18. ¿Rosa o Azul?

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-¡Ya estoy en casa! -gritó Abby, siendo totalmente consciente de que los chicos hoy estaban en casa de unos amigos, cerrando la puerta detrás de ella al entrar. Se llevó una mano a la cabeza, y se apoyo en la puerta para no caerse.

«Ya me ha dado un mareo»

Ya que los chicos le habían prohibido ir a trabajar, ella los convenció para que la dejaran ir a dar un paseo, con la escusa de que necesitaba que le diera el aire. Pero Abby había estado todo el día encontrándose algo.. Mal.

El embarazo de Abby estaba yendo muy rápido. Habían pasado 3 semanas, y a Abby ya se le estaba notando la barriga un poco. En dos semanas, podrían saber el sexo del bebé. Nadie debía saber que el embarazo de Abby tenía tan poco tiempo y sin embargo estaba tan avanzado, así que apenas veía a Esther. Y eso le dolía.

-Hola Abby. -dijo Dylan. ¿Qué hacía aquí?

-¿Qué haces aquí? -preguntó ella frunciendo el ceño. Abby sabía que una vez al mes, los chicos quedaban en casa de Jason, uno de sus amigos, para hacer su "día de machos alfa" que consistía en pizza, fútbol, y similares.

-Bueno.. Yo.. Quería hablar contigo. Se que ayer te dije eso de manera muy.. Brusca, lo siento Abby. -dijo él, y Abby sonrió.

-No pasa nada. ¿Has estado aquí todo el tiempo solo para esperarme? -dijo ella, él asintió, y ella dejó su bolso en el sofá antes de ir a abrazarlo.

-Bueno, dicho esto, ¡me voy! Voy a ver si aún me da tiempo a patearle el culo a Chad en las carreras. ¡Adios! -dijo él, y salió disparado por la puerta.

Abby sonrió y negó con la cabeza. Se dispuso a subir corriendo a su cuarto, y una vez allí, se puso a leer.

Llevaba alrededor de una hora leyendo, cuando escuchó unos golpecitos en su ventana. Frunció el ceño y se dirigió hacia ella.

Al asomarse, no había nada.
«qué extraño» pensó.

En ese momento, su móvil vibró en su cama. Cerró la ventana y se dirigió hacia él.

Acosador.

Hola, pequeña vampira.

Abby.

¿Qué quieres? ¿Quién mierdas eres? No tengo tiempo para esto.

Acosador.

Ni que estuvieras haciendo algo importante en estos momentos.

Abby.

¿Qué? ¿Tú como sabes eso?

Y no le volvió a contestar.

***

Abby se pasó el resto del día investigando sobre quién podía ser el "acosador".

Al principio, pensó rápidamente en Jordan. Pero al mirar su teléfono, vio que tenía su número. Descartó esa idea.

Luego, pensó en Matt. Pero tampoco, Abby sabía que Matt no tenía móvil. Por lo que Nate le había contado, era demasiado poderoso como para arriesgarse de que cualquier enemigo suyo le pusiera un localizador o algo por el estilo. Los chicos tampoco eran, aunque Abby prefirió quedarse más tranquila comprobándolo, y sintiéndose fatal al instante. También encendió su portátil, y buscó toda la información que pudo sobre ese número. Pero al parecer, no existía nada.

-¡DEJEN PASO AL CAMPEÓN! -gritó la voz de Chad en el piso de abajo. Abby cerró rápidamente el ordenador.

A los 2 minutos, la puerta de su cuarto se abrió. Nate entró por ella, y se lanzó a su cama boca abajo, como si estuviera cansadísimo. Abby rió y le beso la espalda.

-¿Un día muy duro? -bromeó ella. Él giró un poco la cabeza para mirarla.

-No lo sabes tú bien. -dijo él, y Abby rió más.

-¿Tú qué tal? -dijo él, y acarició el estómago de Abby. Abby sonrió con ternura.

-Muy bien.

-No te decía a ti, le decía a Luna. -dijo él, y Abby frunció el ceño fingiendo estar enfadada. Nate rió y le besó castamente los labios.

-Por cierto, Chad y Simon... -empezó a decir Nate, pero fue interrumpido por el ruido de la puerta al abrirse. Chad y Simon entraron corriendo y gritando con bolsas en las manos.

-ABBY -gritaron al unísono.

-¿Qué os pasa? -preguntó Abby. Ellos sonrieron y vaciaron las bolsas en la cama de Abby, justo enfrente de ella.

En las bolsas habían biberones, gasas, mantitas, peluches, pañales, etc.

Pero lo que a Abby le llamó más la atención, fue el color. Los objetos de la bolsa de Chad eran rosas, y los de Simon, azules. Abby no pudo evitar reír.

-A ver si lo adivino. ¿Chad creía que iba a ser chica, y Simon, que iba a ser chico? -preguntó Abby sonriendo burlonamente. Ellos bajaron las miradas algo sonrojados. Abby rió más.

Estos chicos eran demasiado ingenuos.

***

¡Hola! Siento muchísimo no haber escrito no subido, de verdad, he estado muy liada.

Os agradezco mucho la espera, y como recompensa, más tarde subiré otro capítulo.

Besos, Andrea

Nate II; miradas oscuras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora