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El camino del sabio
El hombre no entendía lo que pasaba, todos sus sentidos se agudizaron. Su oído podía percibir la suave melodía del viento que atravesaba las hojas de los árboles, podía ver a un águila que volaba en lo alto de la montaña, sentía el suave palpitar de la tierra que tocaba con sus manos, su nariz identifico el inconfundible olor de las flores silvestres de las vastas llanuras y en su boca bailaba el sabor del agua fresca del río que se encontraba a unos kilómetros de ahí.
Se levantó lentamente y buscó al lobo gris por todos lados… pero nada, parecía que hubiera desaparecido de la faz de la tierra.
- ¿El poder que le pertenece a los humanos por derecho?
Se preguntó sin encontrar respuesta. Camino y camino durante días. Ya no sentía hambre ni sed, no necesitaba dormir y en ocasiones… no era capaz de sentir su propio cuerpo.
Tras varias semanas de deambular sin un rumbo fijo, se encontró con una gran cascada, su gran estruendo lo arropó en una gran paz interna. Tomó asiento en una roca a unos cuantos metros de la cascada, justo debajo de un gran árbol. Cerró los ojos, despejó su mente y se preguntó… ¿Qué es lo que debo hacer?
- Debes entender y dominar el poder que se te ha dado.
Una gota de sudor recorrió su frente, se angustió por un momento, respiró lentamente y se concentró nuevamente:
- ¿Quién eres?
- Mi nombre no es importante en este momento Gelmir Mithrandír
- ¿Por qué me llamas así?
- Ese es tu verdadero nombre.
- Te equivocas, mi nombre es Kenneth.
- Ese nombre te lo otorgaron tus compañeros humanos sin las bases correctas.
- ¿Bases correctas?
- Así es. El ser humano es la única especie que se ha separado de su raíz, dejando atrás sus verdaderos conocimientos y sus habilidades natas. Nombrando a su mero gusto a sus herederos, corrompiendo el camino al cual estaban destinados.
- ¿Cómo es que nos separamos de nuestra raíz?
- La respuesta la obtendrás a su debido tiempo. En este momento debes aprender a dominar el poder humano.
- ¿Por qué?
- Muchas razas tienen la esperanza de traer el balance correcto al mundo.
- ¿Te refieres a los lobos?
- No solo ellos… existen muchas otras razas que no conoces, pero que han coexistido con los humanos desde siempre.
- ¿Cómo esperan que yo logre controlar este poder?
- Lo harás… de eso no hay duda. Esta sellado en tu sangre. Busca dentro de ti, las respuestas están en tu mente, en tu carne, en tu alma, cuando aprendas a buscar las respuestas estas aparecerán ante tus ojos.
Por más que intentó comunicarse, Gelmir no pudo contactar con esa voz. Abrió lentamente los ojos y observo detenidamente la cascada. Veía cada detalle, cada gota que caía en el río, cada onda y cada sutil movimiento del agua. Quedó totalmente hipnotizado, su mente quedó en blanco. Y por instinto dijo “Diu” el agua se quedó estática, apenas moviéndose al ritmo de la respiración de Gelmir. Movió su brazo derecho y la cascada seguía el mismo movimiento. Dejó caer su brazo y el agua siguió con su habitual camino.
¿Es posible? ¿Acabo de manipular el agua del río? Su mente perdió toda la paz cuando un gran dolor le atravesó el pecho como si de una lanza se tratará. La agonía se extendió hasta su brazo derecho. Durante varias horas tuvo que soportar el punzante dolor hasta que este se desvaneció paulatinamente.
¿Qué fue lo que pasó? Tratando de encontrar una respuesta, su mente le mostró una imagen de su infancia. Una pequeña tienda hecha de pieles de animales, en su interior se guardaba todos los pergaminos de su pueblo. Historias, leyendas, epopeyas y conocimientos de su pueblo. Cuando era pequeño, él estudió unos cuantos pergaminos, pero jamás les tomó la importancia debida.
Si quiero encontrar respuestas, necesito leer esos pergaminos. Gelmir se levantó y camino a su antiguo hogar…
Las siguientes páginas del libro se encontraban en blanco. Como si el libro estuviera incompleto… bueno, realmente no sé porque me sorprende. Estoy leyendo un libro cuyas palabras aparecen y desaparecen cuando digo “el credo” y al parecer, solo yo puedo leerlo. Aunque lo que más me preocupó en ese momento… es que no me preocupaba absolutamente nada. En ocasiones me impresionaba lo que pasaba pero el sentimiento desaparecía rápidamente… como si esto fuera lo más normal para mí.
Dije varias veces en voz alta “el credo” pero no aparecían más palabras. Lancé el libro a la cama y fui a la cocina para comer algo. Nunca fui un gran cocinero, pero me acostumbré a la comida congelada. Era práctica, rápida y el sabor era soportable. Mientras el horno de microondas calentaba un par de costillas, me senté en la mesa de la cocina.
¿Es posible que un libro pueda ocultar su propio contenido? Sé que es posible para algún dispositivo como un teléfono celular o algo así. Los puedes programar con una contraseña por medio de voz para que nadie pueda acceder a tus datos, pero no creo que un simple libro pueda hacer eso. Además la historia en si es bastante extraña, parece que habla de un ser mágico y todo poderoso, pero si el libro es real, debe ser el documento más antiguo de la humanidad. Pero es imposible, tendría que ser más antiguo que la escritura misma y yo tengo un ejemplar que también está traducido a mi idioma. Debe existir algún registro de esto. Aunque lo más seguro es que se trate de una novela de ciencia ficción… no encuentro otra explicación.
Mi comida ya estaba lista. Comí tranquilamente sin pensar más en el asunto. Cuando termine note que se acercaba el atardecer. Tome mi cámara y salí de mi casa. El caminar y tomar fotografías es mi gran pasión… aunque nadie sabe que lo hago… y tampoco nadie ha visto mi trabajo. No lo hago para compartirlo con el mundo, lo hago para mí. No me consideró un gran fotógrafo, pero disfruto de todo el proceso. La cacería de una escena, la velocidad para tomar la fotografía correctamente y el proceso de revelado en el laboratorio.
Camine al parque que se encuentra cerca de mi casa y camine por unas tres horas y solo tome tres fotografías. Contento con mi trabajo, regresé a mi casa, dejé la cámara en mi escritorio y me recosté en la cama. Quería revelar esas fotos, pero ya era tarde y debía dormir. Tome una ducha, cene un plato de cereal con leche y me fui directo a la cama. El libro se encajó en mi espalda y al tomarlo note que la portada cambió. Los ojos del lobo se encontraban cerrados… como… si estuviera durmiendo.
¿Pero qué…? En este momento no tengo ánimos para pensar en el asunto. Dejé el libro en mi buro y apague la luz. Comencé a dormitar, mis ojos se cerraban y cuando casi caí completamente dormido. Aquella melodía emano del libro, paralizando mi cuerpo.
- Debes entender lo que está pasando.
Esa voz nunca la había escuchado. Era dura, fría y muy profunda, traté de gritar pero mi cuerpo no respondía. Mi ojos se mantenían cerrados y me quede dormido… pero no fue por voluntad propia… parecía que alguien me obligó a dormir. Justo antes de que todos mis sentidos se desconectaran, sentí una mano sobre mi hombro.
- ¡QUÉ DIABLOS ESTA PASANDO!
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El Credo - Iniciación
FantasyDesde los antiguos tiempos de la magia y la hechicería existieron diversos grupos que se reunían para practicar rituales secretos y así obtener algún beneficio para su gente. Estas agrupaciones eran llamadas de diferentes formas: tribus, hordas, cla...