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Habilidades
Lúthien movió su silla para estar frente a mí. Por alguna extraña razón me encontraba nervioso, quería decir algo, pero las palabras no lograban salir. Traía un portafolio que colocó en la pequeña mesa que se encontraba a su lado, lo abrió y lo dejó así. Su mirada regresó a mí, dejándome completamente paralizado. Me sonrió... su sonrisa era tan tierna y dulce, sus ojos irradiaban una gran calma y tranquilidad, su cabello se veía tan suave.
- ¿Quieres que comencemos?
- ... Sí.
Giró la cabeza suavemente mientras cerraba sus ojos. Nunca había conocido a una mujer que emanara tanta ternura. Realmente me ponía nervioso. Cuando volvió a abrir sus ojos, me miró directamente y se quedó totalmente quieta. Me sentí como si estuviera bajo una lupa... pero me agradaba que fuera ella quien me examinará.
- Por lo que veo, tienes habilidades de tipo sanguíneo. Empecemos con esas habilidades.
Tomó un objeto del portafolio y lo sujetó en su mano izquierda. No logré ver de qué se trataba. Me pidió que le diera mi mano, con un poco de vergüenza, extiendo mi mano sudorosa. Al tocar su piel, una cálida sensación me abrazó, jamás había sentido algo así, su piel era tan suave y su toque tan delicado.
Ella cerró los ojos. Sentí como si algo entrará por mi mano, atravesando mi brazo hasta mi pecho, luego por mi cuello hasta llegar a mis ojos.
- Tienes una habilidad muy curiosa que radica en tus ojos. Aunque creí que era de tipo sanguíneo, es un don de tipo nato. Solo usted posee esta habilidad en su familia y lo ha tenido desde que nació, aunque no lo ha explotado al cien por ciento, pero sabe cómo utilizarlo. Quizás nunca se ha dado cuenta de ello, pero con algo de entrenamiento verá de lo que es capaz.
¿Una habilidad en mis ojos? No recuerdo que sea capaz de ver cosas que los demás no pueden... bueno, no es que alguna vez pudiera ver con los ojos de alguien más. Puede ser que lo que para mí es normal, para el resto no lo es. Lúthien soltó mi mano y sacó una pequeña libreta donde comenzó a anotar algo. Momentos después regresó el objeto de su mano al portafolio y tomó otro.
- Mientras viajaba a tus ojos, noté que tienes otras habilidades. Voy a ver de qué se trata. ¿Está bien?
- ... Sí.
Me sonrió políticamente y volvió a tomar mi mano. Esa sensación volvió a mí. Pero ahora se detuvo en mi pecho, justamente en mi corazón. Lúthien tardó cinco minutos antes de retirar su mano y volver a escribir en su libreta.
- Al parecer encontré algo más. Solo tomara otro momento, prometo no tardar.
Su voz era tan suave y melodiosa. Ella lograba hacerme sentir en un lugar en el que nunca he estado. Existía tanta paz y tranquilidad. Ella fácilmente podría hacerme lo que quisiera y yo aceptaría sin pensarlo. Tomó otro objeto del portafolio y repitió el proceso. Ahora lo que recorría mi cuerpo se sentía un poco agresivo, como si ella inyectará algo dentro de mí. Por unos momentos un leve dolor me invadía. Ella muy amablemente solo decía "lo siento, prometo que no tardaré" Pasaron unos minutos cuando ella por fin termino, hizo sus últimas anotaciones y guardó todo en su portafolio.
- Listo, eso es todo por mi parte.
- Gracias.
- No me tienes que dar las gracias, es parte de lo que hago aquí.
En ese momento Huor entró a la habitación y miro directamente a Lúthien. Con unas señas un poco extrañas con las manos se comunicaron... creo que era urgente el mensaje y no querían que yo lo entendiera. Huor le dio una seña a Lúthien para que nos dejara solos. Sin decir una palabra se retiró rápidamente cerrando la puerta después de salir.
