Capítulo 17

4.6K 696 122
                                    


"Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo;

por un beso... yo no sé qué te diera por un beso."

Gustavo Adolfo Bécquer

"Houston, tenemos un problema" se dijo Aidan a sí mismo mientras contemplaba la alfombra que adornaba su oficina.

La empresa había decidido que la muestra se presentara con una gran fiesta para invitados VIP, ya lo había hablado con el profesor Lambert y había estado de acuerdo pero faltaba decírselo a Taly. Y él estaba seguro que a ella no le haría mucha gracia y que tendría varias cosas que decir al respecto.

Volvió a suspirar, aquella mujer cada vez le importaba más y era totalmente problemático, las mujeres nunca habían sido un problema para él pero Talulha lo era. Principalmente porque no era fácil acercársele y quería tenerla cerca, tanto como fuera posible.

Si los demás supieran de aquella atracción lo tildarían de loco, pero él estaba empezando a entender la fascinación que sentía por ella. Tenía carácter fuerte y le gustaba pelear, pero también era sumamente inteligente y con un sentido del humor único; era exigente pero también gentil con los demás. Podía parecer común a los ojos de todos, pero cuando mostraba su pasión por el trabajo, o al momento de argumentar, toda ella resplandecía. Su frialdad era aparente, igual que su cinismo porque Aidan estaba seguro de que cada vez que ella afirmaba que el amor no existía...necesitaba que alguien le probara lo contrario, sólo que nunca lo reconocería. De la misma manera que jamás pedía ayuda, no sabía hacerlo. Ella podía ayudar a todos, pero cuando necesitaba algo no acudía a los demás, y eso despertaba todo su sentido de caballerosidad.

Y nunca antes había tenido complejo de caballero andante, sólo con Taly. Talulha era tan única como su nombre.

Pero también era cierto que él no sabía que hacer con aquello que sentía, con una mujer como Talulha sólo habían dos opciones: podía jugar con las reglas de ella, mantener todo en un plano intelectual, incluso puramente sexual donde nunca se involucraran los sentimientos ni se mencionara la palabra amor, cosa que los dañaría a ambos a la larga; o podía probarle lo equivocada que estaba y lo bueno que era amar y ser amada. Pero si elegía esta opción debía tener mucho cuidado, para los demás podía ser una experimentada mujer de treinta años, pero él sabía que era muy frágil, no podía obligarla a bajar sus defensas y luego decepcionarla, no podía convencerla de creer y luego lastimarla. Si elegía enseñarle a Taly lo valioso del amor, debía estar totalmente convencido y dedicarse a la tarea en cuerpo y alma, para siempre, como ella merecía.

Con Talulha existían sólo esas dos opciones, en realidad había una tercera, alejarse y seguir cada uno su propio camino, pero Aidan ni siquiera se planteaba esa opción.

Sacudió la cabeza para deshacerse de sus pensamientos, antes de tomar una decisión importante le esperaba otra batalla, lograr que ella aceptara la idea del baile.

Taly levantó la mirada y se ajustó los anteojos en un gesto muy teatral para observar al hombre que estaba en la puerta de su oficina.

-¿Necesitas algo? – lo interrogó.

-Verte..

-Te envío una foto si quieres porque estoy muy ocupada ahora.

- Me refería a que tengo que hablar de ago importante contigo Talulha, algo sobre la inauguración de la muestra.

-¿Se cambió la fecha?

-No exactamente, sólo la modalidad de la apertura, pero ¿podrías venir a mi oficina?

No creo en las novelas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora