Al llegar a casa, a Abby le llegó un mensaje.
Desconocido;
Hola, preciosa.
Abby Johnson;
¿?
Desconocido;
¿No me recuerdas?
Abby Johnson;
¿Quién eres?
Desconocido;
Jajaja
Abby Johnson;
Se ve que tiene mucho tiempo libre.
Desconocido;
Mi única tarea del día es pensar en ti.
Abby Johnson:
Adiós.
Desconocido;
Adiós, nena.
Abby, confusa por lo que acababa de pasar, frunció el ceño mirando su teléfono. Borró los mensajes. No era la primera vez en estos últimos tres años que un chico le hablaba y le decía cosas así.
-¿Qué pasa? -preguntó Dylan. Abby negó con la cabeza y rodó los ojos, restándole importancia.
Después de cenar, Abby se fue a la cama. Llevaba ya alrededor de una hora leyendo, cuando llamaron a la puerta. Abby cerró el libro y se dio cuenta de que eran las once.
-Hola bebé -dijo Nate. Cerró la puerta detrás de él, y se tumbó al lado de Abby. Abby se acomodó en su pecho, y suspiró. Su estado de paz duró poco, ya que a los dos minutos tuvo que ir corriendo al baño.
Bienvenidas de nuevo, náuseas.
***
A la mañana siguiente, Abby se levantó alrededor de las 12. ¡Las 12! No recordaba cuando fue la última vez que se levantó tan tarde.
Para su sorpresa, estaba sola en casa. Se dio una ducha relajante. Y más tarde, se vistió con unos pantalones cortos y una camiseta corta deportiva.
Cogió su teléfono para ver si alguno de los chicos le había escrito, y se encontró con mensajes nuevos. Frunció el ceño.Desconocido;
Buenos días preciosa
Abby Johnson;
Ya estamos...
Acosador;
¿me has cambiado el nombre ehhh?
Abby Johnson;
¿Cómo narices sabes eso?
Acosador;
Te conozco muy bien para saberlo. Seguramente me habrás puesto algo como... Pervertido, o Acosador.
Abby Johnson;
Me decanto más por imbécil.
Acosador;
Estas muy mona cuando te enfadas.
Abby Johnson;
¿Pero qué dices? Si seguro que no te sabes ni el color de mis ojos, imbécil.
Acosador;
Creeme, se perfectamente cada uno de tus pequeños detalle.
Abby Johnson;
Si tan bien me conoces, también sabrás que tengo novio.
Acosador;
Eso nunca me ha importado.
***
El día pasó rápidamente, y cuando Abby se quiso dar cuenta, ya eran las 9 de la noche. Estaban en la cocina cenando todos, menos Dylan, quien se unió a ellos unos minutos después.
-Ey, tú, ¿dónde estabas? Casi me como tu comida. -dijo Chad. Dylan lo ignoró.
-Investigando. No se si os habréis dado cuenta, pero hay muchas cosas de las que hablar. -dijo Dylan mirando fijamente a Abby.
Y Abby se esperó lo peor.
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Nate II; miradas oscuras.
VampirosUna vida en París, un trabajo decente, y una maravillosa relación con sus cuatro idiotas favoritos. A pesar de haber pasado todo lo que habían vivido hasta ahora, nada los había separado, sino que los había unido aún más. Tres años después, cuando c...