El ambiente cambió drásticamente, haciéndome recordar en donde estoy. Me di cuenta que no se trataba de un juego, esto es cosa sería, con cierta irreverencia pregunté:
- ¿Por qué hacen esto?
- ¿A qué te refieres?
- A esto, para que entrenan a personas que tienen habilidades, ¿qué ganan con ello?
- Nosotros buscamos que las personas tengan la posibilidad de conocer su máximo potencial.
- Suena como una acción demasiado noble, y ¿ustedes que ganan?
- Nosotros... ganamos un futuro mejor.
- ... Que quiere decir.
- Acabas de llegar al credo, con el tiempo entenderás nuestro propósito. Pero en resumen, estamos sembrando las semillas de un mejor final.
- ¿Final? Está hablando del apocalipsis.
- No seamos tan fatalistas, otras personas se encargarán en instruirte en ese ámbito. Por ahora, debes regresar a tu hogar. Si no me equivoco, mañana debes asistir a clases y debes descansar un poco.
- Pero...
- Tus dudas se aclararán poco a poco, no seas impaciente Erik. Puedes retirarte.
Huor clavo su mirada en unos papeles que se encontraban en su mesa. Me levante y salí de la habitación con muchas preguntas en la cabeza... aunque la más importante en ese momento era el cómo regresaría a mi casa. Espero que no sea de la misma manera en que llegué. No soportaría otro viaje como esos.
Lúthien Me esperaba fuera de la oficina de Huor. Amablemente me pidió que la acompañara. Camine justo detrás de ella... debo admitir que me sentía muy atraído por ella, pero quisiera conocerla más. Me intrigaba quien era, cuál era su habilidad. Aunque una mujer tan bella como ella debe tener una pareja.
Entramos a un cuarto donde se encontraba un hombre con anteojos frente a una computadora. Lúthien dijo:
- Hola, tenemos que regresarlo a su hogar, su estómago aun no es lo suficientemente fuerte para usar otro método, sé que estas ocupado, pero son ordenes de Huor.
El hombre no levanto la mirada y no dijo una sola palabra. Solo señaló un símbolo que se encontraba en el suelo. Lúthien me indicó que me parará sobre la marca del suelo. El hombre se levantó y golpeó el suelo con la palma de su mano. En un abrir y cerrar de ojos me encontraba en el sofá de mi casa. Afortunadamente ningún malestar me invadió, solo quede un poco aturdido por todo lo ocurrido. ¿Todo lo que pasó fue real?... creo que ya no estoy en la disposición de pensar así, ya no le veo el caso dudar.
Quiero saber más sobre el credo, sobre mis habilidades, sobre lo que puede ocurrir en el futuro... quiero saber más sobre Lúthien. La idea de tener que ir a la universidad me frustraba un poco, no quería regresar a la monotonía de mi vida. Por una ocasión pasan cosas interesantes y nuevas. Aunque creo que no debo ser impaciente... cosa que me resultara casi imposible. Deseaba respuestas y las quería en el momento.
Miré a mi derecha y se encontraba el libro rojo, la portaba parecía mirarme fijamente. Abrí el libro justo donde me había quedado y el texto por fin era legible.
- Eres un libro bastante temperamental. Primero no quieres abrirte, luego tus páginas se vuelven blancas, después tratas de aplastar uno de mis dedos y por si fuera poco, te da por escribir tus palabras en otro idioma. Casi podría decir que te has convertido en mi esposa.
Al parecer el libro... si es muy temperamental, de un momento a otro su peso cambio, volviéndose algo imposible de sujetar con las manos. Cayó al suelo y no fui capaz de levantarlo. Esa melodía volvió a sonar en mi cabeza y no pude evitarlo, me tiré al suelo a leer. Aunque la posición fuera incomoda, no me importó mucho. Lo que leí me dio unas cuantas respuestas y planto un millón de preguntas más.
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El Credo - Iniciación
FantasyDesde los antiguos tiempos de la magia y la hechicería existieron diversos grupos que se reunían para practicar rituales secretos y así obtener algún beneficio para su gente. Estas agrupaciones eran llamadas de diferentes formas: tribus, hordas, cla...