Capítulo 8

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"Por el amor de una rosa, el jardinero es servidor de mil espinas."

Proverbio Turco

Talulha llevaba un rato examinando unas piezas que habían llegado a la Universidad, como el cabello le molestaba y se había olvidado de llevar un broche, lo había recogido con un par de lápices, casi como si fueran palillos chinos.

El guardapolvo, llevaba justamente restos de polvo, antiguo, muy antiguo, y ella estaba inclinada en la mesa con los lentes casi pegados al objeto que examinaba.No daba una imagen muy seductora.

-¡Aquí estás! Hay alguien que quiero presentarte – dijo el profesor Lambert a sus espaldas y cuando ella se giró pensó que era una broma.Una muy mala.

-¡Tú!- exclamaron los dos al mismo tiempo y Taly miró a Aidan Diakos como si fuera el objeto más extraño de todos los que tenía enfrente.

-¿Se conocen? – preguntó el profesor mirando alternativamente a uno y otro.

-Sí, Talulha y yo nos conocemos. Aunque nunca imaginé que fuera la alumna de la que me hablaste. Ni siquiera sabía que fuera arqueóloga.

-Señor Diakos , tampoco yo sabía que le interesaran los restos arqueológicos – saludó ella , aun sentía que su cuerpo se estremecía por haberlo escuchado llamarla "Talulha".Y por supuesto que era un estremecimiento de enojo.

-Claro que le interesan querida, de hecho es uno de nuestros benefactores –informó el profesor con una sonrisa que dejaba en claro la buena opinión que tenía del hombre.

-No yo, la empresa – aclaró Aidan con un dejo de vergüenza.

-Es lo mismo muchacho, tú has sido quien llevó a cabo la iniciativa.-contestó el hombre palmeándole la espalda.

-No esperaba encontrarte aquí – dijo él dirigiéndose a Taly.

-Tampoco yo. Y dígame ¿cómo está su alfombra, funciona bien? – le preguntó ella con fingida inocencia.

-En realidad, cuando vuelo se tuerce un poco hacia la izquierda, he descubierto que se debe a que tiene una punta algo levantada, como si alguien la hubiera llevado muchas veces por delante ,¿qué piensas tú? –respondió él con una sonrisa burlona

-¿Alfombra? – interrumpió el profesor evitando que Taly le lanzara alguna valiosa reliquia por la cabeza a Aidan.

-Es una larga historia – le contestó él

-¿Qué les parece si me la cuentan mientras tomamos algo en la cafetería? – propuso Lambert.

-Lo lamento, tengo mucho que hacer aquí...-se excusó ella.

-Vamos querida, además lo que tenemos que hablar te incluye a ti. Tú formarás parte del proyecto que llevaremos a cabo con la empresa de Aidan.

-Pero profesor...- protestó ella y los dos hombres la miraron como si fuera una chiquilla insensata, por lo cual finalmente Taly los acompañó, mejor dicho se arrastró tras ellos expresando con su cuerpo su total disconformidad.

-No imaginaba que fueras una arqueóloga – comentó Aidan que se había retrasado un poco para poder hablar con ella. Por suerte el profesor se había adelantado enfrascado en una discusión con un alumno que le había salido al cruce para hacerle una consulta

-Lo siento, no suelo andar con el carbono 14 en la mano ...

-No, supongo que no, pero tampoco te pareces a la imagen que tenía de los arqueólogos.

-¿Y qué imagen es esa Señor Diakos?

-Ya sabes...Indiana Jones –respondió él divertido y la vio sobresaltarse como si la hubieran pinchado.

No creo en las novelas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora