió haberle avisado que Alonso vendría pero no había problema ¿cierto? Alicia le había dicho que ya se habían arreglado ellos dos.

El Dibujo del Destino |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora