—Perdón —susurro la joven.
—¿Por qué? —preguntó recargado en el umbral de la puerta.
—Por lastimarte
—¿Esto? —señaló su cuello—. No es nada —negó ingresando a la habitación y tomando asiento cerca a la camilla—. Se ve peor de lo que es. He recibido cosas peores.
—No hablo de las heridas físicas —afirmó ella—. Hablo de que te lastime emocionalmente.
—Nada de eso amor —aseguró Steve tomando la mano de Ana entre las suyas.
—Puede que haya perdido la memoria, pero si me doy cuenta de las cosas, me entrenaron para ello ¿sabes? Y la primera vez que desperté tus ojos me miraban diferente a como me veían hace unos instantes.
—Es sólo que... —Steve suspiro pesadamente—; me es difícil asimilar lo que hemos vivido en los últimos días.
—Bueno, ni que me digas —la joven sonrió hacia el rubio—. Puedo darte un golpe tan fuerte en la cabeza para que también se pierda tu memoria y asunto arreglado —Steve soltó una pequeña risa—. Apenas ayer, no tenía nada y ahora tengo más de lo que un día imagine —los ojos de la chica se cerraron con fuerza, su mano fue a dar a su frente.
—¿Estás bien?
—Es mi cabeza —respondió a la gran jaqueca que estaba experimentando—. A...g...agu...a —pidió la chica acomodándose en la camilla. Steve tomo un vaso de agua entregándoselo. Ana sujeto el vaso entre sus manos para llevarlo a su boca, pero al estar ahí no pudo ingerirla y derramo el agua en su cuerpo completamente. La frustración se apodero de la joven, pues nuevamente estaba experimentando un cuadro de fallo de su sistema.
—Está bien —aseguro Steve restándole importancia—. Espera un segundo —Rogers avanzo hacia el baño en busca de una toalla y comenzó a secar con mucho cuidado el cuerpo de Ana—. El doctor dijo que era normal que presentaras momentos en donde tu cuerpo no responde a lo que le ordenas. Por ello debes tomar terapias físicas y muchos ejercicios mentales, para estimular tu cerebro—. Steve sirvió nuevamente agua para dársela de beber en la boca poco a poco—. Va a ser poco a poco.
—Seré una carga para todos ustedes y ni siquiera deben de hacerlo —la rabia en la voz de Ana salió más fuerte de lo que ambos hubieran deseado.
—Oye —Steve tomo su mano—: ayer tu no estabas sola, ayer tu tenías unos padres que te aman con sus vidas, unos hermanos que te apoyan siempre, unos amigos que te quieren aun sabiendo todo tu pasado y me tienes a mí, que no puedo vivir sin ti. A parte tienes a la persona más importante en tu vida, que no importa cuantas veces caíste siempre, siempre estuvo contigo, cada día y cada segundo ayudándote a salir adelante. A ti Ana, te tienes a ti misma. No tienes idea de lo fuerte y valiente que eres. Eres tan poderosa, tan llena de vida, eres la persona que más amor da a los que conoce. Eres a la única persona que le debes de tener miedo, sólo a ti, no a nadie más, porque a pesar de todo siempre sales adelante.
—Gracias.
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Steve se encontraba en la habitación del hospital conversando con Romanoff, la espía había salido de los juzgados para ir al hospital donde ya hace un par de semanas se encontraba Ana. Ambos conversaban sobre lo que venía para todos, ella había dejado en claro sus puntos en la corte, pero con el gobierno nunca era fácil.
Sin esperar Ana se puso de pie tan rápido tomando por sorpresa a los dos presentes en la habitación, la joven se dirigió hacia el baño donde devolvió el estómago en la taza del baño, últimamente la comida no le caía y vomitaba más de lo que ingería y su estómago procesaba.
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Libre - Tercera temporada
FanfictionNueva ciudad, nueva vida. Es lo que pensaron Steve y Ana al mudarse a Washington D.C pero, nuevos problemas surgen también. Con la llegada del que mucha gente cree un cuento "El Soldado del Invierno" . SHIELD infiltrada, recuerdos del pasado, nuevo...