21.- Quesadilla.

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— ¿Seguro que no has olvidado nada? —preguntó Sophie por milésima vez

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— ¿Seguro que no has olvidado nada? —preguntó Sophie por milésima vez.

—Probablemente sí pero no me daré cuenta hasta que lo necesite —se encogió de hombros y rio—. Deja de preocuparte, Soph. Estaré bien.

—Tú nunca pareces preocupado por nada así que es mi responsabilidad estarlo por ti — explicó mientras caminaban hacia el taxi que lo llevará al aeropuerto.

—Eres como una mamá gallina —murmuró enternecido y apretó una de las mejillas de la chica—. Sólo serán cinco días, Solecito. Volveré más pronto de lo que puedes decir "quesadilla".

—Quesadilla —Jess la miró mal antes de poner su equipaje dentro del vehículo.

—Toma tu tiempo para decirlo, Sophie —rio y abrió los brazos en su dirección—. Ahora ven y abrázame fuerte porque no nos veremos en un milenio —dramatizó y la castaña rodó los ojos antes de acercarse y abrazarlo con fuerza—. Recuerda alimentar a mi gato mientras no estoy, ¿sí?

—Todos los días —rieron y se separaron—. Ten cuidado, Jess.

—Tú también —sonrió una última vez y suspiró—. Tengo que irme ya. Nos vemos después, Sophie.

—Nos vemos, Jess —hizo un gesto con su mano y miró al taxi alejarse hasta que le fue imposible distinguirlo.

Mientras ella se ponía en marcha en dirección al conservatorio, inevitablemente comenzó a sentirse como en los viejos tiempos; cuando Jesse aún no llegaba a su vida y sólo se tenía a sí misma. Le aterraba la idea de regresar a eso porque, lamentablemente, sabía que todo lo viejo puede volver a convertirse en nuevo.

*

Jesse pasó los primeros dos días de su viaje trabajando en el departamento de redacción como solía hacer después de dejar de viajar y antes de decidir mudarse a donde actualmente vivía. También se puso al día con sus viejos compañeros y sus amigos más cercanos, a los que olvidó por completo cuando conoció a Sophie.

Ahora él estaba esperando afuera de la oficina de su jefa, Kelly Lane, para tener su conversación pendiente.

—Ya puedes pasar —le informó una asistente.

—Hola, Jesse —saludó Kelly con entusiasmo cuando él entró a la habitación y lo tomó en un abrazo afectuoso—. ¡Vaya, siento que tenía años sin verte!

—No ha sido tanto tiempo —replicó con una sonrisa mientras ambos tomaban asiento frente a frente, cada uno a un lado del escritorio de la mujer.

— ¿Cómo te trata la vida?, ¿Qué ha sucedido durante tu descanso? —preguntó amablemente mientras revisaba correos en su ordenador.

—Me mudé a un lugar tranquilo, me enfoco en vivir de manera pacífica. Tengo un gato, he conocido a una chica... —fue interrumpido.

— ¡Una chica! ¿Tienes una relación? —sonrió cómplice.

"Casi" nunca es suficiente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora