25. Plan en marcha. Parte 2.

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-¿Cómo que no lo crees? -inquirió Dylan. Abby sonrió, y eso bastó para que Dylan entrara corriendo dentro del taller para ver qué había pasado. Todos le siguieron corriendo, y una vez dentro, todos se sorprendieron.

-¿Marcus? -dijeron todos sorprendidos.

-Hola pequeña Abby -dijo Marcus tocándole la cabeza a Abby. Abby sonrió en respuesta. Todos estaban demasiado sorprendidos. No podían creerse absolutamente nada. ¿Qué hacía Marcus en aquel lugar?

-¿Abby? ¿Qué es todo esto? -dijo Nate con la boca abierta. Abby sonrió.

-Bueno.. Después de descubrir a Dylan -dijo ella con amargura- tuve que hablar con una antigua amiga, y que ella me contara todo. -dijo Abby sonriendo.

Marcus era el otro jefe de los vampiros, junto con su hermano... Matt. La diferencia es que ellos no trabajaban juntos. Según cuenta la leyenda, cada hermano es de distinto padre. Y el padre de Matt era oscuro. En cambio el de Marcus, era puro, limpio.

Cuenta la leyenda que un día ambos hermanos fueron separados por la guerra entre vampiros hace demasiados años, donde ambos padres fallecieron, y estos tuvieron que ocupar su lugar. Marcus no quería que su hermano fuera oscuro, pero como ya sabemos, Matt lo llevaba en la sangre, y no duró ni un segundo en aceptar el cargo.

Cegado por la avaricia de un ejército y del poder, Matt fue poco a poco intentando cumplir su objetivo: conseguir un ejército mayor al de su hermano y poder acabar con él.

Pero la cosa no era así, si no que el ejército de Marcus era mucho mayor. Por lo que Marcus siempre ha andado buscando a su hermano para conseguir encerrarlo de una vez por todas, y Matt ha vivido toda su vida junto con su ejército escondiéndose.

-¿Qué amiga te contó todo esto, Abby? -inquirió un sorprendido Chad.

-Bueno, dejad que me lleve los honores. -dijo Penny. Todos la miraron con una sonrisa, excepto Dylan. Que cada vez estaba peor.

-¿Dónde esta Matt? -preguntó Abby buscándolo entre todos los vampiros.

-Aun no ha llegado, pensaba que lo traeríaeis vosotros -dijo Marcus, y automáticamente Abby empezó a temblar. No. No. No. Su bebé...

-¿Acaso creeríais que le dejaría venir aquí sin asegurarme de que todo estaba controlado? -inquirió Dylan riendo. Sin darse cuenta, las mejillas de Abby ya estaban empapadas por las lágrimas, y Nate no pudo evitarlo y estampó su puño contra la mandíbula de este.

Dylan se tambaleó hacia atrás, y Marcus lo cogió.

-¡No, no! -gritó Dylan, pero era tarde. Marcus puso la mano en sus hombros, y Dylan comenzó a gritar como nunca. Comenzó a salir humo del cuerpo de Dylan, y de un momento a otro, cayó inconsciente.

Marcus tenía el poder de quemar a cualquier vampiro con solo tocarlo, aunque no lo había matado. Simplemente lo había dejado inconsciente para encerrarlo.

-Matt está suelto... Nate, el bebé -susurró Abby con el pánico reflejado en sus ojos.

-Vamos. -dijo Nate, todos asintieron.

-Tomad, es un chip localizador. Así podremos saber donde estáis en todo momento, y hoy, de una vez por todas, lograremos cazar a Matt. -dijo Marcus asintiendo con la cabeza. Todos le dimos la razón, y salimos pitando de allí.

***

-¿¡Veis algo!? -gritó Chad por encima del ruido de los árboles. Iban saltando como solo un vampiro podría, tenían que hablar con Katty antes que nada.

Llegaron al piso que habíamos acordado que usaríamos, en la cual se tendría que encontrar ella escondida.

Al llegar a la puerta, esta se encontraba medio abierta. Automáticamente Abby entró en pánico.

Enseguida pasaron adentro, y Nate fue el primero en entrar. La casa estaba a oscuras, y al encender la luz, todos quedaron petrificados.

Todo el piso estaba destrozado, y todo estaba tirado por los suelos. Sin contar las ventanas rotas, y muchos muebles más.

Pero eso no fue lo que terminó de asustarles. En el suelo, justo enfrente de ellos, yacía el cuerpo de Katty inmóvil y sin vida.

-¡No! -gritó Abby fuertemente, y se arrodilló junto a esta. Intentó tomarle el pulso, pero era demasiado tarde.

En la barriga de Katty se encontraba una estaca, con la que la habían matado.

-Ya está bien de juegos, dadnos a nuestro bebé. -una voz que hacía mucho que no escuchaban, se escuchó justo frente a ellos.

-Eres un sucio y asqueroso vampiro ¡que no va a durar nada, me oyes! -gritó Abby, y cuando estaba a punto de lanzarse a por Matt, Nate la sujetó del estómago.

-Abby Abby Abby... Ya veo que no has cambiado nada. -dijo un sonriente Matt. A su lado, apareció Jordan.

-Ya veo que tú tampoco. Al parecer sigues siendo tan ingenuo como pensaba. ¿qué, no encuentras al bebé? -inquirió Abby intentando que se la viera calmada, a pesar de que no lo estaba para nada.

-Sabía que el bebé no estaba aquí. Dinos ahora mismo donde narices está. -exigió Matt. En ese momento, algo cayó del techo, rompiendo un pedazo de este. Sam...

-Está con la amiga, está con Esther. -le contestó a Matt por Abby. Abby tuvo ganas de llorar en ese mismo instante.
En ese momento, del techo cayó otro trozo aún más grande. Marcus, Penny, y varios vampiros más acababan de entrar en esos momentos.

-Marcus... -susurró Matt con la mirada perdida. Marcus lo miró con dolor... No, decepción...

-Haz que esto acabe hermano. Deja a ese bebé y a su familia y largate. -le dijo Marcus a Matt. Matt soltó una carcajada que dejó a todos sin habla.

-Ya se donde esta el bebé, y ahora... Nada podrá detenerme. ¡Nada! -gritó Matt agarrando rápidamente una estaca de detrás de él. Abby pudo leerle la mente, y enseguida miró a Nate con los ojos muy abiertos.

Y en ese momento, todo pasó a cámara lenta.

Abby usó sus poderes mentales para sacar la estaca del estómago de Katty, y lanzársela a Matt, al tiempo que este hacía lo mismo pero con Nate.

Afortunadamente, a Abby le dio tiempo a ponerse delante de Nate.

-¡ABBY! ¡NO POR FAVOR! -gritó Nate.

Abby cayó al suelo sintiendo una fuerte opresión en el hombro.

Y de un momento a otro, todo se volvió negro.

*FIN*

¡HOLA A TODOS! NO OS PREOCUPÉIS, AÚN QUEDA EL EPÍLOGO.

Nate II; miradas oscuras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora