Estaba muy consciente de que Ana estaría furiosa y probablemente me mataría al cruzar esa puerta, pero debía entrar así que, así lo hice, ingrese a casa haciendo el menor ruido posible, por lo que pude observar, ella ya debería estar dormida.
Cerré la puerta a mis espaldas despacio para colocar mi escudo en el suelo, avance con destino a la cocina por un vaso de agua, al ir al pasar por el sillón observé como ella dormía profundamente en él, con una pequeña sonrisa me acerqué a ella para llevarla a la cama y descansara como era debido.
Al tomarla entre mis brazos se removió un poco entre mi cuerpo, deje un beso en su frente con cariño, Ana recargo su cabeza en mí aun dormida acomodándose mejor en mí. Avance con pasos algo torpes, pero cuidadosos pues no quería despertarla hasta nuestra habitación, gracias a Dios la puerta estaba abierta siendo más fácil el ingreso a ella, pero todo mi esfuerzo por no despertarla fue en vano cuando la deposite en el colchón.
—¿Steve? —pregunto somnolienta.
—Sigue durmiendo amor —susurre por lo bajo.
—Sí, a causa de una cita cancelada —comentó molesta—. ¿Qué hora es? —miro a todas partes en busca del reloj.
—1:45 am —respondí.
—1:45 —repitió la hora en voz muy alta
—Baja la voz —susurre tomando asiento a su lado—. Los vecinos duermen, amor.
—No me importa si despierto a todo el edificio —aseguro elevando más la voz.
Narra Ana
Tome un gran respiro exhalándolo en intervalos de segundo y logrando calmarme un poco.
—Perdón —hable un poco más despacio—. ¿Esta vez que paso? —Steve me observó con ojos tristes y grandes.
—¿Qué tal si vamos por la cena pendiente? —propuso colocando su mano en la mía.
—¿A esta hora? —pregunte divertida—. El restaurant ya cerro.
—Podemos ir a otro —dejo un beso en mis labios tomándome de la cintura.
—¿Te das cuenta que estoy en pijama, despeinada y media dormida? —indague. Steve me observo de arriba abajo.
—Luces igual de hermosa que siempre —beso mi nariz con gentileza—. Te espejo abajo no tardes —un último beso en mi frente y salió de la habitación, para después salir de la casa.
Negando con la cabeza y aunque un poco molesta me puse de pie para cambiarme con lo primero que encontrara, después de todo ya no era una cita formal. Me dirigí a la salida mientras colocaba mi calzado correctamente, tome las llaves, guarde mi celular en mi bolsillo trasero y salí de casa cerrando la puerta con llave.
Bajé los escalones lo más rápido que pude e intentando de hacer el menor ruido posible, porque Steve tenía razón, los vecinos dormían. Una vez afuera observe a Rogers arriba de su motocicleta.
Me quede en mi lugar mirándolo detenidamente, él estaba distraído o muy sumido en sus pensamientos que ni noto mi presencia. Le mire por no sé qué tanto tiempo pensando en ¿cómo es posible que yo sea la novia de este ser humano tan maravilloso y especial? Cualquier mujer en el mundo estaría orgullosa de ser su novia, pero dentro de todas esas mujeres el me escogió a mí y nunca le di un motivo, ni siquiera me gustaba al principio, el destino es raro...
—¿Me seguirás viendo? —cuestionó sacándome de mis pensamientos.
—Una foto me sería más útil —sonrió y camine hasta él—. Sin duda la foto no hubiera sido mejor —le susurré una vez que me subí a la moto y lo abrace con fuerza posando mi barbilla en su hombro.
ESTÁS LEYENDO
Libre - Tercera temporada
Fiksi PenggemarNueva ciudad, nueva vida. Es lo que pensaron Steve y Ana al mudarse a Washington D.C pero, nuevos problemas surgen también. Con la llegada del que mucha gente cree un cuento "El Soldado del Invierno" . SHIELD infiltrada, recuerdos del pasado, nuevo...