Capítulo 20

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"Es el amor. Tendré que ocultarme o huir."

Jorge Luis Borges

Aidan le había dicho que huyera y eso había hecho. Pidió unos días en la Universidad y volvió a su casa, a su lugar en el mundo, donde estaban sus afectos y donde el mundo se sentía real. Y dónde no estaba un Aidan Diakos que la alterara.

Estaba sentada en el sillón de su casa mientras esperaba que Susana viniera con el tazón de palomitas de maíz, su amiga ya había terminado con las dos horas de sonsacarle información, tortura, amenaza y reproche y finalmente habían llegado a una tregua.

Al llegar al pueblo, había escuchado algunos rumores sobre el marido de Susana, algo sobre un posible romance con la secretaria , pero su amiga no había mencionado nada, así que ella tampoco lo había hecho.

Cuando se trataba de matrimonio, Su era la experta, y Taly no podía evitar sentirse una extraña, así que sólo le quedaba esperar que todo estuviera bien. Susana era una eterna creyente en el amor y esperaba, con toda la sinceridad del mundo, que no destruyeran aquella creencia. Caso contrario, ella tendría que destruir la anatomía del desgraciado, era la primera enmienda del acuerdo tácito de las buenas amigas.

-¡Aquí están!- dijo Su acercándose con la comida.

-¡Al fin!- exclamó.

-¿Qué vamos a ver? – preguntó Su sentándose a su lado en el sofá.

-¿Qué te parece los últimos episodios de Dr. House?

-¡Oh no! Lo que menos necesitas Taly son lecciones extras de cinismo, créeme. Ya eres bastante buena en eso.

-Me niego a ver una de tus películas románticas.

-Podríamos ver el Conde de Montecristo.Ah, lo olvidaba también eres experta en escapar, no necesitas aprender más.

-¡¡Oye!! –protestó Taly y le arrojó un puñado de palomitas – se supone que eres mi amiga.

-Lo soy, lo soy, por eso debo decirte cuando estás equivocada y te portas como una tonta.

-Olvídalo, busquemos algo para ver. Su...

-Dime.

-¿Estás segura que no hay problema con que te quedes a pasar la noche aquí?

-Claro que no, en casa es noche de chicos, esposo e hijos están mirando futbol, además es nuestra tradición y hace mucho que no nos vemos - respondió sonriendo.

-¿Qué te parece esto? – dijo dejando en un programa de preguntas.

-Está bien, algo neutral. Sabes tengo una teoría...

-Su, no empieces con eso. Así empezó Einstein y terminó con una bomba atómica...

-Ja, ja muy graciosa, pero no voy a dejarte escapar Talulha.

-No me llames así, me recuerdas...

-¿A Diakos?

-Teníamos una tregua, no íbamos a nombrarlo...

-¿Y te has preguntado por qué? Nunca has sido cobarde, sin embargo ahora estás aterrada y volviendo a lo que decía antes, sobre mi teoría...creo que no se trata de que no creas en el amor. Pienso que deseas un gran amor, uno de verdad y por eso escapas, porque temes salir defraudada, pero si ni siquiera le das una oportunidad será peor.

-Su, deja lo de las teorías, no es lo tuyo...

-Quieres ser amada Talulha y amar, pero te lo estás negando a ti misma...

No creo en las novelas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora