30: Comienzo Carmesí. (Final)

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"Tardé una hora en conocerte y solo un día en enamorarme. Pero me llevará toda una vida lograr olvidarte."

Anónimo



7 meses después
Buenos Aires - Noviembre 2016


Mis manos temblaban. Quisiera o no, estaba nerviosa. Ver a ese hombre no era algo que me apetecía pero ya lo había aplazado mucho tiempo. Era hora de hablar sobre los hechos.

A Susana, yo le había mentido, yo sí era la que había puesto los cargos en contra de Carlos pero como estaba en un psiquiátrico, no me los tomaron, entonces Susana fue la que anotaron como la que los había puesto. Cuando fui dada de alta y vieron que estaba bien mentalmente, pudimos hacer que lo cambiaran.

Por eso en ese momento era la que estaba sentada en ese lugar, a poca distancia de mi peor pesadillas. Estábamos por entrar al juicio contra Carlos. El papá de Tomás, mi suegro, era mi abogado y a cada rato me dedicaba una sonrisa, la misma que Tomás me daba cuando quería tranquilizarme. Miré sobre mi hombro donde él estaba, solo a una barra de distancia. Su cara estaba seria, la situación no lo hacía feliz por el simple caso que significaba exponerme. Sara estaba a su lado, había sido llamada por César para que testifiqué. Me sonrió desde su asiento y yo traté de sonreírle de vuelta pero estaba segura que había sido lo más parecido a una mueca. Giré mirando al frente.

La verdad no entendía mucho de cómo funciona esto. Solo sabía que cada abogado iba a preguntarle algo al testigo y así. Llamaron al estrado a Sara. El primero en preguntar fue César y al terminar él, le tocó el abogado de Carlos. Las preguntas que hacían eran fuera de contexto y con la intención de hacerme ver como una verdadera loca pero Sara era inteligente, no dejaba que la confundieran. Miré al jurado y se que estaban dudando. Sara bajó del estrado, preguntaron si había un testigo más, César estaba a punto de negar pero tomé su brazo.


—Quiero testificar. —susurré.


—Mia, no hace falta. —por su mirada sabía que lo decía más porque no estaba de acuerdo a exponerme más de lo debido.


—Tengo que hacerlo. No encontraron los vídeos, no hay otra opción. —miró hacia atrás, se que miraba a Tomás pero esta era mi decisión, volvió su mirada a mí y asintió.


—Su señoría, tengo otro testigo más. —respondió cuando el juez volvió a preguntar. —Mia Sáenz. —tratando de no demostrar mis nervios, me paré y caminé hacia el estrado. Hice el juramento y me senté. Desde mi puesto pude ver a Tomás, alarmado y preocupado. No sé cuánto iba a durar sentado ahí sin hacer nada, ni yo teniendo la mirada de todos sobre mi, especialmente la de la persona por la cual estábamos en esta situación. César se me acercó, mirándome inseguro, yo asentí. Estaba lista para esto.



Respiré hondo entrando a la casa en la que viví desde que tenía memoria. Una mezcla de emociones se apoderaron de mí al mirar a mi alrededor. Nada había cambiado, excepto que ya no se sentía como mi casa. No miré con detalle porque simplemente había venido con un solo objetivo y la verdad, no me apetecía empezar a tener recuerdos dolorosos. Sentí los pasos de Tomás siguiéndome.

Sin palabra alguna, lo guié hasta la parte de arriba donde se encontraban los cuartos. Me detuve en la que estaba pintada de rosa, pasé mis dedos por mi nombre tallado en él y sonreí nostálgica, recordando que mi papá lo había hecho. La valentía se me fue de todo mi cuerpo al tocar el picaporte porque era lugar que mi papá había creado como un refugio para mi y otra persona lo había convertido en algo mucho peor. Respiré hondo. Tengo que hacerlo.

Amándote en medio de la Locura [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora