"No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos."
Herman Hesse
Talulha había recuperado la compostura poco después y había logrado tranquilizar a Susana mintiéndole descaradamente, estaba segura que su amiga no había creído su excusa pero se había apiadado de ella y no había insistido.
Sin embargo, el descubrimiento de que Aidan había dicho amarla la inquietaba, él sabía las reglas, las sabía desde el principio y las había roto, complicándolo todo. Nunca se había tratado de amor, hasta la palabra le daba escalofríos.
Gracias a la presencia de Su, pudo evadir a Aidan durante un par de días, pero cuando su amiga se marchó también se le acabaron los pretextos.
Taly pensó una y otra vez sobre las opciones que tenía, analizó su relación con Aidan como si fuera un rompecabezas, le dio todas las vueltas posibles hasta que finalmente tomó una decisión.
Sabía que era lo que los demás dirían, pero también sabía que para ella era la única alternativa posible. Lo citó en una confitería y por un momento, cuando llegó y lo vio esperándola mientras tomaba un café, sintió que su convicción tambaleaba.
-Hola – saludó él y se paró a darle un ligero beso.
-Hola- respondió.
-¿Qué vas a pedir, un capuchino? – le preguntó pero ella negó con la cabeza.
-Quiero que hablemos primero...
-Te extrañé, no he tenido con quien pelear en estos días, ha sido muy aburrido- le dijo bromeando.
-Aidan...
-Estás tan seria, me estás asustando.
-Vuelvo a casa.
-¿Te vas por el fin de semana?
-No, no es eso lo que quiero decir. Mi trabajo en la Universidad termina esta semana y me voy de la ciudad, vuelvo a mi casa, a mi tienda, a mi vida...
-¿Cuándo nos ver...? – iba a preguntar él y entonces comprendió lo que ella intentaba decir- ¿Estás terminando conmigo? Por eso me pediste verme en una confitería...¡CIELOS TALULHA!
-Aidan, no grites...
-¿Me equivoco?
-No te estoy dejando, quiero decir no tenemos esa clase de relación.
-¿Qué clase de relación tenemos, entonces?
-Ya sabes...
-No Talulha, juro que en este momento no lo sé.
-Sabes que yo no creo en el amor...
-Sí, lo sé, pero eso no cambia nada.
-Lo que dijiste, eso de "Gráim thú"...-musitó ella.
-¿Sabes lo que significa? – preguntó Aidan con intensidad, estaba tratando de no perder los estribos.
-Sí, y también sé que no se trata de amor, lo pasamos bien, nos llevamos bien pero de ahí a creer...
-No se te ocurra decirme a mí lo que siento y lo que no, simplemente estás huyendo de nuevo.- la acusó enfadado.
-No, Aidan, no huyo, porque simplemente nunca dije que fuera a quedarme. Siempre supiste quien era yo.
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No creo en las novelas de amor
RomanceTalulha está convencida de que el amor no existe y puede justificar su posición de mil maneras diferentes, lo ha hecho toda la vida. Sus argumentos son muy convincentes, excepto para su romántica amiga Susana y para el hombre que acaba de aparecer e...