"La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco."
Salvador Dalí
14 de Julio de 2013.
—Mamá, soltame. Yo no voy a entrar a ese lugar. —grité tirando su brazo hacia atrás mientras plantaba mis pies en la vereda.
—Mira, mocosa. Soy tu madre y se hace lo que yo digo. Este lugar te va a ayudar, no puedo tener una hija loca.
Yo no estoy loca, pensé pero ya no lo dije, porque mi mamá no me creía.
El motivo de mis gritos era porque me iban a internar en el Hospital Sauce de Mendoza, provincia lejos de donde yo vivía, y no era cualquier hospital, era un psiquiátrico. No merecía ser internada este lugar, menos por decir la verdad y buscar ayuda. Grave error, lo primero que hizo mi "mamá" fue tacharme de loca porque su amoroso y tierno Carlos nunca tocaría a una chica de 15 años ya que la quería como su propia hija. Eran puras estupideces, al menos yo era consciente de eso porque lo había vivido en carne propia. Sin dar muchas vueltas, ese hombre me violaba, pasé muchos años escondiéndolo pero cuando tuve la valentía de decirlo, me creían una mentirosa con fantasías extrañas.
Me hizo entrar a la fuerza y me crucé de brazos mientras dos enfermeros se ponían a mi lado. Yo empecé a entrar en pánico, no soportaba la presencia masculina. Mi respiración se volvió irregular y cada vez me abrazaba más fuerte a mí misma. Empecé a tararear una canción indefinida para calmarme, no hacía mucho efecto pero al menos me concentraba en otra cosa.
—Encontré esto en la pieza de mi hija después de que me dijo que mi esposo la violaba. Es obvio que por estas pastillas ve alucinaciones y cree que son reales. —escuché que dijo mi mamá y rodé los ojos. Me concentré en la conversación para no pensar que tenía dos hombres a mi lado.
—Señora, esta son solo pastillas para la depresión. —dijo la enfermera, por dentro me sentí aliviada, tenía una posibilidad de no quedarme en ese lugar.
—Te lo dije. —murmuré
—Vos cállate pendeja. —me miró con enojo y yo con odio. Estaba comenzando a odiar a la mujer que me dio la vida. Volvió su mirada a la enfermera. —Sé que mi hija está loca y no me importa lo que digan, voy a pagar lo que sea y espero que en este lugar la ayudan a olvidar esas locas alucinaciones de mi querido esposo.
Ese día fui consciente de que la frase "la plata mueve al mundo, es algo muy real.
Mi mamá le pagó una suma de plata. Los enfermeros me tomaron de los brazos y me dirigieron a un pasillo. Pero yo comencé a gritar fuertemente por tener sus manos encima de mí. Quería que me soltaran. Seguí gritando mirando como mi madre se alejaba dejándome sola en ese lugar.
Fui metida a un cuarto todo blanco que después se volvió negro. Me habían dado un tranquilizante.
Al otro día, desperté en la misma habitación, en un cama incomoda y con una bata blanca. Me había cambiado mientras estaba inconsciente, nuevamente esa sensación de invasión a mi privacidad se hizo presente. Me sentía entumecida, no quería moverme tampoco. Sentía muchas cosas, pero la que más reinaba era el odio. Y no creía que ese sentimiento fuera a irse tan pronto.
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Amándote en medio de la Locura [✔]
RomanceAlguna vez en nuestras vidas, nos pasa algo que nos marca para siempre. Mia, a sus 15 años fue llevada a un Psiquiátrico. ¿La razón? Su madre no le cree que su nuevo esposo le hizo algo mas que daño y que todos son inventos de ella, aluc...