Nate II; miradas oscuras.

5. La fiesta.

A la mañana siguiente, Abby se levantó notando algo alrededor de su cintura. Nate -pensó.

Abrió los ojos lentamente, y justo cuando estaba preparada para apartarlo y decirle que seguía enfadada, se dio cuenta de que no era Nate. Era la serpiente. Abby pegó el grito más fuerte que ha pegado jamás, y eso solo hizo que la serpiente apretara más. Entonces, a Abby se le ocurrió una cosa.

Mover a la serpiente con la mente. Levantó la serpiente, utilizando mucho esfuerzo. Ya que además de que estaba bien agarrada a su cintura, pesaba mucho. Pero con mucho esfuerzo, consiguió sacarla de su cintura.

Justo cuando la serpiente estaba volando por la habitación, la puerta se abrió. Cuatro idiotas en solamente calzoncillos entraron en el cuarto de Abby, y se sorprendieron al ver la serpiente volar. Abby la dejó caer en ese momento. Chad y Simón la fulminaron con la mirada, y ella iba a hablar. Hasta que vio a Nate. Cerró la boca y frunció el ceño mientras cerraba la puerta con la mente, obligándolos a retroceder, y sacándolos de la habitación.

***

El día había pasado rápido, y ya era la hora de la fiesta. Abby se había vestido como siempre; unos vaqueros, y una camiseta.

Según Nate, esos vaqueros le hacían un culazo. Abby recuerda haberse puesto más roja que un tomate cuando se lo dijo. Pero bueno, no era momento de recordar. Abby bajó las escaleras para irse; se iba a ir a casa de Esther.

Al bajar, los chicos ya estaban vestidos, y con todas las cosas que compraron ayer para la fiesta. Abby no pudo evitar fijarse en cómo iba vestido Nate. Iba con sus vaqueros de siempre, y una camiseta blanca se manga corta que, al ser apretada, le resaltaba los abdominales.

También pensó en cómo lo miraría Emily esta noche, y en que él no quería que Abby asistiera esta noche. Frunció el ceño y se dirigió hacia la puerta.

-¿Te vas? -preguntó Dylan.

-Sí, no quiero estropear la fiesta. Pasarlo bien. -Abby sonrió falsamente y abrió la puerta.

-Abby.. Espera.. Tenemos que hablar -dijo Nate pesadamente. Abby apretó los puños.

«habla con Emily» -susurró ella en su mente, y Nate gruñó. Abby no le dio importancia y salió de casa.

Abby sabía que esto solo eran pequeños roces de pareja, y no era la primera vez que les pasaba en 3 años. Pero hasta ahora, Nate nunca había querido esconder a Abby. Y eso era lo que verdaderamente preocupaba a Abby. ¿se habría aburrido ya de ella?

Cuando se quiso dar cuenta, ya había llegado a casa de Esther. Esther le abrió la puerta con una expresión sorprendida, y más tarde, enfadada.

-¿Qué haces aquí? ¡tendrías que estar ligando en esa fiesta y dejando a los amigos de Nate muertos! -exclamó ella. Se apartó para que Abby pudiera pasar, y una vez dentro, retomaron la conversación en el sofá.

-Para empezar, no he roto con Nate, ni tengo pensado hacerlo, por lo que no voy a ligar con nadie. Y para acabar, no voy a vestirme especial para dejar a Nate en ridículo presentándome como su novia. Quedaría en ridículo yo con él. -Abby pensó un momento en esa escena, y no pudo reprimir un escalofrío.

-Bueno, si esa es tu decisión, la respeto. Pero ahora, vamos a quedarnos aquí, voy a hacer chocolate caliente, y después de ver la película, te irás y hablarás con él.

-Pf, hecho.

***

No quiero entrar. No quiero entrar. No quiero entrar. -Abby iba pensando eso desde que salió de casa de Esther alrededor de las 12:30. Ahora mismo estaba en la puerta, y tres calles más para atrás se escuchaba la música. Hoy Abby no iba a poder dormir muy bien.

Abby abrió la puerta, y pudo observar que la casa estaba llena de gente. Se fue haciendo paso entre la gente, y finalmente llegó a las escaleras. Se disponía a ir a su cuarto, cuando un Chad borracho habló desde abajo.

-¡EY, ABBY! UNNNNETE A LA FIESSSSTA -dijo él. Abby miró en su dirección, y sintió como su corazón dejaba de latir. Observó donde se encontraba Chad. Chad estaba sentado con un grupo de gente sentados en el suelo.

Y entre ellos, distinguió a Emily en el regazo de Nate.