Libre - Tercera temporada

5. Visitas

Al salir no supe a donde exactamente ir, Ana estaría en el trabajo y por lo que me conto ayer; tiene un nuevo caso un tanto complicado el cual requería mucha determinación. Por lo tanto, decidí ir al Shmitsonian a ver mi exposición, supongo que, recordar me haría bien, no estoy tan acostumbrado a este mundo, sin duda alguna en ocasiones desearía regresar el tiempo.

Al llegar no tomé el tour como la mayoría de las personas lo hacían, pues solamente yo sabía cómo habían pasado las cosas, o a menos hasta antes de caer dormido en el hielo. Mientras caminaba un pequeño niño se percató de quien era yo al instante, hice una seña de que guarda silencio a lo que asintió impresionado. Seguí caminando por el museo mientras escuchaba como relataban mi vida y la de mis compañeros.

Me situé frente a la estación de Bucky, en la cual divisé imágenes con mi mejor amigo, salíamos los dos riendo. La nostalgia llego a mí al recordar que ya no estaba más, al imaginar que tal vez ahora sería una persona con familia e hijos y sin duda alguna muchos nietos a su alrededor.

Seguí mi camino, entrando a una mini sala de cine en el cual proyectaban un documental de Peggy, ella fue la primer mujer que ame y claramente ocupa un lugar muy especial en mi vida. Claramente después de tanto tiempo y que las cosas han cambiado ya no siento lo mismo por ella, pero siempre estará ahí, muy dentro de mi corazón.

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—Debes estar orgullosa, Peggy —mire las fotos que tenía en la mesa junto a la camilla del hospital.

—Fue una hermosa vida —aseguro con voz suave—. Mi único dolor es que tu no alcanzaste a vivir la tuya.

—¿De qué hablas? —cuestione sin entender y de manera divertida—. Estoy viviendo mi vida —sonreí.

—¿Esa chica, cierto? La que todos dicen temer —asentí—. Ella llego justo cuando la necesitabas, sin duda alguna ella cambio tu vida, Steve.

—Sí que lo hizo.

—Tus ojos lo demuestran todo —la mire—. ¿Qué tienes?

—Desde que tengo memoria, siempre quise hacer lo correcto —hice una pausa mirándola—, y la verdad ya no sé qué significa. Creí que seria, siempre retomar todo, seguir ordenes, servir, pero no es igual —se rio un poco de mí.

—Eres tan dramático —reímos un poco los dos— Steve, salvaste el mundo. Nosotros, hicimos lo contrario.

—No es cierto —hable rápido—. Tu ayudaste a fundar SHIELD, en parte por eso estoy aquí.

—Hey —tomó mi mano y la coloco en su estómago—. El mundo es otro ahora, nadie puede ir al pasado, sólo podemos dar lo mejor y a veces lo mejor que uno puede hacer es iniciar de nuevo —un ataque de tos la interrumpió. Me levanté de mi lugar y le serví un poco de agua en un vaso.

—Peggy —al momento de dárselo, me miró fijamente sin poder creer lo que tenía frente a sus ojos, una cierta emoción reflejaba su mirada.

—¿Steve? —exclamó asombrada.

—Si

—Eres tú... estas vivo —la alegría y el remordimiento aparecieron en su voz—. Estás bien, volviste.

—Si Peggy —sus ojos se cristalizaron.

—Ya paso tanto tiempo —su voz se quebró un poco—. Tanto.

—Nunca dejaría a mi hermosa chica —hable sonriendo tristemente—. Aun hay un baile pendiente —sin duda verla en ese estado me partía el corazón.

Después de un rato más estando con Peggy y que la enfermera informara que la hora de visitas había acabado, me despedí de ella y le prometí que vendría otro día a verla. Tomé mi moto y me fui a ver a Sam. Definitivamente el pasado puede atormentar a una persona a un nivel inimaginable.