Epílogo.

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Habían sido tres años desde la última vez que Sophie vio a Jesse. Tres años desde que él dijo que la amaba y después se fue.

Las cosas habían cambiado para ella.

Poco después de la partida de Jess, Sophie finalmente se reunió con Susan y Alfred para hablar de su carrera. Ellos le presentaron un plan de acción para ponerla en el mapa definitivamente y ella amó cada parte de ello. Dejó su trabajo en el conservatorio y tras un par de meses de preparación, volvió a dar de qué hablar, algo que no había hecho desde que comenzó a dar clases.

A pesar de que Soph no solía apreciar la atención puesta en ella, poco a poco logró adaptarse. Su personalidad había cambiado desde entonces, siempre para bien. Ya no caminaba con miedo por la calle, temiendo lo que dijeran de ella. Incluso reunió el coraje suficiente para cortar su largo cabello hasta que este le quedara a la altura de los hombros. Si algo le había enseñado la partida de Jesse (y la vida en general), era que tenía que comenzar a valerse por sí misma. Y así había sido.

Soph había conocido a muchas personas nuevas, en su mayoría agradables, entre ellas estaba Nicole, quién rápidamente se convirtió en su mejor amiga. Nicole era un par de años mayor que la castaña y era la fotógrafa oficial durante las presentaciones de Sophie. Tenía el cabello largo, lacio y negro azulado, con tez morena y la cara llena de pecas. Ellas se habían entendido al instante y fue un alivio para Sophie finalmente tener una mejor amiga, sin contar a Alicia.

Hablando de Alicia, ella y Max seguían igual de felices y enamorados que siempre, ahora también siendo los padres de una pequeña niña llamada Aline. Alicia todavía era directora en el conservatorio y Max seguía haciendo... lo que Max sabe hacer. Ellos se reunían algunas veces para cenar o simplemente pasar un día con Aline, ya que Sophie era su madrina de bautizo.

Un año y medio después de que Jess se marchó, Soph obtuvo un reconocimiento. El reconocimiento más importante en su carrera, que también la colocó a nivel internacional en la música clásica.

Hizo una gira a nivel nacional acompañando a una orquesta famosa para darse a conocer primero, y después se presentó en algunos países europeos en los que era muy solicitada, incluyendo Irlanda, donde se encontró con su viejo amigo Julian.

—Me siento tan ofendido de que hasta ahora hayas decidido visitarme— le reclamó en cuanto la vio.

Él había estado bien, tenía un novio italiano de ensueño e incluso estaba considerando mudarse a Italia con él,

Sophie comenzó a componer sus propias melodías, sorprendiéndose a sí misma. Había logrado vender algunas de ellas también, dándose a conocer como compositora.

La castaña supo que ya era alguien en el mapa cuando sus padres llamaron. Dijeron cosas despectivas, como siempre, pero intentando ser lo que nunca habían sido para ella: unos padres comprensivos. Sophie hablaba con ellos de vez en cuando, pero nunca los invitaba a presentaciones o premiaciones. Habían perdido ese privilegio hace ya mucho tiempo.

Y ahora, hablaremos sobre Jesse.

Sophie y él ya no hablaban. Lo hacían, al principio. Se escribían correos esporádicamente, ya que él nunca se quedaba en un lugar específico durante mucho tiempo y la señal no siempre era la mejor. También le mandaba de postales de todos los lugares que visitaba. Y entonces un día dejó de contestar los correos de la chica. Dejó de mandar postales. Dejó de comunicarse.

Ella tontamente se había asustado, pensando que algo podría haberle sucedido. Llamó a Christian, el hermano menor de Jesse, y él, muy apenado, le hizo saber que su hermano estaba en perfectas condiciones.

"Casi" nunca es suficiente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora