19. Mensajes borrados.

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A la mañana siguiente, Abby se levantó sintiendo un brazo rodear firmemente su cintura. Sonrió aun con los ojos cerrados, y se pegó hacia él.

-Buenos días -susurró Nate y besó la cima de su cabeza. Abby sonrió.

-Buenos días -dijo la voz somnolienta y perezosa de Abby. Nate rió suavemente.

-¿Qué hora es? -preguntó Abby.

-Las 12:00, dormilona. -dijo Nate dejando el mando de la televisión en la mesilla.

-¿Otra vez las 12 de la mañana? Dios, no me acostumbro a pensar que me levanto tan tarde. -dijo ella incorporándose.

Se levantó, aun estando en ropa interior delante de Nate, y fue hacia su armario. Cogió una sudadera negra, y unos vaqueros, volviéndose a apoyarse en el armario para evitar caer. Otro mareo -pensó Abby, aunque ahora también se encontraba algo cansada a pesar de todo el tiempo que había dormido.

Se dispuso a ponerse los vaqueros, pero al intentarlo, se dio cuenta de que no le cerraban.

-Amm.. Nate.. -empezó a decir ella. Él dejó de mirar la pantalla de su móvil para verla, y cuando vio que no cerraba, sonrió.

-Parece que Luna cada vez es más mayor. -dijo Nate burlonamente, y Abby le fulminó con la mirada.

-No te preocupes nena, vístete que nos vamos al centro comercial. Usa algún vestido ancho o una falda. -le aconsejó Nate antes de salir por la puerta, no sin antes darle un beso en los labios.

***

-Oh, vamos nena.. Como no te des prisa voy a entrar al probador y.. -empezó a decir Nate, pero al ver a Abby, se calló.

Llevaban alrededor de dos horas de tienda en tienda, y todo se repetía sucesivamente en cada tienda a la que entraban:

1. Abby se pasaba 20 minutos para elegir una prenda.

2. Nate se quejaba porque Abby tardaba mucho en probarse, aunque él no sabía que en realidad lo hacía por el dolor que sentía en el cuerpo en esos momentos.

3. Nate se quedaba sorprendido al ver a Abby, y la halagaba con bonitos cumplidos.

-¿Qué te parece este?

-Joder nena.. Estas buenisima, maldita sea. -dijo Nate llevándose las manos a la cara dramatizando, y Abby rió.

Después de que Abby se quitara el vestido, fueron a pagar a la caja, y Nate prácticamente obligó a la chica del mostrador a que aceptara su tarjeta, y que Abby guardara la suya.

Una vez fuera, Nate le dijo a Abby que iría a por el coche, y así ella no tendría que andar tanto. Abby aceptó, y después de darse un casto beso en los labios, Nate desapareció de su vista.

Abby se sentó en un banco que había cerca de la entrada principal del centro comercial, y empezó a repasar mentalmente todo lo que se había comprado.

De pronto, su móvil vibró.

Acosador.

Ese bebé será tu ruina.

Abby.

¿Otra vez molestando?

Acosador.

Te veo muy pálida, pequeña vampira;)

Abby.

Ja, ja, ja.

Acosador.

Y muy delgada...

Y Abby no quiso volver a contestar, ya que justamente Nate acababa de pitarle desde el coche, indicándole que debía subir.

De camino a casa, el trayecto en coche fue tranquilo, y solo se escuchaba la radio con la música que Nate tenía puesta.

Fue en ese entonces, cuando Abby se dio cuenta de algo. Sacó rápidamente su móvil, y escribió un mensaje.

Abby.

¿Cómo narices sabes tú que estoy embarazada?

Acosador.

¿Cuándo he dicho yo eso?

Abby.

En el anterior mensaje. Contéstame.

Acosador.

Reenvíame ese mensaje.

Y no pudo volver a enviarlo, porque ese mensaje ya no existía.










Nate II; miradas oscuras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora