Capítulo 45

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Hace dos días Alonso y Lira se habían ido de vacaciones.

Aquello le preocupaba bastante pues aunque Fernanda hacía el intento de visitar mucho a su pequeña, la primera tenía mucho trabajo últimamente y Alicia pasaba la mayor parte del tiempo encerrada en su casa.

Él la había ido a ver todos los días, pero al final ella terminaba pidiéndole que se retirara porque no quería que se quedara hasta tarde por ella.

Para él aquello no era ningún problema, pero discutir con aquel cuerpecito frágil que ahora veía era demasiado difícil.

Suspiró y le dio una mordida al emparedado que había decidió hacer, pues desde que pasó aquello con Mileena, esta no lo visitaba casi nunca y los domingos no tenía quién le hiciera comida. Con los días se había vuelto mejor cocinando pero en ese momento no tenía ganas de hacer nada en especial.

Extrañaba a Mileena... en verdad le dolía lo ocurrido.

Pero mucho más le afectaba saber todo lo que había hecho solo para afectar su relación con Alicia.

Gruñó.

—Oye —comentó Nathan mirándolo —Si sigues así me vas a comenzar a asustar.

—Es verdad —acordó Estephan —La forma en que comes ese sandwich se me hace muy perturbadora.

Sebastián los miró mal y continuó con lo suyo.

Ambos habían estado ahí desde muy temprano para probar un nuevo videojuego que había comprado.

—Sebastián —llamó Estephan luego de unos minutos de silencio —Hoy me veré con Alicia.

El chico levantó la mirada y examinó las palabras que había escuchado.

Aquello no era nada nuevo...

Entonces ¿Por qué se lo había dicho de esa forma?

—¿Y entonces...? —preguntó esperando que prosiguiera.

Nathan rodó los ojos e intervino.

—Ella lo llamó a él —informó para sorpresa de los demás —Sebastián... ¿Qué está pasando entre tú y Alicia?

Aquello le cayó como un balde de agua fría.

No tenía una respuesta concreta para eso.

Suspiró.

-No lo sé... Parece que se encerró en una burbuja peor que la anterior... y ya no me deja entrar de ninguna forma.

Estephan se mordió la lengua para no insultarlo. Sabía que no ese no era el momento, y como amigo de ambos, él esperaba que ellos supieran arreglar sus problemas.

-¿No seguirás intentando? -cuestionó Nathan preocupado.

Aquello lo exaltó.

-¡Todos los días lo intento! No quiero dejarla ir... no quiero tener que aprender a vivir sin ella... pero no sabes lo difícil que es que la persona a la que más amas parezca estar mejor sin ti.

-Ella jamás va a estar mejor sin ti, Sebastián -dijo Estephan con semblante serio -La conozco y a ti igual. Se necesitan... ustedes dos deben estar juntos.

Sebastián tiró su comida y soltó un rugido.

Estaba tan frustrado y estresado.

-¡No entiendes imbécil! -atacó -Cada vez que le sonrío no recibo nada en respuesta... Cada vez que busco sus ojos... simplemente me encuentro con dos mares completamente vacios. Sé que la chica que amo está ahí... ¡Pero ella insiste en ocultarla! No entiendes lo difícil que es creer que luchas por una causa perdida. Que sin importar qué haga... ella ya no va a regresar a mi.

El Dibujo del Destino |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora