10. - Por favor, no.

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Narra Guillermo:

Era la primera vez en mi vida que estaba tan asustado, miles de cosas pasaban por mi cabeza. ¿Quién diría que hoy podría ser mi último día con vida?. Empecé a temblar con sólo pensar en eso.

xxx: Espero que no hagas ninguna boludez porque sos boleta. - dijo esa persona, por su voz estaba claro que era un hombre.

Levanté las manos en señal de rendición y le pedí unas 700 veces que por favor no me mate.

xxx: Callate, vamos pa' adentro. - bajó el arma y me agarró del brazo.

Me obligó a entrar, cerró la puerta y me hizo sentar en una silla, entonces ahí pude contemplarlo; tenía puesto un pasamontañas, una campera y un pantalón deportivo color azul y en su mano el arma de fuego.

xxx: Cuchame una cosa, vamos a hacer un trato. Si vo' no me hace la cosa difícil no te va a pasar nada. Ahora, si empezas a romper las pelotas, te doy un corchazo. Tamos pibe? - dijo mientras me apuntaba con el arma.

Mi respiración estaba acelerada y mi corazón latía a mil por hora. Empecé a sentirme mal.

Guillermo: Sí. N-no me hagas nada... por favor. - dije nervioso y éste me ignoró.

Vi como se llevó dos dedos a la boca y chifló, haciendo entrar a otro hombre en mi casa que vestía con un buzo rojo y unos pantalones grises, éste miró mi casa de derecha a izquierda y se dirigió a mi televisor. Comenzó a desconectarlo para llevarlo hacia afuera. Mi miedo se fue transformando en enojo, ¿cómo puede ser que se estén llevando mis cosas y yo no pueda hacer nada al respecto?

Guillermo: Por qué mierda me hacen esto? no ven que a mi me cuesta tener mis cosas? y ustedes vienen para llevarse todo, infelices de mierda. - me paré y el hombre me pegó con el arma en la boca.

xxx: Cerra esa boca, pibe. Ahora dame la plata que tengas, dale que estoy apurado. - ordenó.

Guillermo: No tengo. - limpie la sangre que me salía del labio.

xxx: Yo sé que tenes, no me hagas calentar y dame la guita.

Guillermo: No tengo. - dije firme.

xxx: Pibe, mi paciencia se está yendo a la mierda. - cargó el arma, se acerco a mi y me apuntó en la frente. - dame la plata te dije. - dijo en un tono más fuerte.

Guillermo: En la habitación. - dije con el corazón en la garganta y los ojos ya cristalizados.

xxx: Vamos, dale. - me hizo caminar delante de él mientras me apoyaba el arma en las costillas.
Busqué rápidamente mi billetera y saqué todo lo que tenía.

xxx: ¿No era que no tenías? creo que tendría que darte una lección por mentiroso. - rió. Y yo sentía que me moría. - safaste esta vez, dame las llaves del auto ahora. - nos dirigimos de la misma manera hasta el living y le di las llaves.

xxx: Ahora sentate. - lo hice y vi como volvió a llamar al otro hombre.

xxx: Atalo. - le ordenó y eso hizo, usando una bufanda mía. Después fue a mi habitación y volvió con una media de entrenamiento.

xxx: Abrí la boca. - lo escuché hablar por primera vez. Obedecí.

xxx: La próxima vez, te conviene cerrar la puerta con llave. - me aconsejó el hombre del arma.

Dicho eso, se fueron los dos en mi auto.
Escupí la media que tenía en la boca y estuve como media hora tratando de desatarme las manos hasta que lo logré. Corrí hasta mi habitación y agarré el celular que milagrosamente no se lo habían llevado. Me sentía muy mal, me dolía mucho la cabeza y tenía ganas de vomitar.
Busqué el número de mi viejo pero decidí no preocuparlo ya que estaba lejos de donde yo vivo. Necesitaba llamar a alguien cercano. Agustín fue lo primero que vino a mi cabeza.

Un tono... dos, tres, cuatro...

- ¿Hola? - dijo con la voz dormida.

- Agustín, necesito que vengas por favor, veni para mi casa, dale. - dije con la voz ya quebrada.

- ¿Pasó algo Guille? - preguntó preocupado.

- , acá te cuento, pero apurate por favor.

- Voy para allá. - dijo y cortó.

Corté y limpié mis lágrimas.

Guillermo: La concha de su madre! - grité frustrado y dejé salir algunas lágrimas. Me puse a dar vueltas por la casa. - No puedo ser tan cagón...

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Volví gente(?).

Acá tienen el intento de capítulo.

Paabre Guille, ahora viene Orion y garchan no se preocupen ahre no.

Voten y comentenn, gracias por leer

Fault - SarionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora