6. Es él.

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Después de que Steve y yo estuviéramos platicando en el parque y comiéramos un delicioso helado que de verdad todavía tengo su sabor en mi mente, le pedí que me llevara a un lugar a las afueras de la ciudad. Muy amablemente mi novio así lo hizo y me llevo donde necesitaba ir.

El lugar era un lago de agua azul con un pequeño bosque hermoso. Mi compañero de trabajo y amigo Ian y yo ya lo habíamos decorado y como ya estaba atardeciendo las luces quedaron perfectas.

—Sólo un poco más —le comunique caminando tras de él con mis manos en sus ojos evitando que pudiera ver algo—. Listo —quite mis manos de su rostro situándome a su lado—. ¿Y? —se quedó viendo por mucho tiempo más.

—Es... hermoso —pronuncio impactado por la situación—. ¿Tú lo hiciste? —asentí con una sonrisa—. ¿A qué hora?

—Ian me ayudo —sonreí aun más—. Me alegra que te gustara. No sabía si las luces esas estaban bien ahí así que...—no pude seguir dando mi explicación porque sentí unos labios estamparse con los míos.

—Es perfecto —susurro a escasos milímetros de distancia—. Te amo.

—Y yo a ti Steve.

—¿Y veníamos aquí a? —me miro coquetamente.

—¿Qué hiciste con el antiguo Steve? —camine hacia un árbol tomando asiento bajo este—. No tenía planeado hacer nada, no después de anoche —Steve tomo asiento a mi lado—. Sólo te quería dar algo —me puse de pie colocándome de puntitas buscando la caja que había dejado en el árbol—. Tú me lo obsequiaste en la mañana, ahora es mi turno. Feliz aniversario Steve —Steve imito mi acción poniéndose de pie a mi lado. Le entregue su regalo, que tomo entre sus manos.

—Gracias —sonrió emocionado abriendo el regalo.

—No sabía que me darías una cadena —mencione un tanto incomoda al observar cómo Steve miraba entre sus dedos la cadena que le había obsequiado—. La había mandado hacer desde hace poco más de tres meses, pero mi sorpresa se derrumbó así que tuve que improvisar —sonreí tiernamente.

—¿La mandaste a hacer?

—Si... así que es única. Mira —la tome entre mis manos—; yo tengo tu escudo, tú ahora tendrás mis alas y cada ala tiene una sorpresa —abrí las alas mostrando cuatro fotos—. Quiero que siempre que me necesites o que pienses que el mundo te da la espalda te acuerdes que yo estoy contigo y siempre estaré contigo, sin importar lo que el mundo diga. Steve quiero que sepas que tú no estás solo y nunca lo vas a estar. Sé que es difícil estar en otra época donde todo es realmente diferente, es abrumado y hostigador, pero quiero que salgamos adelante juntos. Que pasemos las situaciones más difíciles juntos y quiero que sepas que siempre, escucha bien, siempre voy a estar para ti. Que habrá como siempre altas y bajas, pero que lo superemos como lo que somos una pareja. Te Amo Steve Rogers —me acerque y lo bese tiernamente, Steve me tomo de la cintura apegándome más a su cuerpo.

—Eres lo mejor que existe en el mundo —sonreí sobre sus labios.

—Falta uno más —me separe de nuevo de Steve tomando la otra caja que había ahí—. Este lo compre hoy, tu regalo me dio una idea así que espero y te guste —se lo entregue y lo abrió.

—¿Una A? —cuestiono un tanto indignado.

—Oye —lo golpe en el brazo—. Yo tengo tu "S" tu ten mi "A" —Steve soltó una pequeña risa tomándome nuevamente por la cintura.

—Te amo demasiado cariño.

—Y yo te amo a ti —nos besamos tiernamente.

El beso empezó a subir de nivel, Steve término tomándome de los muslos y subiéndome en su cintura, enredé mis piernas a su cuerpo y sentí el choque de mi espalda a un árbol. Mi respiración comenzó a faltar separándome para poder respirar, pero de inmediato volví a sus labios. Steve nos separó un poco del árbol, pero de inmediato volví a sentir el golpe en mi espalda. Pequeños jadeos se escapaban de mi boca, Steve metió las manos por dentro de mi playera.

Libre - Tercera temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora