25: Noche Plateada.

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"El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es."

Jorge Bucay



Febrero había empezado hace unos pocos días y Tomás no había vuelto a tocar el tema del casamiento. No iba a mentir, desde ese día la idea estuvo rondando por mi cabeza. Pensé los pro y los contra pero la verdad no encontraba algo malo porque ni siquiera que fuéramos jóvenes, porque si lo pensamos años atrás las personas se casaban de muy jóvenes. En fin, no quería darle tantas vueltas ya que Tomás no había hecho ningún movimiento, ni siquiera una palabra, así que supongo que lo dejó pasar.


San Valentín era al siguiente día y la verdad no sabía qué regalarle a Tomás, menos si estaba encerrada acá dentro. Algo se me ocurriría o podría hablar con Lola pero después de lo de Marcos, se aisló de todos... Incluso de su hermano. Si, todavía no habían hablado. Creo que necesitaban más tiempo. Esos dos me iban a sacar canas verdes.

Suspiré mientras seguía acostada en el pasto disfrutando el Sol de la tarde. Si seguía pensando en todo lo que me pasaba, iba a terminar con dolor de cabeza y estrés, necesitaba un poco de calma en mi vida.


—No me gusta cuando estás en silencio porque significas que estas pensando y usualmente pensas demasiado, lo que termina en nada bueno. —giré mi cabeza mirando a Tomás, algo ofendida.


—Gracias por el voto de confianza. —dije sarcástica mientras me sentaba. Aceptaba que hace un tiempo atrás pensaba de más las cosas y terminaba tomando decisiones impulsivas pero que primero crean que voy a volver a ser la de antes y que ahora Tomás pensara que iba a hacer algo "malo", me hacía darme cuenta que no tenían fe en mí y yo sintiendo que había avanzado un montón. Me paré bufando decidida a irme a mi cuarto. La verdad me enojaba muy rápido.


—Mia, para.—él agarró mi brazo, haciéndome girar pero no le dirigí la mirada. —¿Por qué te enojas?


—Tomás, ¿tenes fe en mi? —levanté mi mirada, conectando nuestros ojos.


—Obvio que si. —frunció el ceño.


—Entonces, demostramelo y no sólo cuando estoy bien. Desde lo de Susana parece que todos están esperando que sea la Mia cohibida que alguna vez fui, como si eso fuera lo obvio a pasar.


— Eso no es así.


— No mientas, por favor. Cambié un montón desde que llegaste y me lo han dicho pero parece que no se lo creen. Necesito que confíen en mí, que me tengan fe. —lo miré en silencio y negué levemente, suspirando. —No quiero palabras vacías, necesito hechos. Y no me vengas con que yo no he demostrado en hechos que no voy a decaer porque acá me estás viendo después de un mes y no soy la Mia de antes.


—Yo... No se que decir.


—Necesito estar sola.


—Mia... —lo miré esperando algo, no se que pero no dijo nada más. Suspiré.


Amándote en medio de la Locura [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora