29. Por favor no me dejes

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Narrador

Aun cuando los ojos de Steve observaban el cuerpo de Ana inerte en el duro pavimento, su cerebro procesaba la información recibida por su sentido de la vista y que este se mantenía trabajando a mil kilómetros por segundo, el cuerpo de Steve reacciono por sí solo lanzándose sin importar o medir las consecuencias de sus acciones, tan sólo le hacia caso a la necesidad. La necesidad de tener a Ana entre sus brazos.

—Amor —las manos de aquel imponente, pero lleno de miedo hombre tomaron el cuerpo de la joven mujer entre ellas—. Ana, despierta —pido con voz trémula—. Anda amor, arriba —acaricio suavemente con sus dedos el rostro pálido y suave que parecía dormir plácidamente—. Por favor —suplico comenzando a acumular gran cantidad de agua en sus ojos.

Así mientras Steve sostenía a Ana entre sus brazos, poco a poco comenzaba apoderarse el sentimiento de terror dentro de su pecho, sabía que debía pedir ayuda, que tenía que gritar con todas sus fuerzas, ir a un hospital, cualquier cosa con tal de ver de nuevo los ojos de su amada, pero simplemente no podía hacer nada.

Él sabía, lo sabía, lo habían entrenado para eso, para luchar en guerras, combatir a enemigos, aniquilar de ser necesario, incluso arriesgar su propia vida para un bien mayor, sabía que en cualquier guerra había bajas, daños colaterales, muertes injustas, había perdido a su mejor amigo casi de la misma manera, era como vivir un deja vu, pero no estaba preparado para ver morir a la mujer que amaba frente a sus ojos. Había mucha vida para ambos aun, no podía solo irse y dejarlo sólo, no aun, se negaba a creerlo y mucho más aceptarlo.

—Rogers —Stark aterrizo a un lado de Steve, quitando la parte del rostro de la armadura del casco—. Steve, ¿qué paso? —cuestionó dando un vistazo al cuerpo de su amiga percatándose de las dos heridas de bala. Dio un pequeño movimiento para así observar el relajado y tranquilo rosto que se encontraba con los ojos cerrados—. ¡Rogers, ¿qué diablos paso?! —grito Stark reclamando la atención de todos los presentes por el comunicador.

—Ella... ella. Ana... —el hombre rubio no era capas de poder conectar las palabras. Su cabeza divagaba entre lo que había ocurrido.

—Jarvis, realiza un escaneo —pidió Stark fijando la mano en el cuerpo de la joven.

—Señor, no detecto latidos, ni signos vitales —informó la inteligencia artificial.

—Ana —el hombre con el brazo de metal salió en busca de la única persona que recordaba e importaba. Se percato cuantas personas estaban rodeando dos cuerpos, con el ceño fruncido se abrió espacio entre las dos mujeres llevándose la sorpresa de que aquel hombre rubio sostenía el cuerpo de la joven entre sus brazos—. ¿Qué paso? —cuestionó hincándose junto a ella—. ¿Esta herida? —a pesar de que la pregunta era para Steve, este no respondió. Llevo su mirada a la pelirroja quien negó con un rostro desencajado. Rápidamente, Bucky comenzó a buscar entre las bolsas de su "uniforme" un tubo que traía consigo en cada misión—. Apártate —quito a Rogers bruscamente sujetando con delicadeza el cuerpo de Ana y colocándolo en el suelo. Antes de que Tony actuara, James apuñalo a la joven en el corazón con aquella jeringa inyectando el contendió de esta, para entonces si salir volando a causa de IronMan.

—¡Ah! —el cuerpo de Ana se levanto con un gran sonido asustando a todos.

—Debemos llevarla a un hospital, entrara en paro en unos poco minutos —anunció el hombre con el brazo de metal—. La adrenalina en su corazón no ayudara de mucho.

Narra Steve

—No deberías estar aquí —de mi boca apenas y salió un susurro.

—Lo sé —su voz gélida afirmo que si me escucho.

Libre - Tercera temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora