Narra Ana.
Al llegar a casa lo primero que hice fue darme otra ducha, ya que estaba un poco sudada y no olía tan bien según yo. Al salir me coloque mi ropa y me prepare un desayuno rápido. Bajé a mi auto y conduje hasta mi trabajo.
—Buenos días, Ian —saludé como todas las mañanas a mi compañero y amigo.
—Buen días, Ana —me senté frente a su escritorio.
—¿Cómo vamos con el caso de New York?
—La verdad —suspiro—. No tan bien —me observo notando mi frustración—. Debemos estar allá Ana y lo sabes.
—No puedo irme y dejar aquí a Steve.
—Él se sabe cuidar —reí—. ¿No es un bebe o sí?
—El mío —reímos—. No, ya hablando en serio, no me puedo ir por un tiempo indefinido y dejar a Steve aquí solo.
—Yo hablo totalmente en serio —hablo con su cara seria—. Él se sabe cuidar, Ana.
—¿Te has comunicado con Alex?
—Si —se recargo en su silla—, ella es la que me informo que el caso no va marchando a la perfección, pero está haciendo todo lo posible y está en contacto con el juez del caso —asentí—. Ana —me llamo y lo mire atenta—, si quieres que sea como lo acordamos tarde o temprano tendrás que ir tu a representarla.
—Lo sé, Ian —suspire—: es lo que más quiero. Sólo estoy esperando el momento —asintió.
—Bien entonces —tomo unos papeles—: esto es lo nuevo —los coloco frente a mí—. Es nuestro trabajo. Quieren que los representemos los dos, así que hay que ponernos al corriente con todo esto —asentí y empezamos a leer todos los documentos.
Narra Steve.
Nos dirigíamos a la misión, el equipo de strike, Natasha y yo. Rumlow nos explicaba que era lo que pasaba. Según a todo esto unos piratas atacaron el barco de SHIELD, donde supuestamente había información importante y un agente de rango importante estaba ahí. Pero algo no me gustaba nada.
—No se salió de curso está infringiéndolo —le mencione a Romanoff.
—Habrá alguna buena razón —contesto ella concentrada en la pantalla.
—No me gusta que Fury me use de su conserje.
—Relájate —hablo ella y se giró a mirarme—. No es tan complicado.
—¿Cuántos piratas? —pregunte.
—Veinticinco —contesto Rumlow—. Este hombre los dirige —abrió en la pantalla una foto de un hombre—. Josh Batroc, ex espía de Francia, división de acción en la interpol encabeza su lista roja. Antes de ser dado de baja tiene 36 misiones letales, tiene reputación por más víctimas.
—¿Rehenes?
—Varios técnicos, un oficial; Jasper Sitwell. Están en la cocina
—¿Y que hace Sitwell en una nave? —cuestioné—. Bien, yo despejo la cubierta y cuido a Batroc. Nat; detén los motores y espera instrucciones. Rumlow; asegura la popa, busca a los rehenes y llévalos directo a las capsulas de escape, vámonos.
—Oyeron al capitán, a sus puestos.
Todos nos fuimos a colocar el equipo necesario, entre comunicadores, yo mi escudo, los chicos paracaídas entre otras cosas.
—Probando canal siete —hable al comunicador.
—Canal seguro —contesto Nat—. ¿Saliste el sábado a divertirte?
—Los chicos de mi cuarteto local ya no existen. Ana trabajo hasta noche en la oficina así que no, yo dirá que no —informaron que estábamos en la zona de salto y abrí la puerta.
—Si invitas a salir Kristen de estadística es probable que diga que sí.
—Por eso no le digo.
—¿Tímido o asustado?
—Enamorado —respondí lanzándome al mar.
Al llegar al barco subí sigilosamente, primero vi a un pirata y lo asfixié dejándolo inconsciente, para ya después empezar a pelear con todo pirata que encontraba y era necesario. Poco a poco iba aniquilando a los chicos malos, hasta que uno me apunto a la cabeza y después cayo inconsciente.
—Gracias —me gire a ver a Rumlow
—Si —se deshizo de su paracaídas—: estabas indefenso sin mí —y así iban llegando todos volando del cielo.
—¿Y la enfermera del departamento de enfrente? —Nat y sus citas para mí, sigue odiando a Ana—. Ella se ve linda.
—Natasha al cuarto de máquinas, yo ya tengo una chica. Luego me buscas una cita con ella.
—Soy multitareas.
Como la misión indicaba me dirigí en busca de Batroc, lo encontré, coloqué un pequeño micrófono para poder escuchar su plan. Tenía que esperar la señal de todo el equipo.
—Strike en posición —informo el equipo.
—Natasha, ¿cuál es tu status? —pregunté al intercomunicador sin obtener respuesta—. ¿Natasha?
—Un segundo —comento con voz agitada—. Cuarto de máquinas, listo.
—A mi señal —informé—: 3...2...1
Una vez que los rehenes estaban a salvo, fui en busca de Batroc, el equipo de Strike comunico que Romanoff no se encontraba en su posición, por ello decidí llamarla, pero no obtuve respuesta por parte de ella, tal vez su comunicado había fallado. Un golpe en mi costado me hizo poner de nuevo la guardia en alto, Batroc me había golpeado. Si él quería pelea, pelea tendría.
Deje mi escudo fuera de la pelea, cuando el pareció subestimarme al creer que soy sólo un escudo, claramente era más que eso, pero mi viejo amigo me había ayudado por tanto tiempo que ya lo sentía como una parte de mí. Una pelea cuerpo a cuerpo y a golpe limpio comenzó entre él y yo hasta que aburrido de esto me lance contra el y en vista de que aquel pirata quería seguir dando guerra proporcione un golpe noqueándolo finalmente.
—Ay que incomodo —escuche la voz de Natasha y efectivamente era ella en las computadoras.
—¿Qué haces aquí? —me puse de pie dirigiéndome hacia ella.
—Vine a respaldar el disco duro, es un buen hábito lo recomiendo —respondió como si nada siguiendo con lo suyo.
—Rumlow te necesita, ¿qué haces aquí? —de nueva cuenta no obtuve respuesta, me situé a su lado observando por mí mismo lo que Romanoff hacía—. Guardas información de SHIELD.
—Y todo lo que me encuentre —aseguro.
—Nuestra misión es rescatar a los rehenes —aclare notablemente molesto.
—Esa era tu misión —ella quito la USB dándome una mirada—. He hiciste un buen trabajo —aseguro dándome una pequeña sonrisa, la tome del brazo impidiendo que se marchara.
—Pusiste en peligro toda la operación.
—Creo que estas exagerando —menciono con un deje de molestia.
El sonido de alguien levantarse y las pisadas de una persona, se hicieron presente. Giramos mirando si era alguien de strikes, pero no era nadie más que Batroc. Lanzo una granada hacia nosotros que logre bloquear con mi escudo, gire para tomar a Natasha que disparo a uno de los cristales, y saltamos rompiéndolo para ponernos a salvo. La granada exploto dándonos un poco de impulso y lastimándonos al momento de la caída. Me asome por la ventana y Batroc ya no estaba.
—Ok —pronuncio Natasha—, el error es mío.
—Totalmente —asegure poniéndome de pie molesto para intentar resolver el problema, pero ya era demasiado tarde.
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Libre - Tercera temporada
FanfictionNueva ciudad, nueva vida. Es lo que pensaron Steve y Ana al mudarse a Washington D.C pero, nuevos problemas surgen también. Con la llegada del que mucha gente cree un cuento "El Soldado del Invierno" . SHIELD infiltrada, recuerdos del pasado, nuevo...