La chica
ARES
Entré rápido en la habitación, estaba nervioso, confundido, y me dolían bastante los brazos y las piernas, tenía preocupado a mi amigo Scott. Me senté en el sofá, me recliné sobre el cabezal, y empezó nuestra conversación.—Cuéntame Ares, ¿te ha pasado algo malo? —preguntó Scott preocupado.
Yo me froté la frente desesperado, no sabía si hablarle sobre McCain a mi amigo o no, porque siempre que cuento las cosas importantes las estropeo, estuve en silencio un buen rato, hasta que finalmente me decidí hablar.
—No tengo un buen día, solo es eso, no te preocupes amigo.
Intenté persuadirle, pero Scott no sé cómo, siempre sabe cuándo hay algo más, es como uno de esos detectives incansables, me conoce mejor que yo mismo.
—Tío, estás hecho mierda, cuéntame lo que te pasa, sabes que puedes confiar en mí. —me dijo.
Y era verdad, si había algo de lo que estaba seguro es que el único que se había quedado conmigo en los momentos difíciles era mi mejor amigo, él nunca me había fallado.
—Esta mañana—empecé a decir.
—Esta mañana qué—dijo mi amigo intrigado.
—Esta mañana, tenía uno de mis planes, ya sabes, todo como siempre—dije intentando recordar aquello visualmente.
—¿Te refieres a que fuiste a la biblioteca, ligaste con alguna chica y te la llevaste a tu casa? —se sabía mi plan mejor que yo.
—Eso era lo que tenía pensado, pero apareció ella, la niñita ésa, que se mete donde no le llaman.
—¿Una chica? ¿Todo este lío es por una chica? —preguntó mi amigo extrañado, normal, que estuviera así por una chica no era algo frecuente.
—La "señorita" McCain, llamémosla así.
—¿Qué ha hecho la tal McCain para cabrearte tanto? —preguntó nuevamente Scott.
—Me jodió mi plan perfecto, a mí, Ares Milner, el chico al que todas desean.
Scott se partió de risa al decirle aquello, cuando recuperó el aliento me dijo:
—Ya era hora de que alguien te diera de tu propia medicina Milner, has encontrado la horma de tu zapato.
—No hay chica que se me resista, no seas idiota Wolf—dije entre furioso y convencido.
—Ares, ¿de verdad creías que todas las chicas iban a caer en tus redes? — Scott que por mucho que intentaba calmarse se seguía riendo.
—Créeme, es cuestión de tiempo que se dé cuenta de que no hay nadie como yo. Está enamorada de mí, como todas, solo que ella aún no lo sabe.
—Milner, ha pasado de tu culo, supéralo, es mucha chica para ti—dijo haciendo gestos con las manos como si le quitara importancia.
—No puedo tío, no puedo olvidarme de ella—susurré interrumpiendo ahora yo a mi amigo.
—Perdona, ¿Qué has dicho? —interrogó mi amigo que dejó de reírse.
Le di un sorbo a mi taza de té y proseguí hablando:
—Ha pasado algo, he sentido algo que no había sentido desde hace mucho tiempo Scott, ella ha conseguido captar mi atención—le confesé a mi amigo.
—¿No dices que no ha querido hablar contigo? —expresó confuso.
—Me ha llamado idiota sin cerebro y me ha dejado en ridículo delante de todo el mundo—añadí recordándolo en mi mente.
—¿Y se lo has permitido? ¿Tú has dejado que una chica te gane?
—Me ha ganado hoy nada más—le corregí.
—¿En tu terreno? ¿En tu juego? ¿El juego que dices que se te da tan bien? —preguntó sorprendido.
—Me he quedado sin palabras, la verdad me ha sorprendido ver que respondía a mis ataques.
—¿Pero entonces si respondiste?
—Sí, no me llamo Ares por ser pacífico, no iba a dejar que me insultara así porque sí.
—¿Y por qué dices que te ha ganado? —siguió interrogándome mi amigo.
—Porque, aunque me he intentado reír de ella, me ha ignorado, es como tú dices, ha "pasado de mi culo".
—Ha pasado de tu culo, y ahora qué ¿te vas a casar con ella porque te ha dicho que no?
—No lo sé, solo sé que ella es diferente.
—Claramente estás enfermo, ¿una chica te dice que no y te enamoras de ella?
—No sé por qué, pero tiene un carácter que me atrae—afirmé sonriente.
—¿Tienes un plan a que sí?
—No Wolf, lo estaba pensado cuando me caí con la moto, por primera vez, yo, Ares Milner no tengo un plan.
—Sí que te ha dado fuerte Ares, tú siempre tienes un plan.
Al ver que no le respondía, porque ni yo mismo sabía qué decir, siguió hablando él:
—¿Bueno y cómo es, dime?
—Ella es pesada, atrevida, impulsiva, incordiante, rebelde, de pensamientos firmes, tiene los ojos verdes, ¿sigo?
Asintió y seguí describiéndola durante un buen rato, como estaba hablando demasiado, me frenó.
—Por lo que he podido ver, esa chica te gusta amigo.
—No, esa también había sido mi conclusión, pero mañana cuando esté con otra chica se me pasará—vacilé.
—McCain te ha destrozado y no quieres admitirlo, me parece que alguien ha perdido su batalla contra la soltería—dijo Wolf riéndose.
—¿Tú crees? ¿Y no tiene alguna especie de cura o algo por el estilo? — cuestioné a mi amigo.
—Sí, si la vuelves a ver y no te gusta lo que ves, es que no estás enamorado. Dile de quedar.
—Scott no querrá ni verme, ella me odia, odia al prototipo de chico que represento.
—Pídele perdón, y luego le dices que quieres salir con ella.
—Si hay algo que Ares Milner no hace es pedir perdón, y menos a la niña ésa.
—Sabía que me ibas a decir eso, eres un cabezota—dijo mi amigo cruzando las piernas en su sillón.
—Podrías escribir una carta por mí...—le solté de repente—. ¿No piensas decir nada? —comenté al ver que Scott no me respondía ni me aconsejaba.
—Tío, eres muy buena persona, pero yo no puedo ni debo meterme en camisa de once varas.
—Joder, pues si no me ayudas tú no sé quién lo va a hacer.
Terminé de beberme mi té. Eran las ocho de la tarde, nuestra conversación se había alargado bastante, así que me despedí:
—Hasta luego Scott, esta conversación no está acabada, continuaremos mañana—dije mientras me marchaba.
—Adiós Ares.
SCOTT
Ares se marchó, y, a pesar de que le dije que no iba a hacer nada, lo cierto es que le mentí, cogí papel y un bolígrafo y comencé a escribir una carta. Había visto la cara de mi amigo así solo una vez, tenía que conseguir que volviera a ver las cosas como antes, que fuera el chico de antes, así que me puse manos a la obra.
Para McCain ...
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Alea Iacta Est La Suerte Está Echada© [YA EN LIBRERÍAS]
Teen FictionPara McCain: Tu vida es un sin sentido , no te engañes. Tu hermana se ha ido, tus únicos amigos son los libros que siempre te acompañan, el amor no ha llamado a tu puerta. Por eso, pase lo que pase, despejate caminando hacia la escuela como habitual...