Al llegar a casa, Nate le abrió la puerta a Abby al entrar, y Abby hizo lo posible por sonreír.
Desde el camino en coche, había estado tan confusa, asustada.. Pero no quería preocupar a nadie. Así que había tenido que decir: sí, a todos los: ¿estas bien? De Nate.
-¡La cena esta listaaaa! -gritó Simón desde la cocina. Abby y Nate fueron hasta allí, y cuando Abby iba a sentarse, otro mareo llegó a ella. Suspiró y se agarró a la silla.
-Abby, ¿qué ocurre? -preguntó Dylan llamando la atención de todos.
-Estas.. Pálida, bueno, más de lo normal.. -dijo Simón, y Abby volvió a pensar en que esas palabras ya las había leído antes. En un mensaje.
-Yo.. -tartamudeó Abby, pero acto seguido una fuerte patada del bebé la hizo caer de rodillas al suelo. ¿Qué bebé tenía tanta fuerza?
-¡Abby! -gritó Nate. Entre Chad y Nate, la tumbaron en el sofá, y Dylan se arrodilló a su lado.
-Dame tu mano -dijo él, y acto seguido le tomó el pulso, y se dio cuenta de que iba muy rápido. A Dylan se le ocurrió algo.
Le tocó la frente a Abby y se dio cuenta de que estaba muy fría. Toda ella estaba helada. Abby no podía hablar, y le temblaban las piernas.
Dylan analizó todo esto en su cabeza: Cuerpo helado, pulsaciones rápidas y fuertes, pérdida del habla, y le temblaban las piernas.
En ese momento, Abby recordó los mensajes.
Estas pálida, y más delgada. Ese bebé será tu ruina.
Más pálida y más delgada...
-Comida, Dylan... Co-mida... -susurró Abby, y volvió a temblar.
-Simón, tráeme sangre. Tráeme toda la sangre que tengamos. ¡Corre! -gritó Dylan, y en menos de 5 segundos, Simón había obedecido.
Dylan empezó a darle sangre. Le dio toda la sangre que pudo, hasta que Abby acabó incorporándose y tosiendo fuertemente. Nate la abrazó en décimas de segundo.
-Gracias a dios.. Gracias a dios.. -susurraba Nate contra el pelo de Abby mientras dejaba pequeños besos en este.
-¿Qué le esta pasando, Dylan? -inquirió Chad. Dylan suspiró de alivio al ver bien a Abby, y luego habló.
-El bebé.. El bebé cada vez es más mayor. Y es lo que os dije.. El bebé es muy fuerte. ¡Es de distintos poderes! Abby podría controlar a un bebé de su fuerza, pero ahora también esta mezclada la de Nate al ser de distintos poderes. Y esta creciendo muy rápido, cada vez necesita más sangre. Y al comerte siempre tu propia ración de sangre.. Solo alimentabas al bebé, pero no a ti. -dijo Dylan, y Abby suspiró. Esto iba a ser muy duro. Muy, muy duro.
***
A la mañana siguiente, Abby ya estaba despierta a las 9. No había podido dormir mucho en toda la noche, y al despertarse, se encontró una nota de Dylan:
Te he dejado la sangre preparada en la nevera. Esta mañana todos hemos madrugado para ir a cazar. Si cuando te despiertes no estamos, espéranos. Te queremos.
Abby sonrió, pero de un momento a otro, frunció el ceño y guardó la nota en el cajón, debajo de toda su ropa.
Cuando los chicos llegaron, Abby se encontraba en su cuarto. No había salido de él en toda la mañana.
De un momento a otro, Nate entró con un cuenco muy hondo y algo grande, lleno de sangre.
-Toma, para ti. -dijo él sonriendo con ternura, y Abby se derritió por dentro. Aceptó el cuenco, puesto que estaba muerta de hambre, y se lo bebió entero en cuestión de segundos.
Desde luego el embarazo la estaba haciendo muy distinta.
ESTÁS LEYENDO
Nate II; miradas oscuras.
VampireUna vida en París, un trabajo decente, y una maravillosa relación con sus cuatro idiotas favoritos. A pesar de haber pasado todo lo que habían vivido hasta ahora, nada los había separado, sino que los había unido aún más. Tres años después, cuando c...